-Tenemos que hablar… -miró a su alrededor- a solas.
-¿Ahora sí quieres hablar?
Hizo un gesto con la cabeza dándome a entender que ese no era el lugar para que comentáramos cualquier cosa por mínima que fuese, y odiaba admitir que tenía razón. Exhalé un suspiro de resignación y derrota y le seguí. Sun Hee estaba en la puerta y me asintió con la cabeza, susurrando algo como: “sé paciente y escúchalo”.
Bajamos al pequeño jardín que tenía la empresa donde podíamos dar una caminata y despejar nuestras mentes, era un lugar muy agradable y agradecía tener a disposición estos espacios dentro de mi sitio de trabajo.
-¿Qué quieres hablar luego de cómo me trataste anoche? Me quedó claro que estabas feliz y yo sobraba.
-Sobre eso… -se rascó la parte de atrás de su cuello, acción que lo obligó a bajar la vista; era evidente que estaba arrepentido o eso creía- perdóname, estaba bajo los efectos del alcohol y la rabia nubló el juicio completamente.
-¿En serio? ¡No me había dado cuenta! -exclamé con sarcasmo.
-Tienes razones para molestarte y lo acepto, no debí actuar como lo hice anoche fui un idiota de lo peor.
Se dio la vuelta llevando sus manos a las caderas y bajó su cabeza, la subió y exhaló un largo suspiro; parece que estaba tratando de evitar mi mirada, así de avergonzado se sentía. Yo podría pensar: ¡Qué bien! que sienta remordimientos y admita lo que hizo y cómo hirió mis sentimientos, incluso que se sienta igual de mal como yo me sentí para que entienda lo terrible que lo pasé; pero no, no podía pensar así, no con un pensamiento vengativo esperando algún tipo de "justicia" con eso.
Se da la vuelta nuevamente pero ahora con sus manos en los bolsillos de sus pantalones, se armó de valor y su vista se clavó en mí. Estaba arrepentido, lo veía en su mirada.
-Respóndeme algo… ¿cada vez que peleas con tu hermano actúas así? ¿Te sientes mejor bebiendo y durmiendo con alguien más?
-Yo… -de nuevo bajó su mirada y su rostro se volvió triste- lo de ayer… la verdad… -de nuevo su mano a la nuca, estaba inseguro- lo hice por despecho. Me molestó verte de esa manera con mi hermano, pensé incluso que hasta se habían besado. Millones de cosas se me cruzaron por la mente así que… solo por venganza y despecho me fui con otra mujer.
Y esa era justamente una de las razones por las cuales lo nuestro no estaba destinado a ser. Es decir que si estuviéramos saliendo y hubiésemos discutido ¿lo primero que iba a hacer es salir a beber y acostarse con otra mujer? Pues lo siento, no tenemos el mismo pensamiento.
-¿Y te hizo sentir mejor? -tenía que ser ruda con él para que no solo se diera cuenta pues ya lo sabía, sino para que también me lo admitiera en la cara- ¿se sintió mejor acostarte con una mujer que nunca conociste en tu vida?
Un puñal, una estaca o un cuchillo se clavaba en su corazón, lo pude percibir. No quería hacerle daño en lo absoluto, solo quería que lo confesara y se arrepintiera… ambas cosas juntas, inclusive.
-Así como lo pones suena muy…
-¿Rudo? ¿Difícil de explicar? -le quité las palabras de la boca, me crucé de brazos sin despegar mi vista de su afligido semblante- adelante, soy toda oídos, no te guardes nada, total, ya mi corazón está herido -levantó su mirada con bastante asombro.
-¿Tú corazón está herido? Acaso eso significa que tú… -me señaló con el dedo para luego señalarse él.
-No desvíes la conversación -mantenía una actitud serena y seria a la vez.
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El Diario de Alicia Melgar
RomanceAlicia es una chica cristiana en la flor de la vida: recién casada, recién graduada, recién mudada de casa para formar un nuevo hogar con quien ella sabe es el amor de su vida, pues Dios mismo le concede ese anhelo. Su hombre para ella era el ser má...