Ojalá se fundiera una bombilla.
O un ave se estrellara contra la ventana.
O un auto que salió de la nada irrumpiera en ese piso.
Cualquier cosa interesante y sumamente extraña que pudiera desviar la atención del ocupado adulto que leía su hoja de vida con cautela en completo silencio.
El mayor tenía el ceño fruncido y mordisqueaba insistentemente una pluma mientras asentía.
Ya estaba observando demasiado.
Siendo consciente de ello, decidió echar un rápido vistazo a la oficina para distraerse con algo que no fuera el hombre frente a él.
Estaba bonita, a decir verdad.
Tenía un gran ventanal con vista a la ciudad, todos los muebles eran de un color oscuro, estaba impecable y olía rico.
O tal vez era el tipo.
Algo olía rico y él se aseguraría de averiguar qué.
- Bien – suspiró pesado – tengo algún par de preguntas –
- Lo escucho – respondió con voz tan estable que se sorprendió de sí mismo.
- Entiendo que estás por terminar tu carrera de administración y planeas hacer una maestría en mercadotecnia –
- Es verdad –
- ¿No tienes experiencia laboral o simplemente no la escribiste? –
- Tengo, pero no es nada relacionado con esto –
- ¿Qué es lo que hacías? –
- Trabajaba en la tienda de mi papá – recordó – básicamente hacía control de inventario, caja chica, ordenaba el almacén, trataba con proveedores, manejaba la registradora, ya sabe – rodó los ojos – es un negocio familiar. Tenía que hacerlo todo –
- Okay – escribió algo sobre la hoja – y ¿por qué no seguir? –
- No quiero trabajar para mi papá – hizo una mueca – quiero algo más relacionado a lo que estudié –
- Déjame ver si entendí – pidió medio divertido – ¿no quieres trabajar en el que podría ser tu propio negocio algún día, pero te postulaste para ser el secretario de alguien que ni siquiera conoces? –
- De hecho – aclaró su garganta – la vacante decía "asistente ejecutivo" –
El otro asintió irritado y se recargó en su silla.
- Voy a ser sincero contigo, ¿bien? –
Bien.
Él definitivamente podía tolerar un rechazo.
- No tienes la experiencia que necesito que tengas, no estás familiarizado con el empleo y, francamente, tu auto no es muy bonito –
- Estoy al tanto –
- Pero algo en ti me dice que puedes hacer más que maldecir personas en el tráfico – juntó sus manos – no escapaste en cuanto me reconociste. Eso debe decir algo ¿no? –
- Quisiera que sí –
- Entonces háblame sobre ti –
Jisung lo miró confundido.
- ¿Qué? –
- Puedes decirme algo relevante, por ejemplo – se encogió de hombros – tal vez tus puntos fuertes, o debilidades –
- Mi debilidad... – rió – mi debilidad es hablar sobre mí mismo, señor –
El mayor soltó una genuina carcajada.

ESTÁS LEYENDO
The marriage
FanfictionHizo lo que cualquier adulto saludable haría en su lugar de haber tenido el mismo pesado día que él había tenido. Miró al agitado chico junto a él y suspiró, cerrando los ojos. A tientas buscó su mano sobre el colchón para tomarla y apretarla con un...