Capítulo 03

180 28 0
                                        

Ojalá se fundiera una bombilla.

O un ave se estrellara contra la ventana.

O un auto que salió de la nada irrumpiera en ese piso.

Cualquier cosa interesante y sumamente extraña que pudiera desviar la atención del ocupado adulto que leía su hoja de vida con cautela en completo silencio.

El mayor tenía el ceño fruncido y mordisqueaba insistentemente una pluma mientras asentía.

Ya estaba observando demasiado.

Siendo consciente de ello, decidió echar un rápido vistazo a la oficina para distraerse con algo que no fuera el hombre frente a él.

Estaba bonita, a decir verdad.

Tenía un gran ventanal con vista a la ciudad, todos los muebles eran de un color oscuro, estaba impecable y olía rico.

O tal vez era el tipo.

Algo olía rico y él se aseguraría de averiguar qué.

- Bien – suspiró pesado – tengo algún par de preguntas –

- Lo escucho – respondió con voz tan estable que se sorprendió de sí mismo.

- Entiendo que estás por terminar tu carrera de administración y planeas hacer una maestría en mercadotecnia –

- Es verdad –

- ¿No tienes experiencia laboral o simplemente no la escribiste? –

- Tengo, pero no es nada relacionado con esto –

- ¿Qué es lo que hacías? –

- Trabajaba en la tienda de mi papá – recordó – básicamente hacía control de inventario, caja chica, ordenaba el almacén, trataba con proveedores, manejaba la registradora, ya sabe – rodó los ojos – es un negocio familiar. Tenía que hacerlo todo –

- Okay – escribió algo sobre la hoja – y ¿por qué no seguir? –

- No quiero trabajar para mi papá – hizo una mueca – quiero algo más relacionado a lo que estudié –

- Déjame ver si entendí – pidió medio divertido – ¿no quieres trabajar en el que podría ser tu propio negocio algún día, pero te postulaste para ser el secretario de alguien que ni siquiera conoces? –

- De hecho – aclaró su garganta – la vacante decía "asistente ejecutivo" –

El otro asintió irritado y se recargó en su silla.

- Voy a ser sincero contigo, ¿bien? –

Bien.

Él definitivamente podía tolerar un rechazo.

- No tienes la experiencia que necesito que tengas, no estás familiarizado con el empleo y, francamente, tu auto no es muy bonito –

- Estoy al tanto –

- Pero algo en ti me dice que puedes hacer más que maldecir personas en el tráfico – juntó sus manos – no escapaste en cuanto me reconociste. Eso debe decir algo ¿no? –

- Quisiera que sí –

- Entonces háblame sobre ti –

Jisung lo miró confundido.

- ¿Qué? –

- Puedes decirme algo relevante, por ejemplo – se encogió de hombros – tal vez tus puntos fuertes, o debilidades –

- Mi debilidad... – rió – mi debilidad es hablar sobre mí mismo, señor –

El mayor soltó una genuina carcajada.

The marriage Donde viven las historias. Descúbrelo ahora