Ese día se sentía de un increíble humor.
¿Cómo no hacerlo?
Cualquiera que tuviera la libertad de trabajar frente a su novio durante todo el día sin comprometer su profesionalismo y, en caso de hacerlo, que no hubiese ninguna consecuencia sobre ello, lo estaría también.
YangYang lo saludó sonriente, como de costumbre, y él solamente se limitó a entornar los ojos en su dirección, descolocándolo.
El pánico que vio en el rostro del mayor antes de que las puertas del elevador se cerraran fue suficiente para considerar que había ganado la batalla.
Subió a la oficina principal, extrañándose cuando encontró a Yuta sentado en su escritorio.
- Hola – saludó cuidadoso - ¿estás bien? –
El japonés lo miró extrañado.
- Ajá – rió - ¿por qué lo preguntas? –
- Porque estás aquí tan temprano – se acercó a besar su mejilla.
- Sí, bueno – retrocedió en su lugar – tenía que hacerlo –
- ¿Por qué? –
- Estuve habilitando la oficina de a lado – rodó los ojos – más bien ordenando a que alguien más lo hiciera, pero es casi lo mismo –
- ¿En serio? – frunció el ceño - ¿vas a contratar otro empleado? –
El mayor lo miró seriamente y negó.
- ¿Puedes tomar asiento? –
Oh no.
- ¿Qué sucede? – preguntó sentándose.
- Jisung – suspiró pesado – sobre lo que pasó ayer... -
- Mierda, no – se apoyó en su lugar - ¿vas a arrepentirte ahora? –
- No me arrepiento de ningún segundo de lo que pasó entre nosotros – sinceró – desde hacía años no me sentía tan vivo. No había sentido tanto cariño por alguien –
- Eso está bien ¿no? –
- No – gruñó – nosotros no podemos seguir viéndonos –
No dijo nada.
No podía emitir absolutamente ninguna palabra en respuesta.
Lo que sentía era una horrible combinación de dolor y un enfado descomunal.
- Bebé... -
- No vuelvas a llamarme de esa manera – dijo levantándose – nunca más –
- Por favor, déjame explicártelo –
- No quiero escuchar la mierda que tengas en tu cabeza tan jodida –
- ¿Qué supones que haga entonces? – se levantó también - ¿quieres que vaya y le pida el divorcio? No puedo hacerlo –
- Porque eso sería una tragedia –
- No puedes estar hablando en serio – talló sus ojos con una mano – no puedo esperar que lo entiendas, eres sólo un niño –
- No pensaste eso cuando me lo hiciste, hijo de... - se interrumpió a sí mismo para lanzarle una caja de clips – te odio – espetó, caminando hacia la puerta.
- Por favor no digas eso –
- ¡Te odio! – entornó los ojos – no vuelvas a hablarme como si fuéramos algo, nunca. Entre más rápido olvide que esto sucedió, mejor –

ESTÁS LEYENDO
The marriage
Fiksi PenggemarHizo lo que cualquier adulto saludable haría en su lugar de haber tenido el mismo pesado día que él había tenido. Miró al agitado chico junto a él y suspiró, cerrando los ojos. A tientas buscó su mano sobre el colchón para tomarla y apretarla con un...