Capítulo 20

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Nadie quería pasar su sábado en la mañana en un curso del que ni siquiera podía recordar su nombre.

YangYang ciertamente no era una excepción a la regla. Pero no era una decisión, era su sentencia.

Entró al gran salón donde había un montón de gente aglomerada y caminó hacia una de las filas.

Esperó pacientemente su turno, mirando despectivamente a cualquiera que se detuviera a estudiar su apariencia.

Bien, sí se veía fuera de lugar.

Traía unos jeans rasgados, una ajustada chaqueta oscura y unas gafas de sol, sin contar que estaba desayunándose una paleta de caramelo.

Apenas y le sonrió al hombre de las listas.

- Nombre, por favor –

- Liu YangYang –

El mayor frunció el ceño y luego sonrió ampliamente.

- Eres el drogadicto – recordó señalándolo.

El menor se dio cuenta de cómo todas las miradas de posaban sobre él y apretó los labios

- El mismo – forzó una sonrisa - ¿dónde es el curso? –

- Oh no, hijo – se levantó para señalarle una puerta – a ti te esperan en la oficina –

- No – rió, tratando de resistirse al hombre que lo empujaba – debe haber un error –

- No – abrió para él – primera puerta a la derecha –

Decidiendo que poner resistencia y hacer un escándalo en una estación de policía era, probablemente, la peor idea del mundo, se encaminó a donde le indicaban.

Tocó la puerta y esperó unos segundos.

- Pase – dijeron del otro lado.

Frunció el ceño extrañado y entró.

- Hola – saludó animado.

El otro apenas lo miró por un segundo y señaló la silla frente a él.

- Toma asiento, por favor. En un momento estoy contigo –

El menor asintió y se acercó al escritorio.

Estudió la oficina en silencio hasta que se aburrió y aclaró su garganta.

- Estoy ocupado – murmuró el mayor sin mirarlo.

YangYang se levantó, rodeó el escritorio y se sentó sobre su regazo.

El otro retrocedió en su lugar y tomó su cintura para atraerlo en un ansiado beso.

- Déjame terminar mi trabajo, después soy tuyo – regañó.

- Yo puedo ser tuyo ahora mismo – ronroneó, alzando las cejas – donde y como quieras –

El oficial apretó los ojos y asintió.

- Asegura la puerta por favor –





Sí hubo un curso, Jaehyun no había mentido con eso.

Básicamente lo hizo leer un montón de diapositivas por alrededor de media hora como castigo por su anterior conducta pero, para su sorpresa, el menor de hecho había puesto atención y aprendió un montón de cosas interesantes.

Después de la teoría, lo llevó a patrullar las calles.

O eso le dijo a los oficiales bajo su mando. En realidad lo había llevado a su departamento a que comiera algo de verdad.

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