Capítulo 12

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Para sorpresa de Jisung, pese a la intensa noche que supo que había vivido su amigo y compañero, YangYang ni siquiera había actuado diferente con él. Pero él no se quejaría por eso.

Además, ahora podía hablar con el japonés con más confianza y sobre cualquier cosa, lo cual le ponía de muy buen humor.

En general, había tenido una jornada muy tranquila.

Incluso Jaehyun lo había recogido para llevarlo a su casa.

Estaba teniendo un muy buen día.

Hasta que llegaron.

- Hijo – lo detuvo cuando estuvo a punto de bajar del auto.

- ¿Sí? – se giró a verle.

- Necesito pedirte un favor – pidió con una sonrisa amable – sabes lo mucho que me importa que tú y Jeno sean unas personas autosuficientes y que cuenten con las herramientas necesarias para protegerse a ustedes y a otros ¿no? –

- ¿Ajá? –

- Bien – extendió su brazo para alcanzar algo de la guantera – sólo quiero pedirte que te inscribas a uno de esos cursos de primeros auxilios que está impartiendo el departamento – se encogió de hombros – ya sabes, solamente tienes que llenar la forma e ir... -

- Entiendo – tomó el folleto que el otro le entregaba – ¿es todo? –

- ¿Irás? –

- No tengo ningún motivo para no hacerlo –

- Excelente – celebró – en un rato te enviaré tu cita para los estudios –

- ¿Qué estudios? –

- Ya sabes – rodó los ojos – orinar en un vaso, unas muestras de sangre, la rutina –

- Oh – negó nervioso – no, de hecho... -

- Ya no puedes negarte – alzó las cejas – a menos que estés tratando de ocultar algo –

Se congeló.

- Nada de eso – dijo rápidamente.

- Entonces no hay nada que temer – entornó los ojos – salúdame a tu papá –

El menor creyó haber balbuceado una respuesta antes de salir del auto.

Tenía que idear algo para evitar esos exámenes, pero simplemente no se le ocurría nada.

Apenas llegó a la puerta, encontró a Taeyong a punto de salir mientras tarareaba una canción.

- Hola, mi amor – saludó animado - ¿cómo estuvo tu día? –

- B-bien – tragó duro - ¿te vas? –

- No adivinarás quien me llamó – golpeó su brazo - ¡Yuta! –

Jisung parpadeó confundido.

- ¿Qué? –

- Iré a arreglar la tubería de su baño –

- Esa es la clase de cosas que un hijo no quiere escuchar a su papá decir sobre su propio jefe – bromeó – bien, suerte –

- Gracias – canturreó caminando a su auto.

Que tarde tan extraña.





Lo que más disfrutaba de su trabajo, era lo sencillo que era y lo mucho que otros pagaban para que alguien más hiciera una tarea que no querían realizar.

Era un sueño hecho realidad.

El problema en la residencia Nakamoto-Xiao, resultó ser un simple cambio de empaques y una manguera que se había oxidado.

The marriage Donde viven las historias. Descúbrelo ahora