Capítulo 17

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- Listo – canturreó el menor extendiéndole, la mano para ayudarlo a bajar de la camilla - ¿cómo te sientes? –

- Superando el mareo inicial, bastante bien – bromeó - ¿cuándo tendré mis resultados? –

- Hoy mismo, si quieres – dijo mirando su computadora.

- ¿Puedes hacerlo? –

- Sí, pero no se lo digas a nadie – rió – es tu trato preferencial –

El mayor se acercó y acunó sus mejillas, orgulloso.

- Mi bebé es todo un profesional de la salud – sus ojos brillaron – uno muy guapo –

- Gracias – besó su mejilla – nadie nunca lo dice –

- Claro que sí – rodó los ojos.

- Tal vez –

El otro rió, girándose a tomar su chaqueta.

- Amor, ¿sabes si tu papá va a impartir los cursos de primeros auxilios? – preguntó casualmente.

- Creo que no – respondió leyendo distraído una hoja – ninguno de ellos –

- Genial – celebró – no te ofendas pero si quisiera ver su cara diario, no me habría divorciado de él –

Jeno asintió divertido.

- Lo que no entiendo es por qué quiso que todo el mundo entrara a uno –

- Hijo, esa es la forma en que tu papá se asegura de que todos estaremos bien en caso de que algo pase – hizo una mueca – así es como nos cuida. Ya sabes –

- Entiendo – se giró hacia el escritorio y le alcanzó una paleta – toma, fuiste un buen paciente –

- Muy valiente ¿no? – aceptó el caramelo y se dirigió a la puerta – suerte, bebé –

- Gracias pa – dijo viéndolo salir.

Un par de minutos después de eso, entró el siguiente.

- ¿Qué tenemos aquí? – canturreó el recién llegado - ¿dónde están las gafas que me prometiste? –

- Aquí – palmeó el bolsillo de su bata – toma asiento, por favor – pidió señalando la camilla.

El menor se sentó de un brinco y comenzó a balancear los pies.

- Está muy ordenado – miró alrededor – y huele muy bien –

- Bienvenido a mi consultorio – rió con sus ojos en la tabla de escribir.

- ¿Esto es tuyo? –

- Ajá – tarareó.

Luego de unos segundos haciendo un intento inútil por leer, frunció el ceño y soltó un bufido para tomar las gafas de su bolsillo y colocárselas.

- No te pongas raro – dijo al recién llegado.

- Trataré – bromeó.

- Bien – sonrió mirándolo – ahora, necesito verificar unos datos contigo –

- Creí que los sabías –

- Es protocolo – se encogió de hombros – si te portas bien, te daré un caramelo al terminar –

- Claro –

- ¿Nombre completo? –

- Liu Yang Yang –

- ¿Día y mes de nacimiento? –

- 10 de octubre –

- Perfecto – se acercó a él - ¿me permites? –

The marriage Donde viven las historias. Descúbrelo ahora