- Entonces el estúpido levantó su mano así – imitó el gesto – para pedirme que me callara –
- Imbécil – frunció el ceño - ¿qué hiciste? –
- Robé su caso – sonrió triunfal – iba a perderlo, de todos modos –
- Ese es mi chico – sonrió, acercándose a besar su mejilla.
Ambos estaban cómodamente sentados en el sofá principal frente al televisor.
El mayor rodeaba con su brazo los hombros de su esposo, quien se apoyaba completamente contra él.
- ¿Y tú qué me dices? ¿tuviste un viernes atareado? –
- No tanto – frunció los labios - ¿recuerdas al mocoso insolente que contraté hace dos semanas? –
- Jisung - asintió.
- Su auto murió en el estacionamiento – rió – le ofrecí un aventón a casa y ¿qué crees? –
- ¿Qué? –
- Su papá me dio su número – dijo sacando la tarjeta de su bolsillo para mostrársela - ¿no es genial? –
- ¡Vaya! – la leyó emocionado – parece que tenemos un nuevo amigo –
- No voy a pedirle un descuento, si es lo que estás planeando –
- No lo sugerí – sonrió con inocencia – me conformo con que conozcamos a alguien que pueda arreglar la tubería del baño –
- También yo –
- Bueno, hay que celebrar ¿no? – dijo levantándose del sofá – traeré más cervezas –
- ¿Puedes llevarte las botellas? –
- Por supuesto – respondió coqueto, inclinándose sobre la mesa de café.
Yuta miró sonriente y mordió sus labios
- Por supuesto que ganas todos esos casos, mírate – palmeó su trasero – yo te daría todo lo que me pidieras –
- Y no me has visto en los juzgados – se incorporó – esa gente prácticamente pone billetes en mi cinturón – bromeó, caminando a la cocina.
En momentos como esos, Yuta en serio amaba pasar tiempo con su esposo.
De hecho, no recordaba algún momento que hubiese sido tan malo para cargar con ello desde que se habían casado.
Xiaojun y él eran realmente felices junto al otro.
Pero claro, ¿quién no lo sería si tuviera a alguien tan dispuesto a ignorar sus problemas solamente para preservar el matrimonio?
No, no pensaría en eso.
Él tampoco era perfecto.
- ¿Entonces tu jefe los trata bien? – bebió un sorbo de su cerveza.
- Sí lo hace – sonrió – pero yo no lo he visto enojado y Yang Yang dice que realmente asusta –
- Puedes soportarlo – animó Jaehyun.
- Espero que sí. No quiero temerle – admitió – somos casi amigos. No planeo arruinar esa confianza –
- Es bueno escucharlo, hijo – miró al otro - ¿y tú? ¿qué hay de tu trabajo? –
- Ocupado, gracias a ti – rodó los ojos – pero bien. Creo que me darán un aumento –
- ¡¿Lo dices en serio?! –

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The marriage
FanfictionHizo lo que cualquier adulto saludable haría en su lugar de haber tenido el mismo pesado día que él había tenido. Miró al agitado chico junto a él y suspiró, cerrando los ojos. A tientas buscó su mano sobre el colchón para tomarla y apretarla con un...