Capítulo 13

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Jisung examinaba cuidadosamente al hombre frente a él.

Lo hizo cada segundo desde que llegó a la oficina, pero simplemente no pudo notar nada extraño en el mayor, o al menos nada que lo delatara de haber hecho algo.

Tal vez si prestaba más atención...

- ¿Ya acabaste los reportes? – preguntó Yuta sin mirarle.

- Yo... - se incorporó en su lugar – ya casi –

- No va a pasar si no dejas de perder el tiempo – lo miró molesto – deja de observarme como un loco y vuelve a tu trabajo –

- Lo siento –

- No es como que tenga algo raro, lo comprobé – frunció el ceño - ¿por qué lo hacías? –

- Yo... su... - aclaró su garganta – su traje es muy bonito –

- Lo es – asintió – ahora tócalo, no quiero que se arruine con tu energía pesada –

El otro le miró estático.

- ¿Lo dice en serio? –

- ¿Te parece que bromeo? – se acercó en su silla a él – hazlo con intención, si no, no sirve de nada –

El menor asintió de acuerdo y posó su mano sobre el antebrazo de su jefe.

Ahora que lo notaba, ese de hecho era un traje muy bonito.

Era una tela muy suave y seguramente era costoso.

Se permitió tantearlo arrastrando su mano a lo largo de la manga, en dirección a su hombro.

Quiso no hacerlo obvio, pero no pudo realmente ocultar su sorpresa cuando se dio cuenta de que su jefe estaba inusualmente tenso en el área del bícep.

¿Sería muy extraño si lo apretaba?

- ¿Niño? – llamó por lo bajo, sacándolo de su ensoñación.

Levantó la vista encontrando al mayor mirándole extrañado con una ceja alzada.

- Woah, esto se ve inapropiado – medio bromeó.

- Lo seguirá siendo si no me dejas ir –

Vaya, lo estaba apretando.

Retiró rápidamente su mano, dejando salir una risita tímida.

- Lo siento... -

- Deja de comportarte extraño o no te llevaré a los viajes conmigo – advirtió.

- ¿A mí? – jadeó sorprendido - ¿por qué no a YangYang? –

- Porque Yang Yang no es mi asistente – obvió – no te preocupes, no tenemos nada agendado todavía. Tienes tiempo para un par de baños de agua helada –

- Señor, yo no... -

- Sí, sí, pervertido. Vuelve a tu trabajo –

El menor bufó hastiado.

Esperaba no haberlo hecho muy incómodo.





Ya habían pasado horas desde el incidente y ya había sido olvidado. Sin embargo, él como que quería hacerlo volver.

Cualquier cosa sería mejor que su actual situación.

Uno de sus clientes se había quejado de un mal cálculo de riesgos mediante un correo y, por supuesto, Yuta lo había tachado de idiota pues, según él, no estaba equivocado.

Obviamente no le dijo eso al hombre, sino que le sugirió cordialmente una llamada dolorosamente cercana a la hora del almuerzo.

Jisung pensó que sería entretenido ver a su jefe lidiar con un cliente molesto, pero definitivamente no esperaba que el mayor ordenara que fuera él quién atendiera la llamada.

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