¿Cómo si quiera había pensado que sería diferente?
No podía imaginar una posible situación en la que, a sabiendas de ello, pudiese haber reaccionado de la misma forma en que lo hizo hacía algunas horas atrás.
- ¿Qué te parece? – preguntó su hijo entusiasmado.
- Me parece algo costoso –
- Eso no es problema. Usamos el dinero de la luna de miel para pagar el enganche y la anualidad podemos cubrirla sin ningún inconveniente. De hecho hicimos cuentas y podemos adelantar algunos pagos –
- Terminaremos de pagarla en menos de lo que pensamos – continuó Jeno – y en seis años, podremos llamarnos oficialmente vecinos –
- Yeeei – celebró con falso entusiasmo – pues felicidades, chicos –
- Y tú pensando que no volverías a vernos – se burló Jaemin antes de tomar la mano de su esposo para dirigirse a la mesa de postres.
- ¿Escuchaste eso? –
- Por supuesto que terminarán de pagar rápido si nosotros nos ocuparemos de los gastos de sus alimentos – se quejó Sicheng, apretando el puente de su nariz – nunca podremos deshacernos de ellos ¿no? –
- Parece que no – murmuró resignado – al menos compraron la casa bonita. Me preocupaba que, siendo ellos, pudieron haber comprado la casa a medio arruinar para tratar de mejorarla como primer proyecto marital –
- ¿Te imaginas? – rió cínico – Jaemin estaría durmiendo en el jardín desde el primer día por esa boca tan grande que tiene –
- Al menos no tendrían que llevarlo al hospital por una lesión auto provocada – dijo Taeyong a su lado – esa es cosa de mi Jeno –
- Debimos separarlos cuando pudimos –
- Creo que deberían darles más crédito – defendió John – son unos chicos apenas, pero suena a que puede arreglárselas solos –
Los padres se miraron a unos a otros con culpa.
- Aunque sí les recomiendo poner una pared de arbustos. Sólo por si acaso –
- Eso mismo pensaba – concordó Jungwoo.
- Sus hijos son unos ñoños – se quejó Yuta, llegando junto a ellos – les juro que para esta hora en mi boda ya había al menos seis personas ebrias –
- Entre más hablas, más entiendo a Jaehyun – dijo Taeyong con tono mordaz.
- Lo digo en serio, ¿vas a decirme que tu boda fue así de sofisticada? –
- No – resopló divertido – tuvo el tema de un casino –
- ¿Ves? – miró a la pareja - ¿qué hay de ustedes? ¿es culpa de su crianza que estemos en una boda del siglo pasado? –
- Pasé la mitad de la noche esperando a que liberaran a Sicheng de la prisión – chocaron los cinco – puedo asegurarte que esto no se acerca en nada –
- Tal vez son más decentes que nosotros y eso –
- Entonces hicimos un buen trabajo – frunció el ceño – o no. No sé qué pensar de mi paternidad –
- ¿A qué te refieres? –
- Bueno, uno de mis hijos se casó en secreto y el otro está saliendo con un hombre de casi mi edad –
- Al menos puedes culpar a tu divorcio por eso, ¿cuál es nuestra excusa? –
- No es biológico – murmuró Sicheng, haciéndoles reír.
- No pueden culparse chicos – animó John, sacando una pequeña botella metálica de su saco para darle un sorbo – ningún matrimonio... lo siento, ¿quieren un poco? –
- Por favor – dijo el japonés, aceptando la bebida - ¿decías? –
- Que ningún matrimonio es perfecto – abrazó a su pareja – digo, el nuestro lo será, pero no es una competencia ahora –
- Tienes razón – concordó el chino más serio – pero en serio espero que el de los chicos lo sea, no quiero que mi... -
- Dilo – animó Taeyong.
- No quiero que mi bebé sufra de ninguna forma –
- Tampoco yo –
- Nadie lo quiere – concluyó el más alto – hagamos lo mejor de nosotros para hacerlo sencillo para ellos –
- Sin dramas, ni divorcios – continuó Taeyong.
- Sin infidelidades – dijo el japonés
- Y por el amor de Dios, que no abran la puerta a desconocidos – bromeó Jungwoo, mirando a la pareja divertirse a lo lejos.
Sin embargo y a pesar de sus buenos deseos, cada uno de ellos sabía que ese día se trataba sólo del principio.
El principio de un gran matrimonio.
Fin.
No tengo idea de dónde estaban Jaehyun y YangYang, o Jisung, en ese momento. Ahí le preguntamos a la autora.
Muchas gracias por leer. Se aprecia su paciencia.
L@s amamos ❤️

ESTÁS LEYENDO
The marriage
FanfictionHizo lo que cualquier adulto saludable haría en su lugar de haber tenido el mismo pesado día que él había tenido. Miró al agitado chico junto a él y suspiró, cerrando los ojos. A tientas buscó su mano sobre el colchón para tomarla y apretarla con un...