La carta y la canción.
Esa noche, en la que Lucas Pierre contó parte de la maldición al pequeño Brown, el cielo lloró con furia; las gotas de lluvia azotaron Inglaterra, todo Reino Unido vivió la noche más fría y fueron testigos de los truenos más desgarrantes de la época.El viento, rugiente y errante, susurró un triste relato; y la muerte y la vida lo escucharon con atención, ambos sonrieron porque su maldición seguía latente y no dudaban que era inquebrantable, pero lo que realmente les emocionaba era que había comenzado nuevamente aquella historia que los mantenía en el filo de la tensión y la diversión.
Owen se levantó muy temprano la mañana siguiente, antes de irse al colegio arrancó una hoja de su cuaderno y sin dejar de darle vueltas a la triste historia de Lucas se lanzó sobre su cama y con determinación comenzó a escribir:
Querida Muerte.
Hoy le escribo estas palabras porque me encuentro muy triste y decepcionado de usted, sí, más decepcionado que triste. Una vez la señora Francys me dijo que usted se llevaba a las personas y a los animales para el cielo, y el cielo es muy bonito y todo es bueno allá, por lo que imaginé usted era una persona muy buena, pero anoche descubrí que no es así porque fué muy cruel lo que le hizo a Lucas, él quizás actuó mal pero no creo que merecía un castigo tan severo.
Ha pasado ya mucho tiempo y sé que talvez siga molesto con él, porque los mayores son muy testarudo para perdonar ¿Usted es mayor, verdad? ¿Cuántos años tienes? Por cierto, me agradaría que me respondiera esta carta pero si tiene tiempo podría venir a visitarme, así me acompañaría a jugar ¿Qué le gusta jugar a usted?
¡Oh sí! Es mejor que siga con lo que en verdad importa. Le imploro que perdone a mi amigo Lucas, él es bueno y toca muy bien el violín, pero está triste porque ama mucho a la persona que usted se llevó al cielo. Sé que talvez él se equivocó pero ¿Podría usted perdonarlo?
Espero lo haga, porque él lo merece.
Adiós muerte. No se olvide de la propuesta de venir a visitarme, le preparé un sanduise.
Ah, casi se me olvida ¿Podría regresarme a Pryor? Es que extraño mucho a ese pequeño y travieso cachorro.
Sonrío al leer una vez más aquella carta, deseaba cerciorarse de que no tuviera errores.
—¿Ya estás listo, Owen? —preguntó su madre detrás de la puerta, un poco agitada. Yacía ya mucho tiempo que lo esperaba—. Apúrate o vas a llegar tarde al colegio.
—Sí, ya estoy listo. Ya salgo, mamá.
—Te espero abajo —suspiró Lilian—, no tardes.
El pequeño se levantó rápidamente, guardó la carta que había escrito debajo de su almohada y tomó su mochila para salir de su habitación con un poco de prisa. Su rostro mantenía dibujada una sonrisa ingenua y llena de esperanza, estaba seguro que la muerte perdonaría a Lucas y también si tenía suerte le devolvería aquel perrito que había rescatado de la calle.
Ghejebré desde la ventana de su recámara lo vió alejarse en aquél auto y amargas lágrimas descendieron en cascada por su rostro contraído de la ira. Le era más fácil echarle la culpa a su pequeño primo de la maldición que yacía sobre él, de ese pozo humeante que inundaba todo aquello en lo que se recostara o se mantuviera en pies. Sangre, como una insistente gotera surgía de su sexo sin detenerse y lo manchada todo a su paso pero sólo él parecía notarlo, nadie más veía que se estaba desangrando.
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Noches de Penumbra y Melodía [BL]
Mystery / ThrillerÉl y yo estábamos destinados a estar juntos... más que destinados estábamos maldecidos ♪