Recuerdos perdidos.
Para una de las personas más maravillosa que he conocido en mi vida, gracias por estar leyendo ésto CCherryKola
—Regresaste, niño tonto.
La luz de las bombillas que se encendieron de golpe dejaron al descubierto todo aquello que la oscuridad se había encargado en sosegar. El olor a libros viejos luchaba en una batalla a muerte contra el aroma de madera barnizada que bailaba con suavidad en el interior de aquel despacho, y un eco de aquella hermosa melodía que había cesado unos segundos antes seguía latente en la lejanía como si tratase de armonizar el inevitable reencuentro.
Ya no había nada más, las líneas del destino trazado y la casualidad colisionaron hasta volverse uno. La historia iba a repetirse, nada ni nadie podría evitarlo.
Y aunque el tiempo había andado sin parar y pasaron muchos años parecía que en fracción de segundos estaban frente a frente una vez más, el curioso chico mirando al oscuro espectro de sonrisa afilada. Lucas Pierre sosteniendo la mirada de su amado, ocultando sus miedos y desdichas bajo el antifaz de una opaca felicidad. El fuego y el hielo fundiéndose en una recurrente tortura, cada vez más letal.
Dentro de ellos muy poco había cambiado, aún así ya no se miraban igual. Lo que una noche fué ya no sería más.
El jovencito Brown se mantuvo firme, aunque un fuerte escalofrío recorrió su cuerpo cuando la luz se encendió y dejó al descubierto al poseedor de aquella conocida voz que tenía matices de acento francés. Miró con detenimiento su frívola sonrisa y aquellas crudas cicatrices que adornaban el contorno de su labio y se extendían como oscuras ramas por su mejilla derecha, pero fué en sus ojos de fuego que concentró toda su atención, encontrándose, desnudandose; quedando expuesto a través de su mirada.
Y como si de un cerrojo se tratase aquellos recuerdos que alguna vez fueron encerrados se liberaron, como tenues sombras danzaron ante sus ojos y se sintieron tan tangibles que incluso pudo sentir cada uno de sus aromas, lo gélido o lo cálido de las noches que alguna vez había compartido con él.
Volvió al pasado sin siquiera tener que parpadear. Se miró de niño entrando a hurtadillas cada crepúsculo en la cocina para preparar un sándwich que luego llevaría emocionado al despecho, se encontró sentado sobre el escritorio hablando sin ataduras ni miedo con su único amigo, tocando el violín como él le había enseñado y luego buscándole en el despacho con un trozo de pastel en sus manos y el corazón desbocado, cuestionando si se encontraba allí, pidiendo que le perdonara.
Todos aquellos recuerdos estaban allí en su cabeza. Recordó cuando fué feliz junto a Lucas y también lo miserable que se sintió cuando su padre lanzó aquella gaveta llena de comida podrida ante sus ojos y luego le golpeó tan fuerte que deseó que la muerte le llevase, porque sí el violinista fantasma no era real entonces despreciaba la vida.
Lo que por un momento creyó una fantasía fabricada por su mente para sentirse acompañado en la soledad y la penumbra era una realidad, el protagonista de sus incontables sueños se encontraba sobre el regazo de aquel escritorio sonriendo con arrogancia.
—Lucas Pierre... —balbuceó el jóven, recordándole por completo. Sintió que el piso se estremeció y en cualquier momento caería, pero solo fué un sensación fugaz que le arremetió—. Estás aquí... Eres real.
Las manos del chico temblaban impacientes, pero no prestó atención a aquellos movimientos involuntarios ni a su mirada que se empañada cada vez más. Miraba expectante al joven de vestimenta anticuada, aún consternado, creyendo que aquello no podía ser real. Aunque tampoco quisiese que se tratase de un sueño.
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Noches de Penumbra y Melodía [BL]
Mystery / ThrillerÉl y yo estábamos destinados a estar juntos... más que destinados estábamos maldecidos ♪