Verdades.
Aunque los libros en muchos casos fueron aliados para escapar de la realidad, viajar a lugares increíbles y vivir cientos de vidas, aquellos que había leído últimamente sólo sembraban en su interior no más que miedo, temor a lo que sentía; a mostrar con libertad lo que era... A esa extraña atracción que sentía hacía Asher y lo que manifestaba su cuerpo al tenerle cerca.
Todo fué lentamente consumido por el fuego implacable del temor, hasta que se redujo a cenizas y se esparció haciéndose aún más latente.
Owen comprendió en aquellas páginas los insultos que le gritaba su padre cuando apenas era un niño, las risitas maliciosas de su tío al verle, lo que había querido hacerle Ghejebré aquella noche y lo asqueado que parecían estar algunos chicos de su antiguo colegio cuando se les acercaba.
Descubrió su orientación sexual. Aunque aquel concepto de la homosexualidad que había leído estaba lleno de conjeturas, prejuicios y tachadas, supo que aquella supuesta enfermedad definía lo que sentía, lo que era, y lo aceptó con valentía.
Pero también se llenó de miedos, no quería ser ahorcado en una plaza mientras era golpeado por espectadores de tan macabro hecho, temía ir a la cárcel o recibir un tratamiento hormonal obligatorio. No dejaba de pensar que había cometido un delito al besar a Asher, y que si alguien lo llegaba a saber sería acusado de sodomita y lo expondrían ante toda Inglaterra ¡Dios! No quería ni imaginarse los problemas que aquello le traería. Fué por eso que unas noches antes de que Cayden regresara al colegio militar, dejó una nota debajo de la almohada de Gale aprovechando que aún no había llegado del cuartel general al que solía ir últimamente con habitualidad.
El chico la consiguió esa misma madrugada cuando se aproximaba a acostarse, y con un poco de incertidumbre desdobló la hoja para leer su contenido.
Oh, Gale, sé que cometí un error y aunque tengo sospechas de que no me perdonará igualmente le pido disculpas. Ahora sé que mi comportamiento y ésto que siento es un delito muy grave. Perdón por hacerle caer ante la sodomía y contagiarle con la enfermedad de la homosexualidad, también le ruego que por lo que más quiera guarde mi oscuro secreto.
O.Brown.
Asher apenas pudo distinguir las letras entre la oscuridad del dormitorio, aún así entendió perfectamente a que iba aquella nota que no dudó en doblar nuevamente y guardar en el bolsillo de su uniforme. Le echó una mirada a la litera donde Owen se encontraba acostado para luego entrar a su cama, batallando contra aquellas ganas de ir a despertarle y abrazarle mientras le susurraba al oído que aquello que sentían no era algo de lo que disculparse ni una enfermedad contagiosa, que el amor no podía ser un delito y sí así era entonces no le importaba ser un criminal con tal de estar a su lado, contemplar aquellos hermosos ojos hasta perecer y besar no solo sus labios sino también su alma. No le importaba nada si estaba junto a él.
En cambio siguió allí sintiéndose un cobarde, sobre su litera con la mirada perdida entre la oscuridad y un extremo cansancio de todo aquello que cargaba sobre sus hombros. Ya no quería venganza ni que el pasado le siguiera consumiendo, ya no soportaba seguir en contracorriente de lo que sentía y lo que en verdad le atraía... Simplemente quería tratar de ser feliz.
Ser feliz con Owen Brown.
Quizás ya era hora de aceptarse.
Transcurría el año 1986, quizás el más cálido de la década, el invierno se había ido una semana después de la llegada del año nuevo y había dado paso a la salida del sol y al regreso de todos los alumnos al colegio militar, entre tantos el encantador Cayden Davies.
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Noches de Penumbra y Melodía [BL]
Mystery / ThrillerÉl y yo estábamos destinados a estar juntos... más que destinados estábamos maldecidos ♪