Hanabi
Las enormes manos de Baji me agarran de mi cintura mientras siento como su grueso pene se hunde una y otra vez en mi humedad, a un ritmo constante, sin detenerse un segundo. Soy un desastre de gemidos ahora mismo, abierta de piernas, apoyada en mis rodillas, con la grasa temblando con cada embestida. Mi cabeza cuelga en su hombro, jadeo su nombre entrecortado y me responde una maldición. Se ve atractivo, bueno, siempre es así, pero el sudor bajando por su frente, la tensión de su mandíbula, las venas de su cuello y sus gruñidos directamente en mi oído lo hacen aún más a mi ver.
Frente a nosotros hay un espejo al que nunca miré por vergüenza, me daba asco verme teniendo sexo, ni siquiera sé por qué lo tengo en mi cuarto, pero no pude ignorarlo por mucho. Keisuke no me dejó.
-Mírate Hanabi.- una de las manos del chico subió a mi mandíbula y me obligó a chocar miradas con mi reflejo. Sentí repulsión por mi cuerpo, pero no pude evitar excitarme más cuando pude ver mejor como su enorme polla penetra mi interior. Aún no supe cómo ese miembro con pasaporte entró en una cavidad casi virgen, pero eso era pregunta para otro día. -No ahí, tonta.- su risa ronca me provocó escalofríos y aunque no quería subí mis ojos de vuelta a la mirada del reflejo. -¿Qué ves?-
-Un monstruo.- respondí jadeando, incapaz de decirme algo bonito incluso en esa situación. Baji me hizo notar su descontento con un chasquido de lengua y como castigo hundió sus colmillos en mi hombro. -¡Eso duele, tonto!- chillé girándome a verlo, solo para que su mano me devolviera a como estaba antes. De alguna forma que yo no creí humana la velocidad de las embestidas subieron casi un 200% más, volviéndome de nuevo un maldito desastre de gemidos y lloriqueos.
-Respuesta equivocada, nena.- no creí que existiera algo más erótico que la voz de Baji ronca, pero un gemido suyo estaba a un nivel superior. Maldito Eros que creó semejante humano con sus manos talladas de lujuria. -No eres ni de cerca un monstruo.- negó mi comentario incluso con la cabeza y de la nada me cambió de posición.
Con una delicadeza indigna de él me empujó por la espalda, abrazando con una mano mi cintura mientras que la otra agarraba la casi deshecha coleta para tirar de ella y devolver mis ojos al espejo. Nunca había entendido porqué la posición ¨en cuatro¨ tenía tantas repeticiones en los libros eróticos que a veces leo, pero ahora que la experimentaba en primera plana era bastante obvia la razón. Se siente jodidamente bien que te follen desde atrás. Mis brazos me fallaron en algún punto, pero Baji no soltó mi cabello así que no me permitió caer.
-Eres una hermosa diosa nena.- gemí en respuesta, incapaz de modular algo coherente en ese punto. No me subas la autoestima… por favor, no me hagas sentir digna de estar a tu lado… rogé en mi interior, sintiendo algunas pequeñas lágrimas acumularse en las esquinas de mis ojos. Keisuke es demasiado injusto. -Eres preciosa. ¿Te incomoda tu peso, cariño? ¿Por qué? Yo adoro verte así, rellenita de amor y pronto de mi semen. ¿No quieres ver eso, cariño? Como mi polla deja bañado de blanco tu interior. Yo quiero verlo, tu lindo coño gordito expulsando mi semen después de rellenarlo. Mierda, joder.- Su voz, sus frases, sus gemidos y gruñidos, la forma tan exquisita en que me follaba, sus caricias a mis senos aunque solo tuviera una mano libre.
-Voy a…- no terminé, no me dejó hacerlo, pues en cuanto hablé su pelvis y mis nalgas empezaron a chocar con más fuerza. dejó mi cabello, caí a la cama en consecuencia. Mi culo levantado era víctima de alguna nalgada aleatoria que se le ocurría dejar, pero casi siempre sus manos de hierro apretaban mi cintura para seguirme follando con una fuerza bestial.
No aguanté mucho, una docena de embestidas y me deshice en gemidos bajo él, gritando su nombre y temblando por completo. No me dejó descansar ni un segundo, me siguió follando a través de mi orgasmo y poco después se corrió él, dejó su semilla en mi interior como antes había comentado. La respiración de ambos era errática, estaba cansada, tenía mucho sueño después de semejante actividad física. Miré el reloj digital de mi mesa de noche y un enorme 20:37 salía reflejado en blanco. Habíamos pasado casi dos horas follando, aquello me resultaba imposible de creer.
Pensé que ya todo había terminado, que Baji simplemente se iría y me dejaría ahí tirada, pero nadie preparó mi corazón para lo que vino después. Keisuke se levantó al baño, agarró varias toallitas húmedas y con una enorme paciencia empezó a limpiarme. Los muslos, las tetas, la cara. Todos los lugares en los que se había corrido, todos los rincones en los que me llenó de semen. No dije nada, no era necesario, solo esperé a que él terminase su trabajo, pensando que después de aquello sí se iría, pero nuevamente me equivoqué. Me cubrió con la sábana y se acostó a mi lado. Aquello era injusto, no quiero enamorarme y que, nuevamente, rompan mi corazón. Tengo miedo, no quiero, no quiero, no quiero…
-No me iré, no te dejaré sola, nena.- su voz baja, susurrando en mis cabellos tales bellas palabras mientras me abrazaba hizo que soltase lágrimas, de amor, de impotencia, de algo. Solo sé que estoy llorando y los brazos de Baji Keisuke se sienten un cálido hogar…
Luego me desperté. Sola en mi cama, completamente vestida, con una humedad notable entre mis piernas, lágrimas secas en mi cara y teniendo que irme ya a la escuela.
Mierda.
Lo prometido es deuda. Aquí les dejo su pequeña ración de lemon, que intentaré mejorar de aquí a los capítulos futuros.
No tengo mucho más que decir así que les adoro y pasen buen día/tarde/noche <3
Creo que habrá una disminución exagerada de comentarios en este capítulo.
![](https://img.wattpad.com/cover/286658896-288-k70768.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Fatty
FanfictionOye nena, manda a todos a la mierda, mueve tu cuerpo y muéstralo cómo gustes. No tienes que gustarle a otros, solo a ti misma. El que me la pongas gorda en un efecto secundario. ⍟AU! Tokyo Revengers. Aunque la Tōman existe esta historia está complet...