Hanabi
-Falta poco para que Baji-kun y Arata lleguen, quizás también vengan tus amigos, pero no estoy segura sobre eso…- desde mi posición algo incómoda de la cama observo a mi madre dar vueltas por la habitación, chequeando las máquinas que monitorean mis signos vitales.
-Ya veo… Mamá, ¿quieres parar un poco? Me pones nerviosa.- rogué desesperada al verla observar la máquina de nombre desconocido para mí por octava vez en minutos.
-... Vale…- su suspiro me dio algo de paz interna y pronto la tuve sentada a un costado mío mientras me abrazaba con cuidado. -Voy a empezar a pensar que nuestra familia tiene alguna clase de maldición con los autos…- reímos por su idea, a pesar de quedarnos calladas casi al instante.
-Hablé con papá… Aunque suene extraño.- confesé, sintiéndola tensarse contra mí, pero relajando su cuerpo después de unos segundos, por lo que opté continuar. -Le conté sobre nosotras. Sobre ti y sobre mi relación…-
-Supongo que por eso me comentaste aquello ¿no? Lo de Baji-kun.- asentí ligeramente a su pregunta, nerviosa por lo que sabía que iba a venir. -¿Estás segura sobre eso, cariño?-
-No… Sé que se va a poner triste y no soporto esa idea, pero… creo que es lo mejor ¿sabes? Para los dos…- suspiré con un mal sabor de boca, despegándome de mi madre cuando sentí el abrazo muy largo. -Esto va a dejar cicatriz…- no era una pregunta, sin embargo mi madre confirmó mi comentario viendo el corte largo que yacía en mi brazo. Me quedaría también con algunas cicatrices en el torso y las piernas, pero esas eran más fáciles de cubrir. Las de mi rostro por suerte eran pequeñas y mayormente raspaduras que sanarán pronto.
-Vas a necesitar una silla de ruedas temporalmente. Más tarde iré a tu escuela para explicar la situación e intentaré lograr que te hagan los exámenes en casa. De lo contrario sabes que podrías repetir.- aunque no sonaba así, sentí un ápice de regaño en sus palabras. Odio la idea de repetir. La parte en que todos tus compañeros estarán lejos de ti en clases e incluso la parte es ser mayor que todos me asusta y me desagrada. Honestamente, admiro a mi novio por haberlo soportado sin importarle nada.
-Vale… Ya llegaron.- comenté en cuanto sentí pisadas rápidas dirigiéndose hacia mi habitación, sabiendo perfectamente que unas eran de Arata.
-Se sienten… Te apoyaré en todo ¿vale? Tú solo has lo que consideras correcto.- Dejó un beso en mi frente y procedió a levantarse de la cama, esperando pocos segundos para abrir la puerta del cuarto y salir, saludando a mis hombres con una sonrisa.
Pasaron saludándola a la vez y corriendo hacia mi sitio, abrazándome con un poco de tosquedad que hizo que mis heridas dolieran ligeramente. No me quejé de todas formas, entendí que habían estado asustados, más por el hecho de que mi niño estaba temblando en mi pecho. Baji no temblaba o lloraba, pero sí tenía su cabeza oculta en mi cuello y se negaba a soltarme de cualquier manera.
-Mis chicos… Ya estoy bien, sobreviví.- susurré en sus oídos, dejando besos en todas las partes disponibles de ambas cabezas. Fueron unos largos minutos de mimos dulces hasta que por fin dejaron mi pecho y en general mi cuerpo, solo sujetando mis manos con cuidado.
Hablamos un poco más, pero cuando la madre de Arata vino a buscarlo (habían pasado solo 25 minutos) Baji y yo nos quedamos en silencio un rato antes de que él decidiera romperlo.
-Me asustaste mucho… No supe qué hacer cuando te vi volar unos metros toda ensangrentada… Pasé tanto miedo…- no era necesario mostrarme con lágrimas lo mal que la pasó esa noche que estuve debatiéndome entre la vida y la muerte.
-Pero ya estoy bien. Golpeada y con futuras cicatrices, pero bien y aquí, contigo, Baji.- ejercí más fuerza en su mano y la llevé a mi boca, besándola unos segundos antes de dejarla en mi regazo. Para ese momento ya él se había sentado a mi lado, apoyando su frente en mi hombro.
-Estás igual de hermosa…- dejó pequeños roces, tímidos como mariposas, por la piel descubierta de mi hombro antes de separarse y juntar nuestras frentes. -¿Quieres decirme algo? Me has estado mirando desde que entré.- Hice una pequeña mueca culpable y aunque quise separarme sus manos no me permitieron hacerlo.
-Yo… Mi padre murió hace varios años, en un accidente de coches como sabes… Yo… hablé con él. Bastante para el tiempo en el que estuve medio muerta por llamarlo de alguna forma.- en ese momento las palmas callosas de mi novio cubrían mis manos en forma de apoyo, dejándome vía libre para desviar la mirada. -¿Sabes? Antes de empezar a ser pareja mi madre y él fueron amigos, durante un tiempo tan largo que para cuando confirmaron su relación ya conocían todo sobre el otro…-
-Hanabi no estoy entendiendo el mensaje bien…- se había puesto nervioso. El que se alejara de mí y apretase sus propias manos me decía mucho.
-¿Cuál es mi color favorito?- la pregunta lo sacó de contexto, pero no contestó. Más bien no podía contestar. -¿Mi estación favorita del año? ¿Mis planes para el futuro? ¿De lo que quiero vivir o trabajar?- como mismo me sabía amargo decir algo así veía que a mi pareja le costaba igual o más asimilar mis cuestiones. -Charlar contigo es divertido Keisuke, te puedo contar de cualquier cosa y sé que no vas a juzgarme, pero no nos conocemos… No sé mucho sobre lo que piensas sobre nuestro futuro o si quiera si sabes que probablemente nos separemos en cuanto termine la preparatoria…
Baji… Tomémonos un tiempo.
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Fatty
FanfikceOye nena, manda a todos a la mierda, mueve tu cuerpo y muéstralo cómo gustes. No tienes que gustarle a otros, solo a ti misma. El que me la pongas gorda en un efecto secundario. ⍟AU! Tokyo Revengers. Aunque la Tōman existe esta historia está complet...