XXVI

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Baji

-Baji-san, es mejor que coma algo… Aunque sea un sandwich…- si bien escuché la voz de Chifuyu cerca de mí ni siquiera le dirigí la mirada al negarme.

Mis manos estaban hechas puños y mi frente apoyada en ellas. Estoy seguro de que el suelo brillante del hospital estaba debajo de mis zapatos, pero era incapaz de verlo. Sé que tengo los ojos abiertos, pero no logro enfocar nada.

El pasillo está mayormente en silencio y eso me resultaba peor. Escuché varias veces quejarse a Mikey por el repiqueteo de mi zapato contras las lozas blancas, pero solo con Draken y su novia, al menos sabía que no estaba de humor para sus berrinches. Kazutora por otro lado se mantuvo al lado mío junto con Chifuyu, intentando hacer que ingiriera algo. Ya se hacía de noche y no he probado bocado, aunque no es como si quisiese o pudiese.

La secuencia de mi novia alejándose de aquella tumba rápidamente y cruzando la calle afueras del cementerio sin mirar se repite como una película en mi memoria, haciéndome notar incluso los vidrios más pequeños que se clavaron en su cuerpo, en cámara lenta. Joder, iba a volverme loco.

Su madre y Shinichiro-san estaban conversando al final del pasillo junto a otros miembros de la banda de él, pero solo logré notarlo cuando una mujer pulcramente vestida y un niño que conozco más que bien aparecieron en las cercanías. Levanté por fin mi vista del suelo y aunque Arata también tenía los ojos rojos corrió a abrazarme sin soltar una palabra.

Yo no dudé en rodearlo con mis brazos y apretarlo a mí, queriendo que todo eso sea un simple sueño y que despierte por fin con Hanabi y Arata ahogándome en abrazos. Sin embargo, la luz roja que indica que la sala está en uso sigue encendida y no se apaga hasta ya oculto por completo el sol. Por fin sale alguien a darnos luz sobre el asunto, preguntando por los familiares de mi novia.

La mujer que es tan parecida a mi chica se acerca al doctor y pronto se apartan un poco de los demás, a pesar de que todos estamos preocupados. No sé qué le dijo pero en el momento que la fémina se giró a nosotros y asintió con una sonrisa supe que todo estaría bien. Hanabi había sobrevivido.

No soy de llorar mucho, menos en público, pero no tenía fuerzas para hacerme el duro. Mi novia casi muere en un accidente, no es algo que pase todos los putos días. Las manos del niño se hicieron puños en mi camiseta y bajé mi mirada a él, apretando un poco más el abrazo cuando sentí la humedad en mi pecho. Fueron demasiadas emociones para el infante y para mí.

Los siguientes minutos se resumieron en todos despidiéndose y dejándonos solo a la madre de mi pareja, a mí y a Mitsuya en el hospital. Este último porque tenía que esperar a que su madre le llevase a casa ya que su moto estaba en el taller de Shinichiro. El mocoso se fue con su madre aunque no quería, pero le prometí ir a buscarlo mañana para la visita.

Aunque mi suegra y yo queríamos permanecer en el hospital, no era lo más adecuado y es que no íbamos a ver a Hanabi hasta mañana así que decidimos regresar a casa, cada uno por su lado. Si soy sincero, tengo demasiadas ganas de encerrarme en mi cuarto y abrazar a los gatos que ni siquiera me tomo el tiempo de analizar que mi madre ya se fue a dormir.

Hanabi

-Cuando me hablaron de la muerte y el limbo nunca pensé que sería algo así la verdad…- sentía como el pasto fresco agujereaba la piel de mis pies y aunque era incómodo no llegó a ser doloroso.

-Déjame adivinar, ¿te imaginaste un tribunal con demonios que te leen todos los pecados?- la voz del hombre detrás de mí salió burlona y alegre, pero con tonos melancólicos que no se molestó en ocultar.

-Quizás…- no tenía ganas de extender más la charla inutil, sentía que mi tiempo se acababa y quería aprovecharlo al máximo. -Sabías que iba a pasar eso con tu familia ¿no?-

-Pude imaginarlo… Mi hermano siempre fue ambicioso, que tomase mis acciones de la empresa fue algo que preví.- aclaró, sentándose en la colina verdosa, viendo hacia un cielo infinito.

-Debiste haber advertido a mamá, lo pasó muy mal con las cuentas los primeros meses…- regañé, tomando asiento justo a su lado y apoyando la cabeza en su hombro. Se sentía tanta paz allí que por un momento no quise irme de ningún modo.

-Quizás…- me dio la razón y sentí el rastro húmedo de un beso en mi frente, antes de que su mano encontrase lugar en mi cabello y empezase a acariciarlo. -... ¿Ella es feliz?-

-No…- no podía mentirle. Mi madre sigue llorando en las madrugadas, sollozando su nombre mientras ve fotografías de cuando estaban en pleno noviazgo. Si bien yo no había llegado a sus vidas aún, sé con seguridad que esos momentos fueron los más felices de su vida.

-Comprendo…- sé que se siente culpable, yo también lo haría en su lugar, pero no puede hacer nada. No podemos hacer nada. -Quizás debí luchar un poco más por vivir… Quizás me hubieran dado una segunda oportunidad…-

-Quizás… Ya es imposible saberlo, ¿no? Ya es tarde…- susurré, apretándome contra él y durmiéndome lentamente.

-Ya es muy tarde…- farfulló, parando las caricias y dejándome caer en un profundo sueño.

-Te extraño mucho… Papá…- me despedí y aunque lo extrañaba, esperaba no verlo pronto.






Hooli, nuevo cap <3 5mentarios
Pasen buen/a día/tarde/noche
Les adoro <3

FattyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora