T R I G É S I M O N O V E N O

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Fue difícil llegar a casa.

Pasaron varias horas hasta que por fin pudieron salir del hospital.

Después de entrar en aquella habitación se quedaron ahí, Yoongi intentando todo lo que podía para calmar a Jimin. No sabía cómo pero incluso terminó arrullandolo cual bebé porque cada vez que se movía aunque fuera un poco, el pequeño empezaba a llorar. Lloraba de esa forma que le rompía el corazón al alfa, por eso no quería moverse pero debían irse.

Ya no quería estar más tiempo en ese lugar.

Su teléfono cayó al suelo cuando Jimin se lanzó a él pero afortunadamente tenía el otro en el bolsillo de su pantalón, llamó a Jin para que lo ayudara a salir pero cada vez que intentaba moverse el pequeño Jimin se despertaba. Porque si, se durmió en los brazos de Yoongi pero no era un sueño muy profundo.

Su alfa estaba inquieto porque no estaba en un ambiente propio, y era raro pero su alfa sentía que no podía proteger a Jimin ahí. Debía llevarlo a su territorio.

En otro momento se dentendria a pensar sobre ese comportamiento de su lobo, solo porque creía que tenía algo de razón y también porque sabía que Jimin se sentiría más seguro en su casa.

Tuvo que hablar muy, muy bajo cuando llamó a Jin y entre los dos acordaron que lo mejor sería ponerle un tranquilizante al omega de otro modo volvería a despertar y quizá corriera otra vez. No querían eso así que con sumo cuidado Jin entró en la habitación con una jeringa, cuando Jimin sintió el piquete de la aguja se removió llorando a viva voz.

Solo pasaron unos segundos hasta que hizo efecto el calmante y el pequeño cayó rendido. Ambos pudieron respirar mas tranquilos al ver al omega profundamente dormido.

Jin le ayudó a Yoongi a enfundar a Jimin en su abrigo y salir de ahí.

El alfa lo cargó en brazos y lo puso en el asiento trasero de su auto. Su primo se despidió de ambos y el emprendió camino a su casa.

Ahora por fin habían llegado y estaba entrando a su habitación, cuando por fin estuvo en casa seguro y Jimin estuvo sobre su cama pudo respirar tranquilo.

- Eso fue... Agotador...

Puso sus manos en sus caderas dejando sus brazos en forma de jarra, tratando de calmarse antes de cualquier cosa. Vió a Jimin tendido sobre sus sábanas completamente dormido pero aún con su ceño ligeramente fruncido, el alfa salió con dirección al cuarto de Jimin en busca de una pijama.

Al regresar se acercó y con cuidado retiró su abrigo, luego hizo lo mismo con la bata de hospital que aún llevaba.

Jimin quedó desnudo ante él.

Dió un paso atrás sólo para admirar al hermoso omega que era Jimin, había florecido como una flor de cerezo. Su piel era de un canela suave más bien tirando a ser clara, su cabello que cubría su frente y parte de sus ojos era increíblemente suave, él lo sabía porque cada día acariciaba esas hebras con dulzura.

Su cuerpo había ganado más volumen y definición, antes sus costillas eran visibles, sus brazos muy delgados. Ahora su pecho se miraba fuerte y podía ver los músculos en sus brazos y en especial en sus piernas.

No quería demorar mucho porque podría tener frío estando de esa forma, tomó el pantalón y pasó cada pierna por la prenda que se ajustó a su cadera. Pasó el suéter grueso por su cabeza y luego con delicadeza por cada brazo, acomodó la ropa y lo cargó hacía arriba hasta dejarlo sobre las almohadas y cubrirlo con mantas, esperando que ahora sí pudiera descansar tranquilo.




























































































T R A S H - [Y O O N M I N]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora