S E P T I M O

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Despertó a mitad de la noche porque sintió que iba a caerse de la cama solo que, bueno, esa no era su cama. Era su sofá. Otra vez.

Se masajeó el cuello un poco y se levantó dispuesto a dormir en uno de los cuartos de huéspedes.

La noche anterior le fue difícil llevar al chico para que durmiera en la cama. Al final tuvo que despertarlo, o al menos intentarlo porque aún cuando lo llamó, este parecía casi borracho. Pero de sueño, claro.

Estaba muy soñoliento y casi lo arrastró al segundo piso con todo el cuidado que pudo, de no tocar su espalda para no hacerle daño. Cuando por fin lo logró, lo acomodó boca abajo y lo cubrió.

Después de eso se había quedado en su laptop terminando su informe, lo envío a las personas correspondientes. Revisó y respondió los correos que tenía pendientes, además envío un comunicado a su secretario donde le decía que se tomaría unas semanas de descanso.

Recuerda que apesar de que ya era tarde se le ocurrió la idea de buscar en la página de la policía, en la sección de personas desaparecidas a ver si encontraba algún reporte con respecto al chiquillo que tenía como huésped. Curiosamente no encontró nada.

Talves nadie lo estaba buscando, talves como el mismo dijo no tenía a nada ni nadie más.

Pero eso era imposible, debía tener padres, familia, algún amigo o conocido que estuviera preocupado por él ¿No?

Alguien debía conocerlo o saber algo.

Esa es la razón por la que se quedó hasta tarde buscando en páginas de los departamentos de policía, no solo de Seoul sino de las ciudades cercanas tomando en cuenta la posibilidad de que hubiera venido de otro sitio.

Sin embargo, no halló nada. Ni un reporte, foto o descripción que coincidiera con él. Tan intensa fue su búsqueda que no se dio cuenta cuando cayó completamente rendido otra vez en su sofá.

Para cuando volvió a despertar ya era bastante tarde, vió el reloj de su celular y eran las dos de la mañana. Solo por precaución se acercó al chico y tocó su frente tal y como lo había hecho la noche anterior.

Pero esta vez no tuvo tanta suerte. Su temperatura estaba alta. Encendió la luz de la habitación ya que antes apenas tenía encendidas las lámparas de las mesitas de noche.

Lo descubrió un poco y movió su cabello para tocar mejor su frente, en serio estaba caliente. Casi corrió al baño y trajo un termómetro, con cuidado lo puso entre los labios del Omega y lo encendió. Esperó un rato hasta que sintió en pitido y con el mismo cuidado lo saco de la pequeña boca.

Tenía 38.7 grados de fiebre.

Rayos.

Jin le dijo que eso podría pasar e incluso le dio las indicaciones necesarias por si el momento llegaba. Suspiró un poco cansado y se puso en marcha.

Volvió a cubrirlo muy bien, luego fue a la cocina y agarró una fuente que llenó con agua y cubos de hielo. También tomó varios trapos secos y los subió a su cuarto, puso en la mesita de noche el recipiente y se fue al baño ya que justo en su despensa tenía algunas cosas que le servirían.

Sacó algodón y alcohol.

Ahora si tenía todo lo que necesitaba.

Lo primero sacar dos bolas de algodón y humedecerlas con bastante alcohol, bajó las sábanas hasta la mitad de la espalda del muchacho.

Podía ver a través de la abertura de la prenda todas las heridas cubiertas, pero su objetivo era poner el algodón bajo sus axilas. Con la precaución de no lastimarlo abrió los pocos botones y al hacerlo vió como el frágil cuerpo se estremeció ligeramente.

Hacía bastante frío y pasar de estar arropado a totalmente descubierto no es muy agradable en especial si tienes fiebre, fue por eso que lo hizo todo lo más rápido posible.

Con los algodones empapados puestos en su lugar, acomodó su ropa sin abotonarla ya que después debía revisar de nuevo.

Ahora que ya lo había vuelto a cubrir con las cobijas tomó la fuente con hielo y agua, y humedeció el paño para ponerlo sobre la frente del chico.

Antes de dejarlo completamente quieto sobre su frente, lo pasó con suavidad por todo su rostro e incluso por su cabello. Si Jin tenía razón eso le ayudaría a bajar la temperatura de su cuerpo.

Suspiró de nuevo.

Sin duda sería una noche larga.

T R A S H - [Y O O N M I N]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora