T E R C E R O

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El viaje a casa no fue fácil. En parte por las constantes miradas del conductor a la parte trasera del auto que lo cuestionaban silenciosamente, por otro lado el hedor nauseabundo que desprendía el muchacho que se combinada con el olor de su miedo, sumado a su cuerpo tembloroso que causaba un ambiente bastante incómodo, a su lobo le inquietaba que el chico tuviera tanto miedo de él.

Su lado racional le decía que era apenas lógico, antes estuvo literalmente escarbando en su basura y llega él de repente a perseguirlo. Luego usa su voz de alfa para ordenarle cosas, no se conocían ni siquiera de nombre. Si el cachorro era de la calle no confiaría en un desconocido que lo subió a un coche con un destino que desconocía.

Todo se arremolinaba en su interior inquietandolo cada vez más, su pierna saltaba en su posición pero trataba de verse calmado por el cachorro asustado que tenía a su lado. El conductor tuvo que repetirle la pregunta de si lo llevaba a su residencia principal o a otro lugar.

Él ya había decidido descansar del trabajo así que su casa era el mejor lugar. Durante el camino envió mensajes a Jin su médico de cabecera sólo porque le había comentado que estaba dictando algunos seminarios y sabía que no estaría en el hospital, se sintió un poco culpable por mentirle a su primo diciendo que lo necesitaba urgentemente porque su salud peligraba.

Digamos que no era del todo falso, solo digamos que era así. No sabía cómo explicarle la situación y necesitaba que llegara a su casa lo más pronto posible y con esa mentira blanca se aseguraba que fuera así.

Al llegar tuvo que usar su voz de mando una vez más para que el chico bajara del auto y lo siguiera al interior del lugar. YoonGi cruzó la puerta y se deshizo de sus zapatos para ponerse algo más cómodo pero como vió que muchacho no se movía del portico se agachó para quitarle los zapatos él mismo. Pero lo que halló en su lugar fue completamente una sorpresa.

Solo tenía unos calcetines que quizá en algún momento fueron blancos y estaban llenos de agujeros que dejaba a la vista sus sucios y pequeños dedos. Lo mejor sería dejárselos así que solo puso unas suaves pantuflas con cuidado bajo cada pié hasta que los encajó dentro.

- Sígueme.

Lo guió por el espacio hasta llegar a la sala y volteó a verlo, éste tenía la mirada en sus pies y tiraba insistentemente del final de su suéter. Oía como sorbía por la nariz ocasionalmente dando a entender que aún estaba llorando.

- Espera aquí.

Fue a la cocina y se sirvió un vaso de agua helada. Hacía frío pero de algún modo necesitaba calmar el fuego que tenía en su interior. Sacó su teléfono de su bolsillo y vió en la pantalla el nombre de SeokJin supo de inmediato que eso sería seguido de un timbre. Y justo como predijo a los pocos segundos lo escuchó.

El pequeño parecía asustado del sonido pues se pegó de espaldas a la pared mas próxima con su expresión de terror otra vez.

YoonGi lo miró por un segundo y suspiró.

- ¡¿Que te sucedió?! ¿Estás bien? - la tormenta que era su apreciado primo entró rápidamente apenas abrió la puerta y sin detenerse a preguntarle más se dedicó a darle una revisada con su vista y manos tocando sus brazos, hombros, viendo sus ojos y su cabezas. Suspiró sonoramente al ver una sonrisa burlona en la boca de YoonGi.

- ¿Acaso estás loco, imbécil? - soltó un golpe directo a su pecho que no fue tan suave.

- Lo siento Jin-Hyung pero si es una emergencia, solo que no es por mí.

- ¿Qué?

Jin aun no había reparado completamente en su entorno hasta que YoonGi volteó y fijó su mirada en el muchacho que permanecía en la misma posición y con misma expresión.

T R A S H - [Y O O N M I N]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora