S E X A G E S I M O P R I M E R O

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Una extraña sensación se estaba colando entre sus sueños, se sentía caliente a pesar de que sabía que era una temporada muy fría.

Sus párpados se negaban a abrirse.

Estaba muy cansado ya ni sabía que hora era o cuando logró dormirse la noche anterior, pero algo insistentemente se trepaba sobre él.

— ¿Mmh...? — De algun modo era una sensación de dejavú — ¿Qué...?

Sus ojos tardaron solo unos momentos en acostumbrarse a la oscuridad, parpadeó un par de veces antes de entender lo que estaba pasando.

— Por la luna... No otra vez...

Cerró los ojos nuevamente, considerando la opción de volverse a dormir o hacerse el muerto. Ambas opciones era tentadoras y descabelladas a partes iguales.

— ¿Cuánto crees que pueda resistir ésto? No soy una roca sabes...

Suspiró abriendo los ojos nuevamente, sus manos se movieron para colocarse en las caderas que se movían insistentemente sobre su centro y asi al menos tratar de detenerlo.

Jimin, estaba sobre él.

Sus piernas a cada lado de su cadera.

Le había puesto anoche una de sus camisetas después de tirar lejos el suéter que apestaba a Matthew, ahora sostenía el extremo de esa prenda en su boca, con sus dientes dejando al descubierto su pecho frente a él. Jimin estaba erguido encima de su cuerpo moviéndose ligeramente hacia delante y hacia atrás, con su mano acariciaba su propio pecho y abdomen mientras miraba a Yoongi con ojos nublados.

Nublados de lujuria.

Suspiró de nuevo al notar que el movimiento de su pelvis no se detenía incluso si lo sujetaba con sus manos.

Sabía que esto podría pasar, Jimin estaba muy cerca de que su animal se manifestara completamente y eso tenia varias implicaciones. La conclusión a la que había llegado es que Jimin tendría su primer celo pronto sumado a su primera transformación, todo eso era una pesada carga para su cuerpo, su sistema hormonal estaría en su última fase de normalización este sería el paso más importante para que llegar a un sano equilibrio.

Pero por dios... Esto lo estaba matando...

La mirada de ojos azules, la sonrisa torcida y coqueta, el embriagante aroma que llenaba el lugar, su cuerpo ondulante, el mismo Jimin se estaba tocando todo frente a él.

Estaba al alcance de sus manos, si el quisiera podría tomarlo en ese justo momento y hacerlo suyo. El omega de Jimin lloraba cada vez llamando a un alfa, muy probablemente eso fue lo que le pasó a Matthew, se dejó llevar por ese llamado y estuvo a punto de cometer una locura.

Y la verdad... ¿Quién no?

Ese pequeño omega expulsaba su delicioso aroma viéndose de esa forma, moviéndose así en medio de la noche... Tendría que ser una roca para no sentir nada, y Yoongi no lo era.

El pequeño dió un saltito sobre su otro Yoongi y este también despertó.

Maldición...

— Ca...

Cortó lo que iba a decir y decidió llamarlo de otra forma. No era del todo su pequeño después de todo.

— Omega... ¿Qué es lo que quieres?

Yoongi agudizó su vista y se enfocó completamente en el omega delante de él, respirando de forma pausada tratando así de concentrarse en mantener el control. Y tratando de evitar mirar como su mano bajaba a su vientre tocando ahí en forma circular.

T R A S H - [Y O O N M I N]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora