S E X A G E S I M O S E X T O

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Se removió en la cama porque sentía un vacío donde debería haber calidez, estiró su brazo tanteando a través del espacio para encontrar lo que faltaba. A veces Jimin se movía mientras dormía y terminaba muy lejos de él, solo necesitaba traerlo de vuelta a su sitio.

Pero… ¿Qué tan grande podría ser su cama que no podía hallarlo?

Tal vez, fue al baño o a la cocina, pensó. Abrió los ojos sólo para encontrarse envuelto en su cobija pero la cama estaba vacía.

Eso lo alarmó, el sueño se disipó rápidamente cuando encontró en la maraña de tela que eran sus sábanas el albornoz que estaba usando Jimin anoche. Sus ojos se abrieron y se levantó de inmediato, por su cabeza pasaron una infinidad de pensamientos como una cascada caudalosa.

Pero no podía ser.

Él había modificado su sistema de seguridad y cambiado las cerraduras de puertas y ventanas, ahora no solo tenía la clave se acceso principal sino que además tenía una secundaria, era algo que solo activaba en las noches se requería de una segunda clave que Jimin no sabía. Si Jimin intentara ingresar la clave principal o algún otro número más de tres veces se dispararía una alarma que Yoongi podría escuchar en toda la casa.

Se hizo de esta forma para evitar que intentara salir como la vez anterior, así que definitivamente no podía ser eso.

¿Cierto que no?

Intentaba poner su cabeza en orden y no entrar en pánico mientras bajaba las escaleras de dos en dos, mirando de lado a lado, revisó la puerta. No se ingresó ningún código, no había intentado salir. Hizo lo mismo con las ventanas más cercanas, ahora si solo lo encontrara…. No salió, entonces… ¿Dónde?

Comenzó a correr por la casa buscando en las habitaciones del primer piso, en los baños, bajo las mesas, llegó a la cocina y buscó en los cajones y estanterías, no sabía por qué estaba buscando en tal lugar solo no podía detenerse y ya estaba empezando a desesperarse.

— ¿Qué es? — Su respiracion estaba agitada — Tal vez… alguien se lo llevó…

Un pensamiento loco producto de su desesperación lo azotó ¿Y si alguien se llevara a Jimin lejos de él?

Era ridículo…

Un ruido interrumpió su desordenada línea de pensamiento, de inmediato aterrizó su cabeza en el ahora. El ruido provenía de la sala.

Se acercó despacio caminando desde la cocina, sus pies descalzos iban lento sintiendo algo extraño en su pecho.

Las luces no estaban todas encendidas así que la casa aún estaba plagada de bastante oscuridad, caminó por lo que pareció ser un camino largo pero que no eran más de diez pasos.

Se sentía casi como si fuera una película de terror y estuviera a punto de encontrar al asesino serial, pero…Oh sorpresa, no podía estar más lejos de eso.

En el sofá acurrucado había una bola de pelos blanco y gris, estaba enrollado sobre si mismo de tal modo que parecía nada más que pelo.

Yoongi se sorprendió porque de todos los pensamientos que inundaban su mente, por alguna razón, este ni siquiera figuraba.

Se acercó al animal que parecía del tamaño de un perro, su olor lo delataba, era como la primavera, flores de cerezo, como Jimin pero con un toque picante parecido a la canela.

— ¿Jimin…? — Jimin se había transformado mientras él dormía.

Pero ¿Cómo no se dio cuenta? La última vez fue muy traumático hasta el punto de querer arrancarse la piel, sin embargo ahora dormía plácidamente en su sillón. ¿Era posible eso? Todas las veces anteriores fue doloroso para él ¿Por qué era diferente ahora?

Cuando estuvo lo suficientemente cerca se sentó a un lado, no tan cerca pero tampoco demasiado lejos. Sus manos picaban por tocar ese pelaje que parecía ser suave y esponjoso, en la posición que estaba apenas podía ver su cabeza y sus orejas, eran de una curiosa combinación entre blanco, negro y gris.

Colores muy particulares para la especie que resultó ser Jimin, ya esperaba que fuera un cánido por lo que había visto antes, pero los zorros no eran tan comunes.

Jimin era un zorro, y uno muy particular. Uno que no había visto nunca.

Era parecido a un zorro ártico puesto que era mayormente blanco pero esas partes de su cuerpo le decía que eso no era del todo correcto, sus orejas estaban manchadas de un color oscuro y había una línea del mismo color que parecía recorrer su espalda.

La razón del color blanco de los zorros artícos es el camuflaje pues ese es el color de la nieve, así que ese color grisáceo no era propio de ninguna raza que conociera.

Buscó su teléfono para tomar una foto, debía mostrárselo a Jin luego y averiguar de que se trataba.

Mientras buscaba su teléfono que por fortuna estaba cerca, el pequeño zorro se empezó a remover entre los cojines del sillón, despertándose.

Yoongi se paralizó cuando vio los ojos abiertos de su cachorro, era un azul tan claro que parecían dos canicas hechas de hielo, un azul glacial y frío que se sentía como una ventisca de invierno.

Su olor era como el de la primavera pero su mirada era como el invierno.

Sin darse cuenta su dedo aterrizó en la pantalla de su teléfono logrando tomar una foto, el sonido de la cámara y la luz del flash irrumpió entre el silencio y la oscuridad.

El cachorro se veía un poco asustado, la posición de su cuerpo y sus orejas bajas se lo decía.

Viendo la imagen que había capturado decidió que se la enviaría a Jin luego, si lo hacía ahora estaba seguro de que querría llamarlo y no quería hablar con nadie justo ahora.

Ahora podía ver además las manchas que rodeaban sus ojos que emulaban una pequeña máscara, casi quería reírse  porque realmente no esperaba que Jimin se viera de esa forma.

Pero…¿Cómo era posible que ahora fuera incluso más tierno?

Quería tocarlo pero el pequeño se veía asustado, su cara estaba inclinada hacia abajo sus orejas caídas y sus ojitos de cachorro mirándolo.

Acercó su mano un poco, solo un poco para que viera que no iba a hacerle daño, el pequeño zorro se encogió y se echó hacia atrás.

— Oye…— Habló muy bajo casi en un susurro — Soy yo mírame, todo esta bien soy yo. Nada malo va a pasar, lo prometo.

El cachorro pareció entender lo que decía, no hizo nada diferente pero al menos se quedó quieto mientras Yoongi acercaba más su mano.

— Buen chico… eres un buen chico…

Cuando al fin alcanzó a tocar su cabeza el pequeño zorro se estremeció con su toque pero no huyó, permaneció muy quieto como esperando algo.

— Nada malo va a pasar, no tengas miedo.

Su mano lo tocó ligeramente pero luego pudo hacer lo que realmente quería desde que lo vió, enterró sus dedos en el abundante pelaje blanco y gris. Era como tocar un diente de león sentía que en cualquier momento se desvaneceria como una nube, era tan suave al tacto que se encontró a sí mismo frotando con insistencia desde su cabeza hasta su lomo.

El pequeño zorro pareció reconocer el tacto porque de inmediato su actitud cambió, empezó a chillar y moverse por el sofá, estaba saltando de un lado al otro.

Estaba… ¿emocionado?

Se veía como un cachorro que recibía a su dueño al llegar a casa, saltaba entre el sofá más grande y los pequeños pasando incluso por sus regazo. Ya que Yoongi no sabía que hacer con su emoción, solo se quedó viendo esperando a que se calmara.

El cachorro solo se calmó cuando se puso sobre su espalda y le mostró la panza al alfa. Sus patitas quedaron al aire y en su cara podía ver sus ojos cerrarse de la misma forma que lo hacía cuando sonreía, sus orejas se bajaban y su hocico se abría cada vez que chillaba dejando al descubierto sus dientes y colmillos.

— ¿Qué sucede? — Jimin le estaba mostrando su panza blanca y peluda. Ese era un signo de mucha confianza, esta era una zona muy vulnerable ya que si fuera atacado en ese lugar sería muy peligroso y, generalmente, mortal.  El hecho de que mostrara aquella parte tan importante era prueba de la confianza que le tenía.

Yoongi estaba tan feliz, casi sentía que no era merecedor de tal honor pero no podía perder la oportunidad de tocar alguna parte de su cachorro, así que sin dilación paso su mano por la suave superficie de su abdomen.

Era tan suave como el resto de su cuerpo, el cachorro se retorcía en los que parecía ser alegría y emoción, su chillido era muy y similar a una risa.

La cabeza del zorro se posó sobre el regazo de Yoongi poniendo sus patitas sobre sus piernas, el restos de su cuerpo quedó en el sofá. Su majestuosa cola se movía lentamente de un lado al otro.

Estaba tan concentrado en acariciarle el lomo que casi no notó el momento en que empezó a cambiar sino cuando ya su pelaje tupido y suave se convirtió en tersa piel humana. Su lomo canino se convirtió en una esbelta y fibrosa espalda terminada en una perfecta curva que deba paso a su redondo trasero.

Su mano se detuvo antes de llegar muy lejos, su pequeñas garras ahora eran manos que se cernían a sus muslos y su cabeza estaba en un lugar un tanto peligroso.
— ¿Cachorro?
Esta vez no sufrió traumatismos graves, su cambio se dio de la forma correcta y eso, dentro de todo, le dio alivio a Yoongi quién priorizará sobre todo la salud de su cachorro.

El omega permaneció son su cabeza sobre su pierna sin responder a su llamado, el pequeño movía su cara olfateando el lugar como buscando algo.
— Jimin que-
No pudo terminar de hablar pues Jimin repentinamente se había movido enterrando por completo su cara contra su ingle, refregando su cara de un lado al otro aspirando fuertemente justo donde estaba su otro Yoongi, quien hasta ese justo momento había estado dormido.

Luego de aspirar con fuerza, levantó su cabeza mirando a Yoongi son esos ojos de hielo que parecían aún más profundos ahora.

— Alfa…mm…

Su aterciopelada voz salió de entre sus labios como si fuera una fría ventisca de invierno que erizada toda su piel pero que a la vez le calentaba la sangre. El pequeño se levantó moviéndose de forma grácil,  trepandose cuál enredadera por su cuerpo y encajando cada pierna a su lado. Su cuerpo desnudo por completo se sentó sobre sí, sin dejar un centímetro de espacio que los separara.

Tomó al alfa por la tela del cuello de su camisa y tiró con fuerza de él dejando aún más sorprendido a Yoongi cuya expresión era una mezcla de incredulidad y expectación, jamás había estado que Jimin metiera su cara en aquel lugar pero lo hizo con tal naturalidad como si fuera lo más normal para él, eso lo dejaba con la pregunta de ¿ Que hará después?

Su cachorro pegó su cabeza nuevamente contra su piel, esta vez en su cuello, su pequeña nariz olfateando la extensión de un lado al otro apretando entre sus cortos dedos la tela de su ropa. Sus propias manos estaban estáticas sin saber donde  tocar.

Jimin se separó nuevamente y lo miró en profundidad, como si quisiera ver a través de su alma.

— Alfa… te quiero, alfa…

El omega tomó la mano de Yoongi y la guió a su cadera y ante la mirada atónita del pelinegro desató todo su aroma. Sus feromonas se desbordaron de su cuerpo como una cascada y el impacto aturdió a Yoongi dejándolo ligeramente mareado, una sola bocanada fue suficiente para despertar por completo sus instintos. Su ojos, que hasta poco eran negros, se tornaron rojos y su pupila se alargó para enfocar su nueva presa.

La mano en la cadera de Jimin se contrajo apretando sus carnes mientras la otra comenzó su camino subiendo por la pierna de Jimin, desde su rodilla hasta su trasero.

El omega nuevamente hundió su cara en su cuello y movió su pelvis un poco, su lengua lamió su piel dejando un rastro de su saliva por donde pasara.

Yoongi lo dejaba ser porque estaba como hipnotizado, había perdido la  noción de quien era y cual era su objetivo, por fortuna (o no) la recupero al sentir el punzante dolor de la mordida en su cuello que le regalo el omega. Su cuerpo se sobresaltó pues no esperaba semejante cosa, y es que no era solo que agarro su piel con su dientes, los colmillos de Jimin atravesaron su piel. Sentía como la sangre salía y era limpiada por la lengua del pequeño.

Quitó su mano de la cadera contraria y agarró un puñado del cabello del omega, jaló con algo de fuerza para lograr sacarlo de su cuello.

En este punto sus ojos rojos denotaban la presencia de su alfa a flor de piel, una mirada abrazadora de un ardiente rojo se enfrentaba con gélido azul. Si los ojos del alfa parecían dos bolas de fuego, los del omega parecían dos filosas lanzas de hielo.

— De acuerdo, omega. Tu ganas. Esta noche te daré lo que quieres.

Su respiración agitada y su voz profunda llenaron la noche, esa declaración los dejó temblado de expectación a ambos.

El celo de Jimin oficialmente había empezado.








































































Jimin es un zorro de mármol canadiense, algo así

Es una especie de zorro ártico pero híbridas con el zorro rojo

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Es una especie de zorro ártico pero híbridas con el zorro rojo...creo

Es lindo ¿no? 🥰

Pues el de arriba es un peluche, uno real se ve así

 Pero yo me inspiré específicamente en la imagen del primero porque me pareció muy lindo

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Pero yo me inspiré específicamente en la imagen del primero porque me pareció muy lindo

 Pero yo me inspiré específicamente en la imagen del primero porque me pareció muy lindo

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T R A S H - [Y O O N M I N]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora