1. Coincidencia.

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Era un día soleado, cuando la joven Monserrat se encontraba con su novio en los boliches. El chico era fan de acudir a ese tipo de lugares, mientras que ella prefería ir a un lugar menos ruidoso y tranquilo.

-Monserrat, mira mi récord -dijo el chico, intentando llamar la atención de su novia, quién observó la pantalla frente a ella pero por más que intentó, no entendió de que manera se contaban los puntos del juego.

-Wow, es genial, Abisai-dijo la chica, fingiendo haber entendido.

Abisai, siguió jugando mientras Monserrat se distraía leyendo un artículo de medicina, para ser más específicos, leía sobre la cardiopatía congénita. Ella era una gran fanática del órgano encargado de bombear sangre al cuerpo humano, por lo que era un hecho que su especialidad sería Cardiología. Sin embargo, había decidió darse un año libre y después empezaría la especialidad. Eran dos razones las que conformaban su decisión; la primera, necesitaba un descanso brutal del rollo de tareas, clases en línea y en segunda, había prometido a sus amigos de la prepa que también están estudiando medicina, que los esperaría.

Monserrat había nacido con un gran cerebro. Era lo que comúnmente la gente llama "niña prodigio". Su veloz cerebro la ayudó a saltarse un año en la preparatoria, por lo que entró de diecisiete años a la universidad y se graduó a los veintitrés. Sus amigos aún les quedaba un año para graduarse, así que sería el que ella usaría para descansar y cuando ellos se graduaran, podrían entrar al mismo tiempo a la especialidad.

-¿Qué estás leyendo? -cuestionó su novio.

-Un artículo sobre cardiopatía congénita.

-¿Y eso es...?

-Enfermedades del corazón que se desarrollaron cuando se estaba en el útero.

-Interesante.

-No fijas, eres Licenciado en Gestión de Negocios Internacionales, lo tuyo son las cifras, no los órganos.

-Eso es correcto.

-Iré a buscar algo para beber -anunció la chica, para luego levantarse de su lugar y dirigirse a la máquina expendedora de bebidas.

En su camino, pudo observar a un chico, sentado en un mueble con un niño. Parecía que él estaba platicando animadamente con el pequeño aunque a éste último no se le entendiera nada de lo que decía.

A Monserrat le pareció una tierna escena, para luego percatarse que a unos metros de él, dos chicas se reían mientras lo observaban y una de ellas lo estaba grabando. Al parecer era su novia ya que el chico alzó su rostro y aventó un beso al aire en dirección a la chica que lo filmaba.

El chico se dió cuenta de la presencia de Monserrat, y quiso acercarse a ayudarla cuando notó que su bebida se había atorado en la máquina, pero cuando estaba decidido a ir, Abisai apareció en escena, y ayudó a su novia. El chico solo observó a la pareja y siguió conversando con el hijo de sus amigos.

Monserrat y Abisai volvieron a la sección donde estaban pero ella ya se sentía aburrida y hambrienta.

-¿Podemos irnos? -pidió la chica.

-¿Te aburriste?

-Sí pero también tengo hambre.

-Bien, vámonos entonces.

Ella sonrió satisfecha, intentando parecer feliz, pero incluso el mismo Abisai sabía que su novia no se sentía plenamente feliz a su lado.

La chica pasó junto a su novio, cerca del lugar donde estaba aquel chico junto al pequeño niño. Él la miró pero no pudo observarla de manera correcta. Viajó sus ojos hasta que ella desapareció de su vista.

You Found Me || Sebastián CórdovaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora