En México, existe una tradición llamada Día de Muertos, en el que se realiza un altar para colocar comida y foto de los seres queridos que ya han fallecido.
La familia de Monserrat nunca había realizado tal cosa, quizá porque casi no tenían tiempo gracias a su trabajo, por lo que ella jamás creció con esa costumbre de poner un altar. Sin embargo, por la época, era difícil no recordar a los que ya no estaban.
El abuelo de Monserrat había fallecido hacía un año y medio. Después de su muerte, fue una etapa difícil para ella. La chica era la adoración del señor Julián Ferrer, era la favorita de todos sus nietos y la más cercana a él. Cuando él partió, dejó con un vacío enorme a la chica, del cual con dificultad y tiempo pudo recuperarse. Aprendió a vivir con el dolor de la ausencia de su amado abuelo.
En su buró, dónde tenía colocada algunas fotos con amigos y familia, yacía una foto junto a su abuelo. Era ella de niña, su abuelo la sostenía de sus pequeños brazos porque estaba aprendiendo a caminar.
Al ver la foto sonrió con melancolía.
—Te extraño, abuelo —musitó.
Monserrat soltó un suspiro y acomodó una nueva foto en su buró. Era una imagen de ella junto a Eric. Observó la sonrisa de ambos y sus ojos se llenaron de lágrimas.
—A veces aún no puedo creer que estés muerto.
Un fuerte viento alzó las largas cortinas de la puerta de su balcón, refrescandola. Simplemente dió una pequeña sonrisa y caminó a su cama para acostarse a descansar.
Una llamada de Sebastián entró a su teléfono, y ella respondió con ánimo a pesar de todo.
Había sido un día largo en el hospital, varios pacientes llegaron a consulta. Uno que otro ingresó de emergencia. Y lamentablemente también hubo una adolescente que falleció por complicaciones en cirugía a manos de Alan.
Monserrat había intentado tranquilizarlo pero él simplemente estaba fatal, quería llorar y retroceder el tiempo para poder salvar a la joven, pero claramente eso era imposible.—¿Y qué era lo que la chica tenía? —cuestionó Sebastián después de que Monserrat le contara lo que sucedió.
—Al parecer tenía un tumor. La verdad Alan no me dió mucha explicación, apenas y podía hablar. Simplemente dijo que la cirugía se complicó y la chica falleció.
—¿Qué edad tenía?
—Quince años.
Sebastián se lamentó al escuchar la edad de la chica.
—Es tan triste saber que jóvenes y adolescentes están falleciendo.
—Sí —concordó Monserrat con un suspiro—. Parece que la muerte se enamoró de ellos.
—Es terrible.
Monserrat no pudo evitar pensar en Eric. Él tenía tan sólo veinticuatro años. Era joven aún, con muchos planes que cumplir.
—Si yo... —dijo la chica—, si yo falleciera, no quiero que sufran ni lloren toda su vida por mí.
—¿Qué rayos dices, Monserrat? Tú no vas a morir.
—Perdón, es que éstas cosas y encima lo que se celebra hoy me pone a pensar muchas cosas.
—Pero aún así, no digas que vas a fallecer.
—Bueno algún día debe suceder, no soy inmortal.
—Sí, pero será dentro de muchos años más.
—¿Tú eres Dios para estar tan seguro?
Sebastián bufó.
—No. Definitivamente no soy Dios pero...
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You Found Me || Sebastián Córdova
FanfictionSebastián Córdova tenía 24 años cuando conoció a Monserrat Ferrer, una chica de 23 años, recién graduada de medicina, alguien fanática del orden; ella jamás alteraba las normas ni rompía las reglas, y aunque parecía demasiado inocente, no era tonta...