9. El rompimiento.

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-Aarón, despierta -pidió Monserrat, moviendo a su hermano que estaba tomando una siesta-. Aarón.

-Mmmm, ¿Qué?

-¡Levantate ahora mismo!

-Déjame dormir.

-Creo que Abisai me está siendo infiel.

Aarón se levantó de golpe al escuchar eso. Se puso una playera, ya que se había quedado dormido con bermudas pero el torso desnudo.

Tomó sus zapatos y se los colocó.

-Vamos.

-¿A dónde? -inquirió Monserrat.

-Voy a romperle la madre a ese wey.

-¡¿Qué dices?! Ni siquiera sé en dónde está. Primero siéntate y escuchame.

-No me pidas eso. Yo lo sabía, y te lo dije.

-Ya sé, yo también lo presentía.

-Sí pero tampoco hacías algo para averiguarlo.

-¡Porque confiaba en él!

-Bueno, como sea. Mejor cuéntame qué pasó.

Monserrat le contó a su hermano lo que había pasado. Aarón lo único que podía pensar era en tener a Abisai frente a él para golpearlo, aunque él nunca había sido un chico agresivo ni nada por el estilo, pero cuando se trataba de sus hermanas, las cosas cambiaban.

-Hay dos opciones -dijo Aarón-. Esperamos a que venga o averiguamos en dónde está.

-¿Cómo voy a saber en dónde está?

-Gps de su celular.

-Creo que lo tiene apagado.

Aarón sonrió y mandó un mensaje a alguien.

-¿Por qué sonríes de esa manera?

-Tengo un amigo experto en computación. Él nos dirá la localización de Abisai.

La chica se sorprendió al escuchar a su hermano y sintió un poco de nervios.

-O sea que va a hackearle el celular. ¿Eso no es ilegal?

-No tengo idea.

-Aarón...

-Shh, cállate, no me vengas ahora con tus sermones sobre no romper algunas normas -pidió su hermano-. Esto es importante, porque de esto depende que te cases con él o no. No voy a dejar que mi hermana se case con alguien que la está traicionando.

Monserrat observó a Aarón, y sonrió un poco. Se preguntó a si misma si parte de la personalidad de Aarón había sido heredada de su padre David. Tenía los ojos de él y el cabello un poco rizado pero corto, y no tenía duda que esa intensidad de su hermano era gracias a su progenitor.

-¿Por qué me ves así?

-Por nada -respondió Monserrat de manera inmediata-. Es sólo que me sorprenden tus amistades.

-Bueno, es la ventaja de tener amigos que terminaron sus carreras.

Monserrat soltó un suspiro. Intentaba decirse a si misma que todo tenía una explicación, que quizá Abisai no la estaba engañando y todo era una mera confusión.

Probablemente no tenía muy en claro porque no sentía esa misma intensidad de antes con él, pero lo que sí sabía era que lo quería. Sabía que casarse con él era lo adecuado y que podrían tener un matrimonio estable. Habían estado juntos casi cinco años, ella le había preguntado si en algún momento le había sido infiel, ¿Cómo podía traicionarla después de todo?

You Found Me || Sebastián CórdovaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora