You Found Me || Sebastián Córdova

31. Feliz primer mes.

Los primeros días del año siempre se sienten extraños. O eso es lo que Monserrat solía decir. Para ella, era como una nueva oportunidad y hacer las cosas correctamente si no se habían hecho en el año anterior. Era como empezar una nueva vida, sólo que se trataba de un año nuevo.

Estaba a un día de cumplir el primer mes de noviazgo con Sebastián. No sabía que era lo que debía hacer. ¿Organizar una cena? ¿Ir a pasear? ¿Darle un obsequio hecho por ella misma?

A pesar de que Sebastián no era su primer novio, se sentía diferente que las veces anteriores. Cada chico con el que había estado era diferente. Tampoco es como si una fila de hombres hubiera pasado por la vida de Monserrat. Solamente se trataba de Paulo, Abisai y Sebastián. La cantidad perfecta para los amores que se suele decir que se tienen en la vida; el primer amor (que sucede en la adolescencia/juventud, y te hace pensar que será eterno), el segundo amor (el cuál te enseña como quieres ser amado) y el último amor (el que llega sin previo aviso, tomandote de sorpresa pero que te hace muy feliz).

-¿Entonces? -inquirió Darla, sentada en la esquina de la cama de Monserrat- ¿Qué harás?

-¿Qué puedo hacer?

-Tengo diecisiete, ¿Cómo se supone que debo saberlo?

Monserrat la miró con recelo.

-¿Acaso quieres verme la cara de estúpida?

-Pues ya la tienes.

-¡Darla!

-Bromitaaaa -se burló su hermana.

-Ya casi tienes dieciocho, en pocos días los cumplirás -dijo Monserrat algunos segundos después-. Además, no creas que no sé de la existencia de Daniel.

Darla la miró con asombro y después quiso ocultarlo.

-¿Daniel? No conozco ningún Daniel.

-No mientas Darla, no creo que a tu novio le agrade saber que lo niegas.

La hermana menor de los Ferrer simplemente hizo un mohín y de mala gana admitió que tenía novio.

-No le digas a Aarón que tengo novio.

-¿Por qué?

-Ya sabes cómo se pone de pesado.

-Él sólo te cuida.

-¡A ti si te dejó tener novio a mi edad!

-Aarón detestaba a Paulo -dijo Monserrat con una mueca-. No era que él me hubiera dado permiso, simplemente sabía que no podía hacerme cambiar de opinión. Prohibirme algo solo iba a hacer que lo deseara más.

-Aún así. A mí me dijo que podía tener novio después de los dieciocho y que si se me ocurría traer un novio antes de la mayoría de edad, lo correría.

-¿Y le creíste? -inquirió Monserrat con una pequeña risa.

-No podía arriesgarme.

-Escucha, si Aarón se comporta así contigo es porque quiere cuidarte mejor de lo que me cuidó a mi. Justamente no quiere que cometas los mismos errores que yo cometí, y yo tampoco quiero que sigas mi ejemplo.

Darla se limitó a asentir con una mueca en el rostro.

-Ahora, ayúdame a saber que puedo darle a Sebas.

Mientras Monserrat se encontraba en un debate junto a su hermana para saber que regalarle a Sebastián por su primer mes, el chico se encontraba con Liliana y Valentina que aún seguían en México, de igual manera pidiendo ayuda.