Noche en el club.

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Vuelvo a la sala VIP y todos se giran a verme. El chico con el que estaba me sonríe y vuelvo a su lado, aunque esta vez tengo la sensación de estar más cerca que antes.


La noche transcurre tranquila y alrededor de las cinco y media de la madrugada los tres hombres se despiden. Loki y Thor les estrechan las manos y Wanda, Nat y yo los abrazamos tímidamente. Su coche se va perdiendo entre la carretera y por fin termina mi jornada de la semana.

"Lo habéis hecho genial chicas, muchas gracias" expresa Loki. "Tiene razón. Ahora si queréis podéis quedaros y relajaros hasta la hora del cierre con nosotros. A la bebida invita la casa." Después de la última frase nos miramos entre las tres y asentimos felices. No hay nada mejor que terminar un buen día de trabajo con unas copas.

Thor descorcha una botella de champagne y Loki saca algunas bebidas más. Los cinco nos sentamos en una mesa y vemos como el resto de chicas trabajan para ganar unos billetes extras. Me giro para hablar con Nat pero veo que está distraída mirando al Señor Stark, al cual no conoce todavía.

"Te dije que Stark te iba a gustar." Nat da un salto del susto y me mira avergonzada. "Veo que Tony despierta sentimientos por aquí, voy a llamarlo" dice Thor. Miro a Loki y juro que si las miradas mataran, él sería hijo único en esos momentos.

Tony llega a nuestra mesa y saluda. Su borracha voz se hace notar. Nos mira con los ojos entrecerrados y toma asiento al lado de Natasha. Intento evitar lo que va a pasar en unos segundos pero me es imposible.

"Tony, deberías irte a casa. Estás borracho." Stark mira a Loki y niega lentamente con la cabeza mientras esboza una pícara sonrisa. El pelinegro se desespera y suspira fuerte. "Vete ya, no me hagas repetírtelo."

Esto no va por buen camino y todos lo sabemos. Así que hago lo más inteligente. "Tony, ¿no te acuerdas que tú y yo tenemos algo pendiente?" Sus ojos brillantes se posan en mi con lujuria y poco a poco se levanta de la mesa.

"Espero que me lo agradezcas" digo en bajo cerca de Loki. Él rueda los ojos hacia arriba y me quita la mirada de encima. Sabe que me debe una grande.

Tony y yo nos metemos en una de las cabinas y enseguida lo tengo con las manos pegadas a mis caderas. Por mucho que lo haya hecho para evitar una pelea, no puedo negar que le tengo ganas.

Mis manos recorren su cuerpo y se detienen en su parte abdominal, que para tener la edad que tiene no está nada mal. Repaso uno a uno los abdominales y lentamente acerco la mano a su zona más íntima.

Noto como su respiración comienza a acelerarse y eso produce que la mía haga lo mismo. Mi mano recorre su miembro con delicadeza y hace que se endurezca más, si eso es posible. "Siéntate en mi regazo." Su voz rasposa es un detonante para mi.

Obedezco sus órdenes y me siento entre sus piernas. Sus labios recorren mi cuello hasta detenerse en mi clavícula. La devora según le viene y seguido baja un poco más hasta llegar a mis sensibles pezones. Gimo al mismo tiempo que chupa uno de ellos y tiro levemente de su cabello.

Dejándome con las ganas, sube su boca y atrapa mis labios en un beso largo y sensual. El sabor a whisky caro llena mi boca y suspiro de placer. "Quítate la ropa, cariño" Hago lo que me dice sin rechistar y nada más soltar mi última prenda de ropa me voltea contra el sofá y se hunde en mi.


Al terminar la tercera ronda miro el reloj y veo que ya ha amanecido, por lo tanto es hora de volver a casa. Recojo mi ropa del suelo y me despido de Tony. Él me da una última cachetada en el culo y yo abandono el local.

Desbloqueo el móvil y veo varias llamadas perdidas, algunas son de Natasha y otras de un número desconocido. Pienso en gente que pueda tener mi número pero no se me ocurre nadie. Decido mirar su foto de perfil de WhatsApp para ver si lo conozco y nada, ni una sola pista.

Me guardo su número por si acaso vuelve a llamar y marco el de Nat ya que sus llamadas no han sido hace mucho. Suenan los primeros tonos y no coge. Comienzo a desesperarme pero en el sexto tono me responde, aunque no escucho precisamente su voz.

"No respondas pelirroja" "¿Loki?" pregunto. Nat suelta un pequeño gemido y me dice que no es un buen momento para hablar. Comprendo perfectamente por qué y cuelgo de inmediato. "No les ha costado ni un día" pienso.

Dejo mi móvil en la mesilla de noche y me tumbo en la cama para descansar. Miro el techo recordando los buenos momentos de hace unas horas pero el número desconocido se roba toda mi atención. Quiero saber quién es y cuál es el motivo de su llamada.


Al cabo de siete horas despierto. Me siento mucho mejor pero sigo cansada. Después de lo de ayer, quién no lo estaría. Cojo mi móvil de nuevo y leo los diferentes mensajes que me ha dejado Nat, que son como veinte. Los primeros son pidiendo perdón y los últimos explicando su gran noche de pasión.

Respondo a todos con cuidado de no dejarme ninguno y es cuando respondo el último que me doy cuenta de que tengo una notificación más. Salgo del chat de Nat y reviso mi bandeja de entrada. Todo parece estar en órden hasta que veo que el mismo número de ayer me ha enviado un mensaje.

"No te saco de mi cabeza, muñeca" leo y mi estómago se revuelve. Muñeca...

Night ClubDonde viven las historias. Descúbrelo ahora