Reconciliación.

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Me despido de Stark y salgo de nuevo para atender a más clientes. Doy una breve vuelta de reconocimientos y visualizo algún que otro candidato. Aunque nada más mirar hacia la puerta cambio de objetivo.

Sé quién es, él subió conmigo al apartamento de James. Zemo creo que se llamaba. Lo observo de arriba a abajo pero me pilla. Ni siquiera me avergüenzo y para cuando quiero reaccionar ya lo tengo enfrente.

"Estás a salvo" dice sin más. Lo miro confusa y pregunto. "¿Perdón?" "Ikaris ya no te va a volver a molestar. Por cierto, dice James que lo llames."

Y conforme dice eso se va. Me quedo pensando sobre lo que ha dicho pero me da tiempo suficiente como para reaccionar e ir tras él. "¡Espera!" grito y se frena. "Vamos a hablar en privado por favor." Él suspira pero accede.

Ambos pasamos a la zona de los camerinos y entramos en el mío. Se sienta en el sofá y me pregunta para qué le he hecho venir. "Quiero saber lo qué ha pasado con Ikaris y por qué James quiere hablar conmigo."

Rueda los ojos pero sorprendentemente responde a las dos preguntas. "Ikaris está muerto y James no ha parado de castigarse por lo que te hizo. Está hecho una mierda" responde como si no pasara nada.

Es demasiada información para mí. ¿Cómo que Ikaris está muerto? ¿Lo ha matado él? Y lo de James ni siquiera me sorprende, es típico en él enfadarse cuando no consigue lo que quiere. "¿Puedo largarme ya?" Su pregunta me saca de mis pensamientos.

"No, espera un poco" pido y él termina aceptando. "¿Cómo está James?" pregunto. "Mal, ya te lo he dicho" bufa. "Desde que pasó lo vuestro se ha vuelto adicto al alcohol, a la cocaína y a tí. No para de mirar fotos tuyas y de lamentarse por haberse fiado de ese hombre."

"¿Cómo?" "¿Te lo tengo que volver a repetir?" Está molesto. "Solo explicame la última parte, ¿cómo qué se arrepiente de haber confiado en ese hombre?"

"Por eso quería hablar contigo. Él no te engañó aposta, aquel hombre con el que estaba hablando sobre negocios le drogó. Además de engañarte, le robaron mucho dinero debido a que le sacaron las contraseñas de las cuentas bancarias."

No puede ser cierto. Por eso cuando llegó estaba tan borracho. Él siempre bebe con control cuando se trata de trabajo. "¿Y dónde dices que está?" "En su casa, no se ha movido desde entonces, ni siquiera para ir a trabajar."

Rápidamente me despido del hombre y voy en busca de Thor. Lo encuentro e inmediatamente le pido que me de permiso para salir del club. Él acepta sin ningún problema y yo corro hacia el camerino para coger mis cosas.

Arranco el coche y me pongo a cien por hora en segundos. Esquivo todos los obstáculos que puedo y me salto algún que otro semáforo. Cruzo un par de manzanas y por fin llego a su casa. Aporreo la puerta con todas mis fuerzas y finalmente abre.

Está demacrado. Sus ojos están rojos y sus pupilas dilatadas. "Buenas noches Brook, ¿cómo tú por aquí? dice más que colocado. Sin esperar su permiso entro y preparo un vaso de agua y una taza de café.

"Eh, eh. No te he dado permiso para pasar." "Cállate Barnes." Se acerca a mi peligrosamente y deja caer sus manos sobre mi cintura. "No sabes cuánto echaba de menos que me llamases por mi apellido" dice sensualmente y por un momento me olvido de lo que estoy haciendo.

"Tómate esto, tenemos qué hablar." le digo mientras le doy el vaso de agua y la taza de café. "¿De qué quieres hablar?" pregunta antes de darle un sorbo. "Del hombre que te robó e hizo que me engañaras."

James se pone tenso y su mandíbula se aprieta. "John Walker" responde. "¿Qué pasó?"

"Ambos teníamos varios asuntos que resolver. Él me debía pasta y quedamos para que me hiciera la transferencia." Parece que el café le está haciendo efecto, suena más o menos normal.

"¿Dónde estaban Sam y Steve? Ellos también son tus socios."

"Vigilando a los hombres de Walker en el lugar de la transferencia."

"Continua."

"Él me invitó a una copa y yo acepté por educación. También aparecieron varias chicas como forma de recibimiento. Minutos después, mi cabeza no era el dueño de mis acciones. Fue ahí cuando me empezó a hacer efecto la droga. Y una hora más tarde, me había vuelto adicto, por eso comencé a hacer locuras como besarme con aquellas chicas y dar mi contraseña de la cuenta bancaria."

Sus ojos esta vez son de tristeza. Realmente fue eso lo que pasó, sé que no me está mintiendo. "Ven aquí James" le digo y se acerca. Lo abrazo fuertemente y noto que salen un par de lágrimas de sus ojos. "No pasa nada machote" vacilo y le saco una pequeña sonrisa.

"No sé qué haría sin tí muñeca." "Probablemente drogarte como lo has estado haciendo. Quiero que lo dejes, o por lo menos que no te vicies" ruego. "Tranquila muñeca, solamente lo haré como antes, algo de vez en cuando."

Asiento y le vuelvo a besar, aunque esta vez él reacciona más animado. Sus labios se posan en los míos y un sabor a alcohol inunda mi boca. "¿Bourbon?" Asiente.

Enseguida me acurruco en sus brazos y dejo que me mime como él sabe hacerlo. Lentamente pasa su mano por mi pelo y me acaricia las mejillas. Sonrío por el gesto y cierro los ojos.

"Lo siento muñeca pero, ¿en serio piensas que puedo ser romántico mientras te tengo en brazos vestida de stripper?" Ruedo los ojos y me incorporo. "Por eso mismo me gustas, porque tanto tú como yo odiamos lo romántico."

Tras decir esa frase, me besa de nuevo, pero esta vez con ganas. Probablemente aún esté un poco drogado, y eso a decir verdad, me enciende.

Le devuelvo el beso con las mismas ganas y me subo en su regazo. De repente noto algo duro debajo de mí. Me muevo un poco para hacerle sufrir pero ni siquiera puedo ya que en un rápido movimiento me ha dejado bajo su cuerpo.

"Voy a disculparme de la mejor manera que sé." Su frase me pone más cachonda de lo que estaba y simplemente me dejo llevar.

Sin avisar, se introduce en mí ganándose un gran gemido de mi parte. Araño su espalda con fuerza por el placer y él pide más. Definitivamente sí que está drogado.

Vuelvo a arañar con fuerza su espalda y siento que algo de sangre se derrama, pero a este punto no me importa, solamente quiero disfrutar.

"Sigue muñeca, sin miedo." Sus palabras solo me excitan y hacen que mi orgasmo se acerque a pasos agigantados.

"Quiero que todo el edificio se entere de que eres mía."

Poco tiempo después, soy un desastre en el sillón. Mis piernas no pueden dejar de temblar y mi respiración está muy acelerada.

"El mejor sexo que he tenido" confiesa. "Lo mismo digo.

Ambos nos tumbamos en la cama pero de repente llaman al móvil de James. A pesar de ser tarde, él contesta. "Bien Zemo, avisa a Steve y Sam de que mañana a las doce los quiero en mi oficina. Hasta luego." 

Night ClubDonde viven las historias. Descúbrelo ahora