Retorno.

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Intento zafarme de su agarre pero es mucho más fuerte. Sus brazos me agarran del cuerpo y terminan inmobilizándome. "¡Suéltame!" grito desesperada. "Oh no, lo que empiezas lo terminas darling."

Pataleo mientras me agarra aunque sin éxito. Grito con fuerza. Quizás si me dejo la garganta Natasha consiga oirme. "¡Ayuda por favor!" Conforme las palabras salen de mi boca Strange me pega una bofetada.

Comienzo a llorar y él me grita de nuevo. Intento volver a soltarme pero me agarra aún con mucha más fuerza. "¡Natasha por favor, ven!" me dejo la voz. "¡Cállate joder!" Esta vez en lugar de pegarme me agarra de la mano y me empuja hacia un sofá que hay.

Se desabrocha la camisa junto con los pantalones y se quita los calzoncillos. Se lanza hacia mi y me vuelve a besar. Intento calmarme y pienso en una forma de poder quitármelo de encima.

"Acuérdate, el punto débil de un hombre es su entrepierna. Siempre que estés en apuros y tengas opción de pegarle en la entrepierna, hazlo." Aquel consejo que me dio James hace tiempo me sirve de mucho en estos momentos.

Strange vuelve a robarme un beso pero esta vez me dejo por el simple hecho de que se piense que ya he desistido. "Por favor, por lo menos usa condón." Strange para por un momento y piensa.

Y es en ese momento de duda cuando decido hacer mi movimiento. Con rapidez me levanto y lanzo una patada directamente a la entrepierna de Strange. Él se agacha dolido y entonces aprovecho para coger mi camiseta y mis bragas y salir corriendo.

Al salir por la puerta, los dos hombres que estaban con Natasha me miran y vienen hacia mí. "¡Nat ayúdame por favor. Era todo un plan!" Al escucharlo, rápidamente se abalanza a los hombros de un hombre y le intenta asfixiar.

El otro hombre viene directo a por mí pero lo esquivo. Los cuatro comenzamos a pelear y al rato se une Stephen, que ya se ha recuperado del golpe.

Poco a poco conseguimos quitárnoslos de encima. Ambas echamos a correr y salimos de la casa. Estamos en medio de una urbanización en Nueva Jersey en la cuál no conocemos absolutamente a nadie.

Las dos corremos cuesta abajo y buscamos un taxi que se preste a llevarnos por lo menos a una estación de tren o a un aeropuerto. Aunque con las pintas que llevamos lo más probable es que nadie quiera cogernos.

Seguimos corriendo hasta que ambas dos nos frenamos. Delante de nosotras está la radiante melena negra que tanto habíamos estado sin ver. "¿Loki?" pregunta Natasha sin creer que el hombre que tenemos delante sea él.

"¿Qué hacéis aquí?" nos mira de arriba a abajo. "¿Y por qué estás en bragas Brook?" Bajo la cabeza y Nat coge las riendas de la conversación. "Nos están siguiendo. La han intentado violar y a mí casi me dan una paliza. Por favor olvídate por un momento de lo que pasó y ayúdanos."

El pelinegro nos mira pero unas voces le hacen reaccionar. "¡Ahí están!" grita uno de los hombres de Strange. Ambas miramos a Loki y sorprendentemente nos deja pasar en lo que parece ser su propiedad.

"Agacharos y no hagáis nada de ruido. Voy a intentar distraerlos un poco. En cuanto diga vamos al garaje y nos marchamos." Obedecemos a sus palabras y esperamos.

Los hombres tocan el timbre de la puerta y Loki la abre como si no pasase nada. "¿Dónde están?" pregunta uno de ellos seriamente. El ojiazul lo mira de arriba a abajo pero no le dice nada. "¿Acaso no has oído la pregunta?"

Loki chasquea la lengua. "No sé de qué me estás hablando" responde tranquilamente. El hombre comienza a desesperarse y Loki aprovecha para cerrarle la puerta en la misma cara. "Venga, vamos."

Los tres corremos hacia el garaje y vemos un precioso BMW negro deportivo. Nat y yo nos subimos en la parte trasera y Loki arranca el coche mientras la puerta automática se abre.

Acelera lo máximo posible y sale del garaje dejando marcas de goma en el asfalto. "¿A dónde vamos?" pregunto. "A Nueva York."


La hora y media que dura el viaje la pasamos completamente en silencio. Creo que los tres tenemos muchas preguntas pero no nos atrevemos todavía a responderlas.

Desde que hemos subido al coche, Nat no ha dejado de mover la pierna de una forma nerviosa. Supongo que ahora mismo por su cabeza están pasando miles de cosas, entre ellas Steve.


Cuando llegamos a Nueva York, Loki nos deja en el club, pero él no baja. "¿Por qué no vienes?" pregunta Nat. él se encoge de brazos y fija su mirada en el suelo. "Supongo que no soy bienvenido. Tampoco tengo muchas ganas de estar aquí."

Su mirada es triste. Es cierto que toda la culpa de su estado mental es suya, pero estoy segura de que hay algo más que no nos quiere contar.

"De eso nada, tú te quedas aquí. Nos has salvado y te debemos una. Ahora vas a entrar ahí, vas a saludar a tu hermano y vas a hablar con él sobre todo lo que ha pasado. te echa mucho de menos."

Su cara esboza una pequeña sonrisa sarcástica y después niega. "Acepto vuestros agradecimientos pero no vuestra invitación. Adiós." Y conforme dice eso se monta de nuevo en su BMW y desaparece entre los coches.


Ambas entramos al club y buscamos por todos los sitios a Thor. Vamos a la sala privada en la que acostumbra a estar y efectivamente, ahí está.

"¿¡Qué hacéis aquí!? Os estaban buscando." Automáticamente corre a abrazarnos, al parecer él también se ha enterado de lo que ha pasado. "Necesito un móvil para avisar a James de que estamos bien."

Rápidamente saca el móvil de su bolsillo y marca un número que supongo que será el de James. "Están aquí, están bien." Sigue hablando unos segundos más y cuelga. "¿Dónde estábais? ¿Qué ha pasado? ¿Estáis bien?"

Le confirmamos que estamos bien y le pedimos que nos traiga algo de ropa. Él asiente y le pide a una chica que traiga lo que pidamos. "James, Steve y Sam están de camino. No os preocupéis que ya estáis en casa."

Sus palabras suenan tranquilizantes. Ya veremos cómo se toma que la persona que nos ha salvado ha sido su hermano. 

Night ClubDonde viven las historias. Descúbrelo ahora