Celos.

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Su mano recorre mi figura hasta detenerse en mi cuello. Los besos suben de intensidad y las respiraciones comienzan a sonar entrecortadas. Me agarro con los pies a su cintura y él me lleva hasta la pared.

Toda su experiencia con las mujeres sale a la luz cuando con una sola mano consigue quitarme el conjunto y soltarme el sujetador. Su boca baja por mi cuello y succiona como un vampiro. "Quiero que todo el mundo sepa que eres mía"

Gimo tras sus palabras y vuelvo a atacar su boca desesperada. La postura dominante que ejerce hace que moje mis bragas de una forma descomunal.

Rápidamente desabrocha la camisa negra que lo cubre y la lanza lejos. Sus ojos están inyectados en lujuria, y quién sabe si también en alguna droga. "Túmbate, hoy no sales de aquí caminando."

Obviamente le obedezco y me tumbo en el sofá esperando su movimiento. Poco a poco desabrocha el cinturón que sujeta sus pantalones y lo transforma velozmente en un par de esposas. Sin preguntar, agarra mis manos y las ata, no muy fuerte pero lo suficiente como para no quitármelas.

"Abre las piernas" demanda. Dejo al descubierto las bragas y un pequeño rastro de flujo vaginal comienza a desbordarse. "¿Qué voy a hacer contigo muñeca? Ni siquiera te he tocado y ya estás chorreando."

Siento que mi cara se enrojece y bajo la mirada por vergüenza. Sin despegar la mirada de mí, se va acercando hasta quedar a mi lado. Delicadamente saca mis bragas y deja al descubierto mi feminidad. La observa detenidamente y seguido se arrodilla.

Su lengua se desliza por mis pliegues y llega hasta mi clítoris ganándose un fuerte gemido de mi parte. Siento que dibuja una sonrisa con su boca y después vuelve a trazar círculos. "No pares James..."

"¿Te he dado permiso para hablar?" Sus ojos se enfrentan a los míos. No respondo. "Te he hecho una pregunta" insiste. "No señor." "Así me gusta."

Rápidamente baja su ropa interior y saca a relucir su enorme atributo. Ya lo había visto, pero no deja de sorprenderme. Se acerca peligrosamente y sin previo aviso entra en mí. Juro que he podido ver las estrellas por un momento.

Los movimientos son duros y rápidos, como él mismo. El ambiente empieza a sentirse pesado y el olor a sexo se apodera de la habitación. James acelera aún más los golpes y yo gimo en alto. "Así es muñeca, que todo el mundo se entere de quién eres."

Comienza a besarme sucio mientras sigue embistiendo y no se puede sentir mejor. Muerde mi cuello un par de veces y el dolor que siento automáticamente se convierte en placer. "Estoy cerca señor..."

"Adelante, puedes correrte." Esas tres palabras eran las que necesitaba para culminar el momento. Él sigue moviéndose y finalmente se corre dentro de mí. En buen momento decidí empezar a tomar la pastilla.

Nuestros cuerpos caen en el sofá y ambos soltamos un largo suspiro. "¿Preparada para la segunda ronda?" Lo miro y niego con la cabeza. "Te recuerdo que sigo en horario laboral."

James se gira y yo recojo mis cosas antes de que pueda detenerme. Cojo mis bragas lo primero y sonrío. "Hay que andar más rápido Barnes."


Al salir del camerino me encuentro con Nat, parece que su jornada ya ha terminado. Miro el reloj y me doy cuenta de que entre la pelea y la "discusión" solamente me quedan dos horas aquí. Acompaño a Nat a su camerino ya que el mío sigue ocupado y como era de esperar, me hace muchas preguntas.

"Tía, habéis estado allí más de tres horas. Cuéntame qué ha pasado." Su voz suena entusiasmada. Me acomodo en el sofá y me siento haciendo una mueca de dolor. Nat se queda atónita ante tal gesto y comienza a dar vueltas por toda la sala. "¡No puedes ni sentarte!"

Río por su comentario y automáticamente se lanza hacia mi mirándome el cuello, ya estaba tardando mucho en darse cuenta. Sus ojos se abren como platos al ver los tres enormes moratones que cubren mi cuello.

"¡Pero si es un vampiro, no un empresario!" "No, si empresario no es." Nat me observa confusa y espera mi explicación. "No se lo digas a nadie pero Stark me ha dicho que Barnes y sus hombres son los mafiosos más peligrosos de la ciudad."

La pelirroja no se lo puede creer, no lo quiere creer. Si Barnes y sus chicos son mafiosos significa que Loki y Thor también. "¿Entonces estamos trabajando para dos mafiosos?" Suena a película, pero no lo es.


Nat se despide y yo paso por mi camerino para maquillarme el cuello antes de salir y terminar la jornada. Vuelvo a la zona pública y busco a Stark, tiene que terminar de contarme.

Doy vuelta por todo el club y finalmente lo encuentro en la barra. Está algo borracho. Me acerco a él con paso firme y le susurro al oído que me acompañe. Inmediatamente se levanta y conforme nos vamos deja en la barra los billetes que debe.

"Necesito saber todo sobre Barnes." Stark mira al suelo algo enfadado y responde. "Que te lo cuente él. Ah no, que la boca no la usa para hablar." suelta de golpe. Me quedo pasmada por su respuesta, no esperaba que Stark se pusiera celoso.

"Ya nos veremos Brook, tengo un divorcio del que hacerme cargo."

Night ClubDonde viven las historias. Descúbrelo ahora