Gala.

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Al despertar, siento que el calor me arropa. Abro los ojos lentamente y lo primero que veo es la espalda desnuda de James. Está sentado en el escritorio trabajando.

Gruño para que se entere de que me he despertado y funciona, pues inmediatamente se gira y me desea buenos días. "¿Qué tal has dormido?" pregunta y respondo. "Me alegro muñeca."

Salgo de la cama con mi pijama formado por la ropa interior y me acerco a él. Me siento en una de sus piernas y le beso para darle los mejores buenos días. "Hoy tengo el día libre, ¿hacemos algo?" digo entusiasmada.

"Tengo una sorpresa para tí. Luego la verás." Mi boca se abre y le maldigo por dejarme con la intriga, aunque parece no importarle. "No insistas muñeca."

Pongo cara de enfadada y pienso en una forma de poder sonsacarle qué es la sorpresa. Le doy un par de vueltas y enseguida me viene la idea. James es amante del sexo, por lo tanto qué mejor manera que darle lo que quiere a cambio. Ambos ganamos.

"Dímelo por favor" pido sensualmente y él se ríe. "No vas a conseguir seducirme." Ya veremos si lo consigo o no.

Salgo de la habitación y me encierro en el baño, necesito una ducha. Preparo un baño con sales y reproduzco la playlist de música caliente. Rápidamente me enciendo y mi cabeza comienza a crear el plan.


Han pasado dos horas en la bañera y ya tengo todo preparado. Salgo con cuidado de no caerme y me coloco únicamente la toalla para tapar mi cuerpo. Seco un poco mi pelo y me peino levemente para estar guapa.

Pongo mi cara de diosa y salgo del baño con paso firme. Busco a James por todo el piso de arriba pero como no está bajo a buscarlo.

Desciendo por las escaleras con cuidado pero con decisión y llamo a James en voz alta. Termino de bajar con el propósito de seducirlo pero todo se va al trasto. Al lado de James descansan las figuras de Steve, Sam y Zemo. No me acordaba de la reunión.

Las caras de ellos son de auténtico asombro. Steve está sonrojado, Sam tiene una pequeña sonrisa, Zemo no puede ocultar su mirada de deseo y James sonríe orgulloso de mí, aunque en el fondo sé que está celoso de que los hombres que están a su lado puedan verme.

"¿Qué pasa cariño?" pregunta un poco nervioso. "Nada, mejor te espero arriba" respondo igual de nerviosa.

"Puedes quedarte si quieres, nosotros no tenemos problema y este tema te importa" suelta Sam sin quitar la sonrisa de su cara. James lo fulmina con la mirada y habla. "Es cierto, pero ponte algo de ropa y baja."

Su lado celoso sale a la luz y Sam rueda los ojos. Me disculpo y subo a ponerme algo de ropa. Ya que mi plan no ha salido, voy a jugar un poco con James.

Busco por el armario alguna camiseta y encuentro la perfecta. No es larga pero tampoco demasiado corta. Me la pongo y la conjunto con unos pequeños shorts de deporte que me quedan perfectos. A pesar de ser invierno, en esta casa la calefacción hace muy bien su trabajo.

Bajo de nuevo y los cuatro hombres vuelven a posar sus miradas en mi. Paseo con estilo y cuando estoy a punto de sentarme al lado de James me coge y me sienta en su regazo. Definitivamente quiere marcar territorio.

"Continuemos" dice. Los tres restantes asienten y me ponen en contexto. Están hablando de Ikaris, de su cadáver y de las posibles represalias que puedan venir. "Probablemente ahora vengan sus hombres con sed de venganza. De hecho, ya lo han hecho. Ayer Zemo mató a uno."

Un escalofrío se mete en mi cuerpo pero enseguida está James para tranquilizarme. "No tienes de qué preocuparte, todos nosotros y más, estamos para protegerte." "Exacto, no tienes de qué preocuparte" añade Steve.

Night ClubDonde viven las historias. Descúbrelo ahora