Sentimientos.

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Después de los diferentes incidentes de la noche, ha amanecido. Por lo tanto las chicas y yo decidimos volver a casa ya que en unas horas tenemos que volver al club a dar nuestros shows de siempre.

Aviso a Nat de que prefiero volver sola y ella respeta mi decisión. Nos despedimos entre nosotras y también a Thor, quien nos desea unas buenas noches. Las tres salimos del club y yo me desvío por el camino que hay a mi derecha.

Me pongo mis auriculares y subo el volumen de la música casi a tope, necesito despejarme. S&M suena y automáticamente comienzo a cantarla en mi cabeza.

El frío comienza a hacerse presente y sobre todo lo noto en mi parte íntima, la cual sigue al descubierto gracias a James. Comienzo a temblar y es entonces cuando decido que el metro es la mejor opción para llegar a mi casa.

Busco la primera parada que tenga correspondencia con la línea de mi calle y entro. El subterráneo viene en tres minutos. Me siento en un asiento a esperar y cruzo las piernas para evitar que puedan ver mi zona más privada.

El tren llega y subo rápido para poder encontrar un asiento libre. Aunque eso en Nueva York es imposible, sobre todo en invierno. Me agarro a una barra para sujetarme y me hundo en mis pensamientos, tengo veinte minutos de viaje por delante.

Mi cabeza sigue dándole vueltas a la frase que le he dicho a Thor. Es cierto que llevo varios días pensando sobre ello. Nunca he sido una chica que se pillaba de un hombre fácilmente, no desde que me rompieron el corazón.

Aquel maldito desgraciado hizo que dejara de creer en el amor. Apenas he hablado sobre él, pero es que no quiero. Desde aquel día, decidí que iba a ser una mujer soltera por la cual iban a estar haciendo fila, y por suerte, me ha salido bien.

El problema está en que desde hace unos días, unos molestos pensamientos no han dejado de rondar por mi cerebro. Esos pensamientos son sobre James.

Está claro que James me atrae. Es un chico guapo y atractivo que a cualquier chica le gustaría. Pero estos últimos días, mi cabeza ha estado planteando cuestiones que no quiero que se cumplan bajo ningún concepto.

James puede ser todo lo guapo que quiera, pero no va a conseguir enamorarme, no puede hacerlo, va contra mis normas. "Brook olvídate de tu orgullo, recuerda que es uno de los mafiosos más peligrosos de la ciudad" me recuerdan mis pensamientos.

Es cierto, aunque todavía no sé nada sobre eso. Esta noche intentaré hablar con Stark, a ver si con suerte no sigue enfadado conmigo.


Todavía faltan diez minutos para que llegue a mi destino. Cambio de canción ya que no me gusta y al encender el móvil veo que tengo un mensaje. "Muñeca, ¿puedes venir esta noche a mi casa?" Muerdo mi labio y le respondo que tengo que trabajar.

Otro mensaje vuelve a llegarme y es él de nuevo. "Entonces ven ahora." Le explico que aún no he pasado por casa y vuelve a responder, esta vez al segundo. "Eso significa que aún no llevas bragas puestas?"

Cruzo mis piernas y se lo niego. El siguiente mensaje que recibo son unos emojis acalorados. "Vete a un lugar privado, ya." "Estoy en el metro James..."

La temperatura de mi cuerpo ha subido en cuestión de segundos. Mis piernas siguen fuertemente cruzadas y cada vez siento que puedo aguantar menos. "¿No serás capaz de ir en metro sin bragas verdad?" Se lo confirmo y deduzco que no se lo va a tomar nada bien.

"Brook más te vale salir de ese tren ahora mismo o juro que voy por ti inmediatamente. Hay mucho pervertido suelto por Nueva York." Río por la última frase y me atrevo a conocer un poco más sus límites.

Night ClubDonde viven las historias. Descúbrelo ahora