Capítulo 4: Ayuda

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—Siento que te golpearan por mi culpa —estaba limpiando las heridas de los nudillos de Gohan, en mi sala, mientras mi gato, Twinkle, estaba sentado junto a él, oliéndolo.

—No es tu culpa, yo siempre termino en peleas por todo —explicó—. Una vez estaba tan ebrio que golpeé a Ash porque me pidió la hora.

Eso no tenía sentido, pero no sabía que estaba pensando Gohan en ese momento, así que decidí no juzgarlo. Si Gohan decía y hacia cosas sin sentido estando sobrio, no quería imaginar cómo era ebrio.

—Auch —se quejó cuando sintió el desinfectante en una de las heridas más feas que se habia hecho.

—Aguanta un poco.

Ash entró al departamento unos segundos después.

—Bien, todos están fuera.

Cómo si esa fuera su casa, fue a la cocina y abrió mi refrigerador. Pude ver como sacó una botella de agua grande y comenzó a tomar de ella.

Yo sabía que ninguno de los dos tenía la costumbre de usar vasos porque eso significaba más que lavar y según ellos "era poco ecológico de su parte", aunque no sabía si su ecologismo iba a tal extremo o simplemente les daba flojera lavar unos vasos más.

Cuando Ash volvió con nosotros, Gohan hizo un puchero.

—¿Qué? —le preguntó Ash.

Gohan no dijo nada, solo lo siguió mirándolo con el puchero.

—Ay, no sé porque me miras así. Sabes que Justin ahora no será más mi amigo.

—No tienes que dejar de ver personas por mí...

—Sí, claro...

—Estoy perdida —dije, ganando la atención de ambos—. ¿Ustedes son mejores amigos o pareja?

—Ya te dijimos que somos heterosexuales —respondió Ash—. Y entre nosotros hay un amor fraternal de todas maneras.

Gohan asintió.

—Somos familia.

Yo asentí y me quedé en silencio un momento, hasta que decidí hacer una pregunta:

—¿Cómo se conocieron? —esa era una duda que tenía desde hacía un tiempo.

—Bueno, teníamos diez años y éramos compañeros de escuela —comenzó Ash—. Yo tenía una novia, ya sabes, de esas con las que te tomabas de la mano y jugabas en los recesos; el punto es que después de unos días, descubrí que salía con Gohan también.

—Oh, ¿estaba jugando con ambos?

Los dos rieron.

—No, yo sabía que era novia de Ash, pero me dio igual —confesó Gohan—. Hasta que Ash y yo peleamos a golpes en el patio en un receso. Se suponía que sería una batalla a muerte, pero no separaron antes.

—¿En serio? —ambos asintieron.

—De todas maneras, yo gané —se vitoreo Gohan.

—¡Teníamos diez, Han! ¡Supéralo!

—¿Y qué pasó después? —pregunté impaciente.

Nunca había pensado que la amistad de esos dos había empezado con una fuerte enemistad. Yo pensaba que se habían conocido por sus familias o que simplemente se habían hecho amigos en la escuela de una forma más común que agarrándose a golpes.

—Bueno, llamaron a nuestros padres y tuvimos castigo juntos... En ese castigo hablamos y nos dimos cuenta de que teníamos gustos parecidos —siguió Ashton—. Ambos terminamos con la niña y desde ese entonces nos volvimos amigos inseparables.

Alaska va a Los Ángeles [LA #1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora