Capítulo 32: ¿Terror o Porno?

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Gohan

Cuando salí de la habitación del tercer piso para buscar a Ashton, este no estaba por ningún lado, por lo que, cuando vi a Abby afuera, en su celular, me acerqué a ella para preguntarle si sabía dónde estaba.

—Fue de compras, ¿no oíste cuando avisó?

Eso explicaba muchas cosas.

Minutos antes había estado escuchando música con mis nuevos auriculares que aislaban bastante bien el ruido y, estando en el tercer piso de la casa, Ashton ni siquiera se había oído un poco.

El hecho de que Ashton no estuviera significaba que tendría que pasar el tiempo de otra manera y como no quería que fuera con Abby, volví a entrar a la casa y fui por Alaska.

El cuarto que usaban Alaska y su casi novio estaba en el segundo piso, por lo que toqué y esperé.

Esperaba que mi amiga fuera quien abriera la puerta, pero en vez de eso, me encontré con Brian.

—¿Dónde está Alaska? —pregunté de inmediato.

—Fue con tu amigo a comprar.

Eso fue como un golpe en la cara. Si no estaba Alaska ni Ashton, significaba que tendría que convivir con los otros dos... quienes estaban lejos de ser de mi plena confianza.

—Ah... gracias.

Brian me dio una sonrisa y cerró la puerta con delicadeza.

Solté un suspiro, soltando mi cuerpo.

Estar solo no era mi ideal de diversión y siendo el penúltimo día del año, el supermercado debía estar lleno de pobres diablos que necesitaban abastecerse con comida y alcohol, lo que significaría una larga fila para mis dos amigos.

Ya que, Brian parecía ocupado y Abby no me caía mejor que hacía dos días atrás, decidí salir solo a dar una vuelta.

Cuando bajé las escaleras y vi las botellas de vidrio apiladas en un rincón, tuve una idea de lo que podía hacer.

Decidí pasear por la playa recogiendo basura. El que la playa fuera privada ayudaba mucho a que fuera mejor cuidada que las otras, pero eso no significaba que no encontraras botellas, latas o tapas olvidadas.

En esa época no se hallaba tanta basura, pero aun así llené una bolsa pequeña con latas y tapas. Había también encontrado algunos animales en el camino, como un cangrejo y unos pájaros, a los que me quedé observando un momento.

Cuando casi recorrí la playa completa, decidí devolverme por la calle con mi bolsa, pues en la arena caminar era mucho más difícil.

Mientras caminaba por la vereda, un auto comenzó a ir junto a mí, extremadamente lento.

Yo intenté apurar el paso y no hacer contacto visual con el conductor, pues juraba que eso era un secuestro, pero cuando el auto siguió a mi lado, decidí enfrentarme a los secuestradores, notando que solo eran Ashton y Alaska.

—¿Vas a seguir intentando correr de nosotros? —preguntó Ashton, mientras Alaska me miraba divertida con el vidrio de la ventana abajo.

Fruncí mi ceño al notar que ambos se estaban burlando de mí y abrí la puerta trasera de la camioneta para subir con mi bolsa.

—¿Qué hacías? —preguntó Alaska con curiosidad al momento que la camioneta se puso en marcha.

—Recolectada basura que luego puede reciclarse y ayudarnos a que nuestra extinción sea un poco menos miserable —contesté.

—¿Y los demás? —preguntó Ashton.

—Abby estaba sentada en la terraza y Brian en su cuarto —hubo un silencio—. Se demoraron mucho.

Alaska va a Los Ángeles [LA #1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora