V: Constelaciones, vino e interrupciones

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Brianna

~♛~

Despierto temprano para bajar a desayunar con Carlos, al parecer él y yo somos los únicos que comeremos, ya que los demás aún no bajan.

—¿Qué tal la pasaste en Escocia? —le pregunto, interesada en saber cómo ha estado.

—Bien, aunque un poco aburrido. La abuela Tiana es un poco estricta.

—¿Un poco? Diría que mucho. —Ambos reímos con complicidad.

—Ayer me divertí jugando con Zanet. A veces ella parece de mi edad. —Expresa emocionado.

Me hace reír con su comentario.

—Solo se adapta a tus juegos, mi Carlos.

—Lihena en cambio es más recatada —afirma con elocuencia—. Aunque también la quiero, por supuesto.

—Lo sé, cariño. —Tomo la servilleta de tela y limpio sus labios.

—Buen día —ingresa Frédéric al comedor—. ¿Cómo amanecen las personas más importantes de mi vida?

Una punzada incómoda aborda mi estómago. Quisiera poder responderle igual, pero no quiero dar mensajes equivocados. Frédéric es importante para mí, claro, pero no es el momento de decir esas cosas.

—Hambrientos. —Responde Carlos mientras introduce la cuchara con ensalada de fruta en su boca.

Frédéric toma asiento en la mesa, mientras la servidumbre le sirve el desayuno de inmediato.

—¿Todo está bien, mon ange? —inquiere Freddy—. Espero no haberte causado problemas con el señor impulsivo ayer.

—Todo está bien —sonrío y coloco mi mano sobre la suya—. Así que no te preocupes, además, no pasó nada malo.

—Que bonita imagen, lucen como una familia feliz. —La voz de Clarissa, con tono alegre «pero sé que esconde hipocresía» se asoma a través de la puerta.

—Siempre hemos sido una familia y nunca dejaremos de serlo —le respondo cortante—, nada va a cambiar ese hecho, querida.

—Claro que sí. —Afirma de manera retadora, sentándose también en la mesa para tomar desayuno.

Hubiera preferido quedarme sola con Carlos. No me termina de caer esta mujer. Y menos con estas actitudes.

Raimond también entra al salón con una alegre sonrisa en su rostro.

—Buen día Majestad —saluda a Frédéric—. Mi Reina —me mira mientras hace una reverencia.

—Mi querido Raimond, ¿qué te tiene tan feliz el día de hoy?

—Iré a visitar a Diana. Al parecer está embarazada. —Comenta emocionado.

¡No puedo creerlo! Qué felicidad tan grande.

—Que bonita noticia, ojalá sea real. De antemano déjame ser la primera en felicitarte. —Me levanto para abrazar a mi Alférez, él me recibe apretando fuerte.

—Es mi mayor honor recibir sus felicitaciones, Majestad.

—Felicidades Raimond —ahora se levanta Frédéric y estrecha su mano con él—, un hijo o hija cuando lo deseas es una bendición.

—Gracias, Rey Frédéric. Así es.

Me encantan los niños, siempre he querido tener uno, por mucho tiempo lo intentamos Frédéric y yo, pero nunca se dio. Y ahora no es el momento indicado para tener uno, porque mis planes de conquistar Alemania no van a desistir ni postergarse. Aunque me hace mucha ilusión, por ahora Carlos es el único hijo que podría considerar. Nunca dejo de pensar que la del problema así como podría ser Frédéric, podría ser yo. Y esa incertidumbre me causa melancolía.

Kingdom: Fire will Burn [Fire II] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora