Kingdom: Fire will Burn [Fire II] ✓

VI: Hermanas La Fayette

Brianna

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Han transcurrido dos semanas después del "incidente" con Clarissa. Mi único consuelo fue que Daeron terminó lo que empezó cuando nos fuimos a dormir. Así que al final obtuve lo que quería. En cuanto a ella, se ha mantenido alejada, como debería.

Mis entrenamientos y los de mis hombres se han reforzado con el paso de los días. Le di permiso a Raimond de que se quedara unos días con su familia, pero hoy regresó, así que llevaremos a cabo la reunión que teníamos pendiente. Debo comenzar con mi estrategia cuanto antes.

En el salón nos encontramos los mismos de la última vez, sumándole a los cinco hombres que le pedí a Raimond. Cierro las puertas y me encamino a mi silla para comenzar.

—Bien. El día de hoy voy a revelarles mis planes, para comenzar a llevarlos a cabo. —Doy inicio a la reunión.

El capitán Lacroix, Daeron, Frédéric, Raimond y los cinco hombres esperan atentamente mis instrucciones.

—Mi siguiente meta es Alemania, liberar a ese pueblo del yugo que es vivir en la miseria de Dedrick Von der Meyer —continúo diciendo, mientras digo su nombre con notorio asco—. Me he enterado de que los ciudadanos experimentan día a día penurias de miseria extrema, porque el despreciable Usurpador sólo toma las riquezas para él y exprime lo poco que tienen sus súbditos con impuestos excesivamente elevados.

—Mon ange, esa es...

—¿Quieres dejar de llamarla así? —lo corta Daeron—. Respeta mi presencia, yo soy su esposo y aunque no lo creas, entiendo el francés perfectamente. Ya no hay razón para que la llames "tú ángel" porque no lo es ¿lo entiendes?

Respiro profundo, completamente furiosa.

—¡¿Pueden dejar de interrumpirme cada vez que voy a decir algo importante?! ¡Siempre es lo mismo con ustedes! —los reprendo enojada—. Necesito seriedad aquí, si no van a tenerla pueden levantarse y retirarse para quedarme con quiénes de verdad estén interesados y sigan mis órdenes. ¿Me van a respetar por las buenas o prefieren que sea por las malas? Podría encerrarlos en una celda a ambos para que reconsideren volver a hablar nuevamente.

Ambos me miran apenados, sin saber dónde esconder la cabeza después de mi advertencia.

—Lo siento, cariño. Puedes continuar. —Se disculpa Daeron.

-No fue mi intención interrumpirte, Brianna. —Admite Frédéric.

No le respondo a ninguno, en lugar de eso sigo con la mirada seria fijada en los demás integrantes de la reunión, quienes se tocan las manos y miran hacia el suelo, incómodos por la situación.

—Entonces —retomo lo que decía anteriormente—; mi poder actual me da la posición y posibilidad de ayudar a esa nación y la recompensa será, hacerlo uno más de mis reinos. En conclusión, vamos a conquistar Alemania.

—Vaya. —Es lo único que expresa Frédéric, además de su mirada llena de orgullo.

La sonrisa que esboza Raimond me da seguridad de que me apoya ciegamente. Al que si noto un poco dudoso es al capitán Lacroix.

—Mi Reina, puede decirnos ¿cómo haremos eso? Si vamos a salvar ese reino, no podemos atacarlos con una guerra. Allí si quedarán devastados. —Se rasca la cabeza ligeramente.

—Exactamente, muy buena pregunta Leonard. Allí es donde entrarán ustedes —señalo a los cinco hombres—. Mis profesionales en camuflaje de personalidades, serán enviados a Alemania para alistarse en su ejército, se infiltrarán como uno de ellos y se harán muy cercanos a los oficiales de alto rango. Y si es posible del mismo Emperador. Se ganarán su confianza y cuando llegue el momento indicado, esperarán mi orden para proseguir.