XXII: El templo

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Daeron

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Con los brazos cruzados, observo atentamente a mi esposa con su grupo de mujeres, intentando entrenar a la chica que quedó huérfana hace un par de días. Estoy aburrido de no tener nada que hacer aquí, extraño las ocupaciones y el trabajo.

—Kayra, Kayra, por favor, toma la empuñadura más fuerte. Tienes que hacer a la espada parte de tu brazo, no se te puede caer con facilidad. —La regaña una de las mujeres de cabello rubio.

—Lena tiene razón, querida. —Brianna la alienta—. Intenta de nuevo.

Ahora toma la espada con ambas manos y la pelirroja niega con la cabeza mientras se pellizca el puente de la nariz.

—No puedes tomar la espada con ambas manos, niña, vas a parecer una tonta.

—Tienen que tenerle paciencia, chicas. Tiene pocos días de haber comenzado —mi esposa se acerca para ayudarla a tomar correctamente la espada—. Endereza el torso.

Ella obedece y vuelve a comenzar a practicar.

—Relaja la posición, pero aferra tus pies con firmeza —Brianna camina alrededor de ella para detallar sus movimientos—, que tu cuerpo fluya como el agua. Precisión, Kayra.

Golpea el monigote varias veces.

—De un lado a otro, el arma y tú deben ser una sola. —Prosigue explicándole mi esposa—. Ahora deja el monigote, practica con Eyra.

Voltea a ver a la mujer que se acerca y sus ojos se explayan.

—¿Con ella? No podré hacerlo.

—Es practicar, cariño.

—No voy a hacerte daño, pequeñita. —Le comenta burlona.

—Lo mismo me decía el desgraciado que asesinó a mi familia mientras me violaba, así que no confío en esa frase.

Pobre chica. Me da pena por ella, pero es débil.

Brianna se acerca a ella nuevamente y le entrega ahora el hacha mientras se dispone a hablar.

—Te arrebataron tu inocencia y tu decisión de elegir, pero no lograron quitarte la vida y eso vas a usarlo como una coraza de protección a tu favor. Vas a seguir levantándote —alza su mentón y la toma por ambos hombros—, tomarás el dolor y el odio; y los convertirás en fuerza. El odio que debes mantener intacto es el que sientes por Harold Garnié, porque más adelante lo necesitarás. ¿Entendido?

Dioses, amo a esta mujer. Mi imponente Reina.

—Sí.

—¿Sí qué? —Frunce el ceño.

—Sí, señora. —Responde y yo me río por su estupidez.

—No soy una señora. Disciplina, Kayra.

¿Por qué me enciende que sea tan dominante?

—¡Sí, Majestad! —Vocifera en un tono más fuerte y serio.

Hasta que por fin.

—Bien. —Observa a la mujer robusta que está a su lado—. Eyra, Daphne, Lena y Hildur, se las encargo. Iré a almorzar, luego me darán reportes.

Por haber comenzado a entrenar a la chica desde temprano, Brianna se perdió del almuerzo, así que la acompañaré a comer mientras le comento los planes que tengo para nosotros. Entramos al palacio y esperamos a que le traigan la comida en la mesa del comedor, que se encuentra vacío a esta hora.

Kingdom: Fire will Burn [Fire II] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora