Kingdom: Fire will Burn [Fire II] ✓

XII: Dolor y libertad

Maratón Kingdom 3/3

Brianna

~♛~

Mis pasos resuenan a toda prisa, para llegar lo más rápido posible al ala de medicina, dónde se encuentra la zona en la que el médico atiende a los enfermos u heridos. Me falta la respiración no solamente por el cansancio, sino por el temor de no encontrar a Jérémie con vida. Llego tropezándome en la entrada con una de las enfermeras que asiste a los pacientes, me disculpo y me acerco hacia el doctor.

—¿Dónde está el niño? El niño que trajeron hace un rato. —Le pregunto desesperada, intentando recuperar la respiración.

—Majestad —se levanta rápidamente para hacer una reverencia—. Venga conmigo —comienza a caminar, lo sigo inmediatamente—. Verá, el niño fue sumamente maltratado, creo que por su paz mental no debería verlo así. Y más por la reciente pérdida que usted ha sufrido, sería un golpe muy duro para su estabilidad emocional y...

—Quiero verlo. No se preocupe por nada más. —Lo corto abruptamente.

Suspira resignado y sigue dirigiéndome.

—No quiero darle falsas esperanzas —recalca—; así como puede recuperarse, también puede no resistir el día de hoy, fue un trauma muy impactante para la edad que tiene.

Retengo las ganas de llorar que me abarcan, ¿por qué están pasando este tipo de cosas tan seguidas?

No puedo creer que Dios permita que una criatura sufra tanto. Cada vez pierdo más la fe.

—Haga todo lo que esté en sus manos para salvarlo. Lo que sea que necesite, pero lo quiero con vida. Es una orden. —Mi tono suena amenazante, pero estoy desesperada y no quiero perder más gente inocente.

Llegamos a la cama donde se encuentra el pequeño Jérémie, la impresión me atropella cuando ni siquiera logro reconocer su hermoso rostro. Sus ojos están hinchados y morados, su labio roto con sangre seca alrededor, hematomas en sus pómulos y en todo su cuerpo, heridas en carne viva y quemaduras por todas sus piernas, brazos y torso. Mi estómago se revuelve con ganas de vomitar, es increíble que un niño de cuatro años luzca así.

—¿Ya saben qué sucedió? —indago mientras las lágrimas de deslizan solas por mi rostro.

—La madre consiguió una nueva pareja después de que el padre los abandonó y según dicen las empleadas que lo trajeron, no quería tener un "estorbo" que la cohibieran de rehacer su vida. —Me dice, apenado por tener que repetir semejante locura.

Maldita.

Mil veces maldita.

—Por favor —volteo a verlo directamente a los ojos—. Necesito que el niño viva. Haga hasta lo imposible si es necesario. Le daré lo que sea que pida.

—Majestad —toma mi mano entre las suyas, dándome una mirada compasiva—. Yo soy médico por vocación, salvar vidas es lo que me motiva. Así que no dude que haré todo lo que esté en mis manos, así usted me lo pida o no. Por eso no se preocupe.

Respiro profundo, limpiando mi rostro y sorbiendo mi nariz.

—Gracias. Y por favor, manténgame informada de cualquier novedad.

—Así será, su Gracia.

Me acerco hacia el inconciente cuerpo de Jérémie para susurrar en su oído.

—Mi valiente Jérémie, si puedes escucharme, te pido que resistas. Soy yo, Brianna. No te dejes vencer. —Dejo un beso en su cabeza y le doy un último vistazo antes de irme.