XXXIX: "No me quiero ir"

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Brianna

~♛~

Han pasado dos semanas de la muerte de Clarissa y en el palacio se siente un aura de paz, aunque aún hay preocupaciones por los conflictos que nos quedan por solucionar «Alemania, por ejemplo».

Daeron le ha enviado una carta a Ricardo explicándole la condena a pena de muerte para su hermanastra por traición a la corona, después de haber sido cómplice indirecta de Los Nativos y atentar contra la vida de su Rey. El que él sea su mejor amigo no quiere decir que va a otorgarle inmunidad a traidores.

Respiro profundo mientras observo con detenimiento el mapa de Alemania.

Estoy sintiendo un poco de ansiedad, quiero que todo salga cómo lo planeo. Courtois ha estado actuando extraño desde hace un par de semanas, está más callado de lo normal y no comparte tanto tiempo cuando estamos reunidos para comer, siendo él un parlanchín desde siempre.

Tocan la puerta de mi despacho y yo autorizo el ingreso.

—Majestad —Zanet se abre paso detrás de la madera—, más tarde iremos al pueblo de compras cómo quedamos ayer ¿si vendrá con nosotras?

—Sí querida, también quiero comprar un par de cosas y así apoyar a los comerciantes.

—Genial, le avisaré a Raimond para que aliste a los guardias que nos acompañarán -sonríe ligeramente y cambia su expresión—. Oh, y creo que hay una visita el día de hoy. Al parecer regresó un noble que no estaba en el país y vino a rendir sus respetos ante usted y el Rey Daeron.

—¿Ah, sí? Iré de inmediato entonces —me levanto de mi silla y camino hacia la castaña que me espera para tomar mi brazo y salir juntas—. ¿Sabes dónde está Daeron?

—En el salón de reuniones con Memphis y Uther, Majestad.

—Esperaré a que termine para que vaya a recibir también nuestra visita.

—Muy bien —arruga su nariz con ternura—, yo iré a darme un relajante baño con mi chica y arreglarnos con calma para que salgamos en un par de horas.

Sonriente, suelto su brazo para que pueda marcharse.

—¡Ya cásense!

—Si pudiéramos, con gusto. —Grita entre risas mientras va desapareciendo del pasillo.

Bajo al salón principal, dónde está el hombre sentado bebiendo una taza de té junto a mi madre y Courtois. Ya lo reconozco, es el Duque de Tours. Voltea cuando me adentro y rápidamente se levanta.

—¡Reina Brianna! Tan hermosa y radiante como siempre —deja la taza sobre la mesa, camina hacia mí para tomar mi mano y besar mi anillo rindiendo pleitesía—. Luce muy feliz embarazada.

—Lo estoy, Lord Saint, muchas gracias por sus palabras y por estar aquí.

—Oh, para mí es todo un honor —gesticula con sus manos de manera elegante—. He escuchado lo que ha sucedido con los constantes ataques por parte de los alemanes y los eclesiásticos del sumo pontífice. Me parece lamentable que sigan intentando subyugar un reinado tan evolucionado como el suyo.

—Así es, Saint, pero no es nada que no pueda solucionar —sigo caminando para tomar asiento, mis pies comienzan a hincharse y me incomoda estar mucho tiempo parada—. En algún momento entenderán que nadie puede contra mi.

—Esa es mi hija. —Mi madre se suma a la conversación.

—Buenas tardes. —La figura de mi esposo se asoma en aquel salón para tensarme hasta los poros.

Kingdom: Fire will Burn [Fire II] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora