XXXVII: Castillo de Fontainebleau

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Brianna

~♛~

Esta noche es la cena en el castillo de Frédéric, ahora me estoy preparando para dar un anuncio importante a mi pueblo, en el cuál he estado trabajando y dando aviso a mis otros reinos y al Vaticano para poder llevarlo a cabo. Marcará un antes y un después en mi soberanía y la de mis naciones.

—¿Está lista Majestad? Los súbditos esperan. —Me avisa Courtois.

Asiento y salgo con él hacia la terraza lateral que da hacia una de las plazas de la ciudad. Allí se encuentra gran parte de mis ciudadanos reunidos.

—Pueblo de París, los he citado el día de hoy para darles una noticia importante —alzo la voz para ser escuchada—. A partir de hoy, la iglesia no tendrá potestad de obligar a una mujer en línea de sucesión a casarse para mantener sus reinos —intento no ver las expresiones de nadie aún para poder terminar—. Y mucho menos si le corresponde por derecho de sangre o de nacimiento. Esto no quiere decir que la corona se desligue del catolicismo o cristianismo —aclaro para que no me malinterpreten—. Todo se mantendrá como lo venía haciendo hasta ahora, mientras siga reinando la paz entre religiones.

—Sin más que decir —grita ahora mi Consejero—. Pueden retirarse.

Me despido con la mano después de que mis súbditos comenzaran a aplaudir. Entro nuevamente al palacio seguida de mis guardias y Courtois.

—Esperemos que su Santidad no pierda la cabeza con esto. —dice Courtois a mi lado.

—Tiene doble trabajo, la verdad no me importa. No va a hacer pasar a futuras generaciones lo que me hicieron pasar a mi —espeto—; yo estoy haciendo lo que debieron hacer nuestros antepasados para que acabe la corrupción y el machismo.

—Tiene usted toda la razón.

Mi abuela partió a Inglaterra en su carruaje personal hace una semana, antes del baile del cumpleaños de Zanet, disfruté de su compañía y mi madre relajó su postura gracias a ella, tengo mucho que agradecerle.

Después de dejar a mi Consejero para ir a cambiarme, decido usar un cambio de ropa más cómodo, intento inclinarme para atar el pequeño cinturón de cuero en mi pierna pero mi vientre abultado me lo dificulta demasiado.

—¡Demonios! —resoplo estresada, entonces termino atándolo a mi brazo, se ve graciosa mi daga colgando allí.

Vuelvo a los pasillos y camino a paso decidido, buscando a la persona que me espera en las afueras del palacio.

—¡Reina Brianna! —Kayra me saluda sonriente. Tenía un par de semanas sin verla, fue a una excursión con las Valkirias para conocer sus costumbres.

—Buenas tardes, linda. —También le regalo una sonrisa y sigo caminando, ahora ella me sigue.

Varios soldados custodian nuestros pasos, apresuro el paso cuando nos adentramos a los pasillos húmedos y oscuros, me detengo cuando llegamos al lugar y el guardia se apresura a abrir la reja de barrotes. Ingreso con la pelirroja a mi lado, la mirada de ella se ha encendido y una sonrisa ahora malévola se asoma en sus delgados labios.

—Es hora, querida. —Camino para sentarme en la silla de madera que allí se encuentra y le doy una mirada a mi guardia quién me entrega el plato con pastel que traía para mí.

Kayra se acerca a toda velocidad y con un impulso da media vuelta elevando una pierna para estrellar su bota en el rostro del hombre aherrojado con grilletes y cadenas que descienden desde el techo.

¡Pero qué habilidad!

Él se despierta y escupe la sangre que le causó el golpe, intenta enfocar para ver quién lo agredió y sus ojos ahora se vuelven saltones. Se ve asqueroso por el tiempo sin bañarse, hay sangre seca por todo su cuerpo por la constante tortura y su ropa está sumamente desgastada.

Kingdom: Fire will Burn [Fire II] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora