XXXIII: "No te tardes, Clarie"

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Daeron

~♚~

«—Daeron... —mueven mi hombro con delicadeza para intentar despertarme—. Arriba pequeño, es hora de despertarse.

—Mmm —me remuevo, quejándome un poco porque no quiero levantarme aún—. ¿Ahora?

—Sí, cariño —pasa sus manos por mi cabello—. Tienes tu clase de pintura.

Abro los ojos rápidamente, ahora lleno de emoción porque no recordaba que hoy comenzaría mis clases de pintura. Observo los ojos grises que me miran con devoción y ternura. Me acerco para abrazarla y ella me envuelve entre los brazos que me reconfortan desde que nací. Recuesto mi rostro en su pecho y cierro mis ojos para disfrutar de su cariño amenamente.

—Buen día, madre —me separo un poco y reparo su vientre—. Buen día hermano. —Sonrío de alegría, finalmente tendré un hermanito o hermanita.

Será mi cómplice en las buenas y en las malas, el compañero que me hace falta para jugar cuando mamá no puede hacerlo. Siempre voy a protegerlo o protegerla de quién quiera hacerle daño.

—¿Quieres saber cómo se llamará?

Asiento varias veces con celeridad.

—Si es niña, se llamará Catalina, cómo tú abuela —sonríe plenamente—; y si es niño se llamará Rhemian. ¿Te gustaría que sea niño o niña?

—Me gustaría que nazca con bien y saludable, sin importar nada más, madre —me levanto de la cama en busca de mi ropa para cambiarme—, igual la o lo amaré con todo mi corazón.

Comienzo a deslizar los pantalones por mis piernas, tambaleándome en el proceso. Me quito el camisón de dormir y lo dejo sobre la silla. Mi madre se levanta para doblarlo y dejarlo sobre mi cómoda.

—Eres un niño muy inteligente y comprensivo, mi corazón.

—Todo es gracias a ti, madre. —Abotono la camisa con cuidado, los botones se pierden entre mis dedos. Ella acaricia mi mejilla y me ayuda a poner las botas.

Cuando estoy listo, lavo mi rostro en la palangana de oro y salgo tomado de la mano de la hermosa mujer que me dio la vida. Ella ha estado conmigo en cada paso que doy, no le presta tanta atención a ser Reina, nunca le gustó. Adora ser madre y lo demuestra todos los días.

Casi llegando al salón, nos topamos con la figura de mi padre caminando en dirección contraria, está usando su corona hoy, su barba luce más tupida que antes de que se fuera a defender Aragón de un saqueo de bárbaros paganos, como él los llama. Sus ojos azules me determinan con seriedad.

—¿A dónde van? —Inquiere cuando llega frente a nosotros.

Mi madre iba a responder pero yo me adelanto cegado por la emocion.

—Hoy comenzaré mis clases de pintura, quiero ser un famoso pintor.

Sus ojos pasan de mi a los de mi madre.

—Te dije que no lo aprobaba, Aeslin.

—Pero Yarion, es lo que le gusta, déjalo y que sea por lo menos un pasatiempo. —Le habla con tono suplicante.

Él devuelve su mirada severa hacia mí.

—Serás el Rey de Aragón, niño. No un estúpido pintor —frunce sus labios con una expresión de repudio—, serás preparado para ser monarca, ahora toma tu espada y ve a sangrar, eso es lo que te dará un futuro glorioso. Eres mi sucesor, no estarás perdiendo el tiempo con cosas que te harán débil. ¿Entendido?

Kingdom: Fire will Burn [Fire II] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora