Kingdom: Fire will Burn [Fire II] ✓

X: Eternamente; para ti

Holaaa, mi Realeza de Fuego🔥👑 hoy vengo con ganas de dedicar capítulos ❤️ el siguiente cap tendrá dedicatoria para quien tenga más comentarios en este🛐

Maratón Kingdom 1/3

Daeron

~♚~

El entrenamiento de hoy ha sido duro y forzado, estoy drenando toda la rabia que tengo acumulada dentro de mi. Golpeo el monigote hecho de sacos y heno, imaginando la cara del "Rey" de pacotilla, quien es una maldita piedra en mi zapato, un incesante dolor de cabeza que perturba la paz de mi matrimonio, no quiero que esto nos afecte a Brianna y a mí como pareja. Sé que ella no tiene la culpa, por eso esta madrugada le dejé un pequeño detalle para que perdone mis arranques estúpidos.

Tengo miedo de perderla.

Y sé que nadie la amará como yo puedo hacerlo, con esta intensidad que me quema por dentro cada vez que no la tengo cerca. Es más que admiración, es más que obsesión, es devoción. Brianna es todo eso que yo no merezco, pero que por suerte tengo. Así que perderla no es una opción.

Tomo la jarra de agua y me la vierto encima para quitar el sudor. Está comenzando a hacer frío porque se acerca el invierno, pero el hacer este tipo actividades físicas hace que tu cuerpo se caliente de más. El otoño esta vez se fue más rápido de lo normal. Me restriego la cara para lavarla bien y volver al palacio para darme un baño.

Cuando estoy apunto de llegar a mis aposentos visualizo a la mujer más preciosa de este mundo acercarse de frente hacia mí, hoy está luciendo un semblante más activo, usando un vestido azul cobalto y su cabello cae natural sobre sus hombros, sin ningún peinado en específico y sin ningún accesorio en él. Esbozo una sonrisa cuando nos aproximamos más y me dispongo a abrir mis brazos para recibirla en un abrazo.

Pero su ceño fruncido y el empujón que me propina con ambas manos, me dejan confundido.

¿Sigue molesta?

—Cariño... Yo...

—¡Cállate! —vuelve a empujar mi pecho y a dejar manotazos en mis brazos y mis pectorales, haciéndome retroceder para defenderme, pero no deja de perseguirme.

—¡Brianna! —intento cubrirme de sus empujones mientras me río ligeramente. No sé qué pasa pero me parece gracioso su ataque repentino.

—¡Brianna nada! ¿se puede saber qué demonios hace Clarissa entrando a tu alcoba tan tarde?

—¿Qué? —arrugo las cejas—. ¿Cuándo fue eso?

—¡Anoche! Salía de tus aposentos pasando de las once. —Se cruza de brazos, molesta.

No entiendo nada.

—Pero anoche no estaba en mis aposentos a esa hora —le confieso con sinceridad—. Estaba en la oficina que habilitamos para mí, escribiendo unas cosas.

Entonces esto me deja claro que no vio lo que le dejé.

—Entonces te estaba buscando. ¿Para qué te busca a esa hora? ¡Y no me digas que para pedirte permisos porque esas son mentiras!

—¿Permisos de qué?

—Me dijo que necesitaba tu permiso para enviarle una carta a Ricardo.

—La verdad sí lo necesita, porque Clarissa es muy... Irreverente con algunas cosas y a veces pelea tonterías con Ricardo para poder hacer sus travesuras.

—Daeron I de la dinastía Firenhell. No me vengas a decir que una mujer de veinticinco años no puede tener la madurez para comportarse como un adulto. —Me acerco señalándolo de manera intimidante—. Yo tengo veintitrés y dirijo tres reinos.