1. Alas rotas

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Miro por la ventana y sonrió ante lo que me cuenta mi padre. La semana se había ido volando, me había limitado a llora cuando estaba sola y a buscar las mejores excusas para que nadie sospechará porque he dejado de ir al trabajo o de salir con Daryl.

Me he sentido más mierda que nunca. En mi mente aún resuenan las palabras "Tenemos sexo, Lanai... solo sexo." Creí que las cosas serían de otra manera, que todo iba a funcionar...

-Dijiste que te dejara en la cafetería, ¿verdad?-

-Si, quiero pasar por una dona antes de ir a la escuela.- Murmuro.

-Bien...- Mi padre gira el volante y estamos a escasos metros del lugar. -¿Ya dieron el resultado del concurso? ¿Quienes son los siguientes ocho?- Trago gordo y de reojo veo a mi padre.

No quiero decirle que he pensado en abandonar la competencia. No quiero que Daryl pague ese dinero, no quiero recibir nada que venga de ese hombre y si eso me va a costar una vez más ese concurso, lo haré.

-Aún no lo sé. Los resultados los dan hoy.- Eso no es mentira, aún no sé si me han elegido.

A pesar de haber tenido una semana fatal donde pasé tres días en casa de Nic solo para poder llorar hasta quedarme dormida, presente el examen. No estudie, no repase ni hice el menor intento por quedar entre los mejores, seria más fácil decirle a mi padre que no he quedado a que no voy a participar.

-Mucho éxito, princesa.- Aparca el auto frente a la cafetería y se inclina a mi lado para abrazarme.

Es realmente doloroso que papá no sepa nada de lo que esta pasando. Quisiera poder estar abrazada de él mientras me deja llorar sobre su hombro diciéndome que todo va a mejorar.

Pero no, no detuviste esta mierda a tiempo, Lanai. Ahora atente a las consecuencias.

-Gracias, papá.- Le correspondo el abrazo y contengo las lágrimas de mis ojos. -Debo irme o llegaré tarde a mi clase.- Me alejo de él.

-Bien, ¿Quieres que te espere?-

-No, caminaré. Son solo dos calles...- Le sonrió y tomo mis cosas. Abro la puerta y después salgo. -Te veré en casa.-

-Suerte en tu día.- Sonríe de esa manera suave que te da seguridad y comprendo que después de toda la mierda que ha pasado, papá siempre estará allí.

Rodeo el auto y me adentro a la cafetería. Son las 8:00am así que no hay mucha gente al rededor. Este lugar se especializa en hacer donas y un café delicioso, y la ventaja es que esta bastante cerca de la escuela. Cuando cruzo la puerta en su totalidad, el aroma me golpea el rostro ojeroso que me he cargado desde el inicio de la semana pasada.

No he visto a Daryl, llamó un par de veces los primeros dos días y después nada. Supe que fue el sábado a casa para la comida familiar, pero decidí que lo mejor era irme de allí y pasar tiempo con mis amigos. La mejor excusa para no ir a trabajar fue que debía prepararme para el concurso, fingía estudiar hasta tarde y básicamente ha funcionado bastante bien.

-¿Lanai?- A penas voy a pedir mi café cuando escucho que me llaman. Conozco esa voz a la perfección y debo admitir que me sorprende que este aquí.

¿Me esta espiando?

Me doy la vuelta con cuidado, al no estar segura si lo quiero hacer.

-Hola, Gaby...- Murmuro cuando veo a la rubia de pie frente a mi.

Viste informal y tiene el cabello corto suelto y un tanto revuelto. Jamás la había visto así. En sus ojos se refleja el cansancio, el último día que estuve en la oficina había demasiado trabajo, así que supongo que sigue igual.

YES, DADDY T.2 (+18 Daryl Dixon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora