YES, DADDY T.2 (+18 Daryl Dixon)

25. Castigo

-¿Una fiesta?- Papá se ajusta los zapatos y me mira con las cejas levantadas desde abajo.

-Si, es por el inicio de las vacaciones de invierno.- Me muerdo el labio inferior.

-¿No falta una semana aún?- Frunce el ceño y se concentra en las botas.

-Si, pero... la estan haciendo con anticipación porque muchos viajan, ya sabes... van a ver a sus familias.-

-¿A que hora es?-

-A las 8:00pm- Miento.

-¿Irá Carl contigo?- Se reincorpora en la silla y me mira con la frente arrugada, analizándome.

Odio cuando hace eso, me pone los pelos de punta y sé que lo hace para hacer que se me salgan cosas de la boca que no deberían, puede hacer que yo sola me delate, justo como hace con la gente que arresta.

-Si, de hecho... después llegaríamos a casa de Daryl, para que al otro día podamos desayunar juntos y demás.- Sonrío mostrando los dientes que me costaron dos años de ortodoncia.

Mi padre nos había comentado después de que el castaño se fuera y mientras yo le contaba todo lo ocurrido a Carl que pasaríamos la noche en casa de Daryl.

-No lo sé, Lanai... me habría gustado que nos acompañaran.- Mi padre tiene ese rostro triste con el que me convence el 99% de las veces, pero hoy no. Da un suspiro y asiente. -Pero esta bien, vayan a divertirse.-

No me molesto en fingir la emoción y dejo que un grito chillón salga desde el interior de mí y después un pequeño salto, corro hacia mi padre y le doy un abrazo, me corresponde al instante.

-Gracias, gracias, gracias.- Murmuro.

-Solo cuídense mucho, nada de drogas y no beban demasiado porque el camino de regreso será largo.-

Dios, papá... si voy a esa fiesta solo a intoxicarme.

-Lo prometo.- Miento.

Una pequeña mentira blanca no es demasiado, digo, tomando en cuanta que me estoy acostado con Daryl desde hace meses y mi padre no tiene ni la menor idea de lo que ocurre, decirle que no me drogaré no suena tan descabellado.

-Bien, vamos... te llevaré a la escuela.- Me alejo de papá y le sonrío, él me corresponde y se ajusta el uniforme.

En verdad soy una mierda por mentirle a este sujeto tan tierno.

***

Mis pasos en el suelo resuenan como si fuese una secretaria con los tacones más altos que hay. Las clases de hoy son para revisar calificaciones y quejarnos si es que hay algún problema, así que, básicamente hoy es un día para no hacer nada.

Mi primera clase es idiomas, así que me dirijo allí con la esperanza de que ya este Tara y poder hablar de la fiesta que habrá en la noche.

-Lanai.- Giro la cabeza al escuchar la voz del hombre que me llama.

-Hola, profesor Jacob.- Le sonrío.

-¿Tienes prisa? Me gustaría comentarte algo.- Por su tono y el rostro que tiene parece incómodo, frunzo el ceño y asiento.

-Claro, aún tengo tiempo...- Me quedo de pie frente a él.

-Pero que sea dentro del aula.- Pide y siento un calo frío en la espalda.

¿Tan serio es?

Asiento y después de ver que abre la puerta comienzo a avanzar hasta el interior del salón. Escucho el clic cuando la puerta se cierra y me giro para ver al profesor rascarse la nuca con nerviosismo.