YES, DADDY T.2 (+18 Daryl Dixon)

26. Boda

Mi cuerpo se siente fresco, la cabeza aún me palpita con molestia, pero lo frío del aire libre hace que me distraiga un poco. Mis pans holgados y la sudadera rosa que traigo puesta combinan a la perfeccion con las pantuflas de Daryl.

Camino con cansancio hasta el jardín trasero y voy directo a donde está Carl, quien esta sentado en la sala donde fume hierva con el castaño. Mi hermano tiene un vaso de lo que parece ser un jugo de naranja y en cuanto gira la cara para mirarme, puedo ver el color morado que hay entre su labio inferior y su barbilla, al igual que una pequeña abertuta en su pómulo izquierdo. En cuanto estoy lo suficientemente cerca mi mano se coloca con suavidad sobre su mejilla y de forma muy ligera acaricio su labio.

-¿Cómo estás?- Murmuro.

-Si te refieres a los golpes, no tengo problema alguno, pero la resaca me va a matar.- Sonrío de lado en cuanto escucho su respuesta.

-Yo me siento mejor de lo que merezco.- Mi mano se aleja de su mejilla y va a su cabello.

Mis dedos pasan por él y lo hago hacia atrás para poder dejar su frente al descubierto y con ello, apretarlo y tirar de él haciendo que Carl frunza el ceño de dolor.

-Hija de puta...- Susurra.

Sus brazos me enrollan la cintura y me acerca hacia él con rapidez. Caigo sentada sobre una de sus piernas y sobre el sofá, me río porque sé que no le ha dolido el tirón, sino, la cabeza por la resaca, que ante lo que hice le dio el doble de molestia que la causaría originalmente.

-No me resistí.- Confieso y dejo que mi espalda choque contra el sofá.

-Si papá te pregunta, le dije que me pelee con un tipo que se quería sobrepasar con una chica.- No lo miro, mantengo los ojos en el techo.

-Gracias.- Murmuro.

Una vez más, aparece en mi mente lo que ocurrió anoche y me dan ganas de querer arrancarle la cabeza a Mike. Sabía que era un cabrón desgraciado, pero no tenía en cuenta que sería a ese nivel. Primero, lo que ocurrió en el pasillo de la escuela, después sacarme del equipo de filosofía y anoche querer follar conmigo... Dios.

-No me agradezcas nada, jamás habría dejado que te hiciera algo. Antes de eso, lo mataría...- Escucho con atención lo que dice.

Sé que es verdad y sé que Carl es igual a papá. Por defender a las mujeres de su vida, serían capaces de matar a quien nos haga daño y eso me preocupa, porque tienen la sangre helada y no les importaría nada.

-Hasta que despiertan.- La alegre voz de papá me hace mirarlo. -Por el rostro que tienes debo decir que fue una buena fiesta.- Se burla.

-Lo fue.- Asiento aún acostada en el sofá.

-Bien, pues coman algo que les de la suficiente energía porque hemos planeado una salida al lago.-

-Papá... hace mucho frío.- Me quejo.

Realmente no había tanto frío, simplemente me siento agotada del día anterior y no quiero hacer nada.

-¿Y? Ayer hacia la misma cantidad de frío y aun así se fueron a una fiesta.- Touche.

Papá había querido ser el mejor padre de todos y en definitiva se esforzaba más que cualquiera. Siempre trataba que pasáramos un buen rato aunque fuese viendo películas en el sofá de la casa y no dejaré que una resaca y una mal follada de la mañana me arruine el resto del día con este hombre.

-Bien...- Estiro la mano y papá la toma. Tira de ella y hace que me reincorpore.

Observo con atención sus ojos que parecer ser de un color mucho más claro, casi parecen ser azul cielo ante todos los tonos que lo rodean.