24. Estamos en las nubes

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Siento como mi pecho sube y baja al compás que mi respiración intenta estabilizarse. Por alguna razón me siento exageradamente feliz. Ni tengo idea si es por la hierva en mi sistema, el estar con Daryl, follar tremendamente o las tres cosas conjuntas.

Miro el techo que es de color gris blanquecino y después el bonito candelabro negro que deja que muchos focos de luz amarilla iluminen el lugar, en lo personal ese tipo de luz no es mi favorita, pero en este preciso instante se me hace lo más hermoso que existe.

Mi mente sigue divagando entre cosas que me hacen sonreír, puedo percibir mis piernas temblorosas y me encanta. Nic tuvo razón, con esa hierva todos mis sentidos estuvieron al millón. Todo parecía sentirse hasta en el más pequeño de mis poros con un tacto que jamás en mi vida había tenido el gusto de sentir.

-Dios...- Jadeo. -Fue genial.- Elevo una sonrisa aún con la mirada clavada en el piedrozo techo.

-Definitivamente lo fue.- Escucho a Daryl hablar.

-Deberíamos repetirlo más seguido.- Me mofo.

-Ten por seguro que así será.-

Jamás imagine fumar hierva con Daryl, a veces creí que podría hacer este tipo de cosas con Maggie, pero creo que le tengo algo de miedo a su respuesta. Por alguna razón, siento que me miraría con horror o me consideraría una drogadicta, le diría a Glenn y su lengua suelta se lo diría a mi padre y eso ocasionaría el fin de mi vida.

Dejamos que el tiempo corra. Escucho con claridad cada tick, tack, tick, tack del reloj que hay a un costado de la cama. Casi podría decir que sigo flotando entre las nubes, giro la cabeza y observo al castaño.

Las sábanas lo cubren hasta el vientre, su pecho sube y baja con suavidad y también tiene la vista clavada en el techo. Parece que esta viendo una película donde no puede perderse ni un solo segundo o darán una pista que después le arruinará el final, porque ni siquiera se inmuta de que lo estoy mirando. Regreso la vista al techo y yo también disfruto del industrial paisaje que me brinda. Veo como un par de puntos flotan y chocan entre sí, como cuando le ponías pause a una película y eso salía después de un rato.

-¿Por qué había hierva en tu bolso?- Daryl habla a mi costado y sin mirarlo suelto una pequeña risa.

-Es una larga historia...- Suspiro y después recuerdo lo ocurrido en el auto. -Pero ya te conté.-

-Lo sé, lo sé, pero quiero saber que historia es. ¿Por qué Nic llevó droga a la escuela?- Puedo sentir como gira la cabeza y me mira, pero yo no volteo.

-Nic será el dealer oficial en la fiesta del fin de semana.- Me encojo de hombros.

-¿Qué fiesta?-

-La de mañana en casa de Ellen. Estoy segura que será fantástica si lleva todo esto.- Levanto los brazos.

-¿Qué?-

-Si, bueno... todos volaremos.- La droga que hay en mi sistema es la suficiente para hacerme pensar o decir tonterías, sin embargo, sigo muy consiente.

-No irás, Lanai.- La voz de Daryl a mi costado suena fría, fúnebre.

-¿Eh?- Por fin giro la cabeza para poder mirarlo.

-No irás a esa fiesta.- El castaño también me mira, pero a diferencia de mi confundido rostro, él lo hace serio.

-¿Por qué...?- Murmuro.

-No puedes ir allí solo para intoxicarte. Eso no está bien.-

-¿Y qué acabamos de hacer? Fumamos hierva hace probablemente hora y media.-

YES, DADDY T.2 (+18 Daryl Dixon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora