19. Oh no...

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Mi cabeza sube y baja al compás de la respiración de Daryl. Mi mano sobre su abdomen le da caricias suaves y en algunos puntos veo como se aprieta a lo que supongo le da cosquillas. Las sábanas nos cubren y nos la calidez que se esfumó en cuanto terminamos nuestro candente momento.

Este preciso instante es sumamente relajante, desde hace días que no me sentía con la paz que ahora corre por mi cuerpo y creo que he de saber la razón. Aunque por mi mente aún divaga el hecho de que éste hombre que me abraza con dulzura y que me follo con brutalidad me ha hecho sentir como una mierda. Ese pequeño punto permanece allí, como si no se quisiera ir porque es el 1% que dice que Daryl sigue siendo un hijo de puta y me quiere solo para follar, espero en verdad que eso no sea así, porque si la primera vez dolió, la segunda me dejará tirada en el suelo durante meses.

Los brazos del castaño me aprietan en un acogedor abrazo de oso y me saca de los pensamientos fúnebres. Cuando me suelta un poco levanto la vista y lo miro a los ojos. Parece feliz, y casi puedo decir que tiene el mismo sentimiento de paz que el mío. No tengo idea del porqué todo esto me ocurrió a mí, porque me han dejado a este hombre en frenre y cupido me ha clavado la flecha para solo tener ojos para él, no comprendo porque me he enamorado de la persona que pone más compleja la situación en mi vida y porque parece que sigue haciendo que se mueva como si estuviese dentro de una licuadora.

-Te extrañé.- La voz suave de Daryl me hace sonreirle sin poder evitarlo.

-¿Si?- Mi ceja se arquea.

-No solo para follar, Lanai... te extrañaba a ti... poder estar así contigo.- Su mano me acaricia la mejilla.

-¿Lo prometes?- Arrugo el ceño con preocupación.

-¿Qué?- Daryl parece confundido y lo deja ver en su rostro.

-Que no solo me quieres para follar...- Mi niña boba y temerosa sale a relucir y me deja ver a un castaño sonriendo con ternura.

-Te lo juro, Lany.- Una vez más, sus brazos me aprietan y yo regreso la cabeza a su pecho.

Pensar en que lo que dice es verdad me hace sentir bien y espero que así sea, porque no quiero volver a estar en el suelo llorando por un idiota.

Pero aquí estás con él, Lanai.

Mi subconsciente a veces tiene tanta razón que la odio, debería salir en los momentos donde necesito más lógica para tomar decisiones, pero no, solo se deja ir la Lanai que no tiene capacidad mental para ver lo que está bien y lo que está mal.

Mis labios van al pecho del castaño y le dejo un beso suave, repito la acción mientras comienzo a esparcir aquellas caricias por todo el pecho de Daryl y comenzar a subirlas por su clavícula y avanzar a su cuello. La calidez de su cuerpo es notaria ante el tacto de mis labios y puedo escucharlo jadear con lenidad mientras continuo con mi acto. Una de sus manos me aprieta el cabello para evitar que me aleje de él, el tono lento y algo terrorífico que tiene mi móvil se escucha desde la terraza, pero no me interesa.

Subo mis besos hasta llegar a los labios del castaño y con mucha lentitud nos besamos, mi celular se detiene y agradezco en el interior. Daryl tira de mi cabello y me hace alejarme.

-¿Quieres echarte un chapuzon en la piscina?- Pregunta con su voz áspera.

Mejor otro polvo.

-Daryl... hacen como diez grados afuera.- Digo con el ceño fruncido. -Nos vamos a congelar.-

-Entonces... ¿Qué tal en la tina?- Arqueo la ceja de una sensual forma cuando escucho su nueva opción.

YES, DADDY T.2 (+18 Daryl Dixon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora