YES, DADDY T.2 (+18 Daryl Dixon)

4. Fiesta de compromiso

-¿Estás bien, niña?- Negan me observa temeroso mientras me limpio las lágrimas.

Después de haber entrado al auto lo único que hice fue soltarme a llorar, el hombre sin entender nada se ha limitado a verme mientras lo hago.

-Estoy bien...- Esnifo la nariz y suspiro.

-¿Daryl te dijo algo?-

-Solo fue una discusión... una tonta discusión.-

-Tranquila... ¿Necesitas algo?- La calidez de su voz me hace sentir en paz.

-¿Puedes llevarme a casa?- Siento las pestañas empapadas.

-Claro, niña. Dirígeme y te llevaré.- Enciende el auto y comienza a avanzar.

-Gracias...- Murmuro.

Mientras comenzamos a movernos puedo ver por la ventana como Daryl sigue fuera de la casa observando hacia la nada. Seguramente está realmente molesto y por su cabeza ronda lo que le dije sobre Negan. Quiero echarme a llorar con más intensidad pero me contengo mientras pierdo al hombre que me vuelve loca en la oscuridad.

***

-¡Lanai! ¿Puedes venir?- El grito de mi padre hace que deje de ponerme blush en las mejillas, lo cual agradezco porque sino no me hubiese detenido.

Camino hasta su habitación y cuando lo veo frente a su espejo me hace sonreír. Va vestido muy elegante y sé que esta realmente feliz por Maggie, es como su segunda hija y verla comprometida es algo de orgullo para él.

-¿Todo bien?- Pregunto adentrándome a su habitación.

-Necesito que me ayudes con las mangas.- Sonrío con ternura mientras estira los brazos.

Mamá era quien se encargaba de estas cosas, ajustaba el traje de papá, el de Carl y me ayudaba a acomodar lo que yo llevara puesto. Me acerco a él y comienzo a doblar sus mangas, puedo sentir su mirada sobre mí mientras lo hago, cuando levanto los ojos, los suyos se clavan sobre los míos y puedo verlos acerce pequeños cuando me sonríe.

-Listo...-

-Gracias, princesa.- Murmura.

-Debo terminar de arreglarme.- Sonrío con suavidad.

-Date prisa que pronto debemos irnos.- Asiento y salgo de allí.

En cuanto regreso a mi habitación me apuro a vestirme. Maggie nos ha pedido ir vestidos de blanco o algún color claro, así que un vestido que tengo guardado desde hace años es el que uso. Por la edad, me queda un poco corto, aunque aun se ajusta a mi cuerpo, gracias al cielo. Me hago una media cola y después de ponerme unas sandalias altas, estoy lista.

-¡Lana!- Carl me grita desde su habitación, camino hasta allí y lo veo al igual que mi padre, frente a su espejo, vestido realmente elegante. -¿Me ayudas con las mangas?- Sonrío con ternura al escucharlo.

-Si.- Me acerco y comienzo a doblarla hasta los codos. Se ve formal pero con un toque muy casual.

-¿Cómo estás?- Levanto mis amielados ojos hasta los suyos.

Anoche, después de llegar y contarle rápidamente a mi padre como me fue, literalmente fuí a la habitación de Carl a contarle lo que había pasado entre lágrimas y sollozos.

-Bien...- Murmuro.

-Lo que necesites, solo háblame e iré contigo.- Asiento. -Daryl va a querer hablarte...-

-No quiero escucharlo.- Digo mientras doblo su otra manga.

-Sería bueno.- Lo miro con el ceño fruncido. -Espero que te pida una disculpa.- Bajo la mirada y continuo con lo que hago.