YES, DADDY T.2 (+18 Daryl Dixon)

12. Bañera

Sus manos tocan el interior de mis muslos y yo comienzo a sentir los nervios divagar por todo mi cuerpo, mis poros están tan sensibles que cada toque parece una corriente eléctrica.

Daryl se toma el tiempo de enjabonar mi cuerpo y eso está comenzando a martirizarme. Quiero sentirlo, lo necesito...

Comienzo a inclinarme hacia atrás con mucha calma hasta que su pecho queda pegado a mi jabonosa espalda. Mi cabeza queda a la altura perfecta para poder levantar un poco el cuello y comérmelo a besos, puedo escuchar su respiración entrecortada y comienzo a calentarme solo por aquello. Percibo su miembro debajo de mí, en mi espalda y definitivamente no puede disimular que esta tan acalorado como yo, porque su dura polla lo delata.

Sus brazos enrollan mi cintura y sus manos se enfocan en ahora hacer espuma en mi estómago y vientre. Hace movimientos circulares hasta tener la cantidad espumosa que quiere. Con mucha tranquilidad sus manos suben a mis pechos, los acaricia y juguetea con suavidad. El rose de su palma contra mis pezones los pone como piedras. Mis jadeos comienzan a ser más continuos aunque trato de contenerme lo más posible.

Los movimientos pasan directamente a mis pezones, las corrientes eléctricas comienzan a estallar desde allí y bajo la vista hasta sus manos. Puedo ver los tatuajes que hay en una de ellas mientras me acaricia. Su dedo índice roza con suavidad mis pezones y aprieto con fuerza mis piernas, repite la acción en ambos y cierro los ojos mientras comienzo a elevarme.

-Mmm...- Le doy un gemido apretado.

Quiero más, quiero más...

El escucharme parece que fue una señal ya que una de sus manos se desliza hasta mi entrepierna. Sus dedos de escabullen entre mis labios para intentar buscar mi botón, cosa que logran con éxito y sin dificultades.

Puedo percibir la frialdad de sus dedos tocar mi parte más sensible que esta realmente caliente. Tantea mi entrada para poder tener un poco del pegajoso lubricante natural que emana de allí y de esa forma sea más sencillo tocarme. Y así es. Sus dedos se deslizan con suavidad de arriba hacia abajo, comenzando en mi clictoris y yendo hasta mi entrada y así de regreso en un coordinado movimiento.

Me limito a cerrar los ojos y a comenzar a soltar gemidos bajos que solo nosotros podemos escuchar. No puedo creer que ya esté a los pies de este hombre después de solo ponerme un poco de jabón en el cuerpo y con todo lo que me hizo pasar hace tan solo unas semanas, definitivamente estoy loca por ello, pero no puedo negar la necesidad que sentía de poder tenerlo. Dudo que alguien pueda comprenderlo. Daryl me encanta y a pesar de haberme hecho trizas el corazón estoy dispuesta a darle lo poco que queda de él para intentarlo de nuevo.

Su mano libre se pasea por mis senos para así poder juguetear con mis pezones, el roce de sus dedos es igual de frenético como el que hay entre mis piernas. Puedo sentir como con la punta del índice acaricia mi probablemente hinchado botón, lo mueve despacio y me hace dar brincos de plena excitación. Me siento en las nubes una vez más y no puedo negar que me encanta.

Ese dedo deja aquello para pasearse nuevamente por todo mi coño y después hundirse en mi entrada, extrañaba los grandes dedos del castaño, sus toques no se comparan ni con los míos ni con los de Negan. Puedo notar como comienza a sacarlo y después a meterlo con mucha calma mientras el agua de la bañera comienza a subir. Mis paredes vaginales aún no se ponen sensibles, bajo la vista a la mano que tiene en mis pechos y después a la que tiene en mi coño, el hecho de ver lo que está haciendo con mi cuerpo es jodidamente sucio y me prende todavía más.

Saca su dedo índice en su totalidad y puedo ver como lo sustituye por el anular y el mayor, aprieto mi interior al saber lo que viene. Con lentitud comienza a introducir ahora aquellos dos dedos en mí. Mi vagina reacciona envolviéndolos y dándoles más lubricante; y yo le comienzo a respirar con dificultad sintiendo mariposas por todo el cuerpo.