Una semana después y se encontraba sentada en una de las mesitas de madera que había en la feria. Sus amigas habían ido por algodón de azúcar y Ava se había quedado a cuidar el puesto.
El parque de diversiones era magnífico. Todas parecían estar pasándolo bien, a excepción de Ava, que llevaba todos estos últimos días deprimida.
Aún recordaba el rostro de Olivia, tan roto y en verdad parecía muy golpeada por las palabras que le había dicho Ava.
La ojimiel se arrepentía mucho.
Lo peor de todo es que después de aquella pelea se había encontrado con la castaña. Al igual que otras veces, la había fastidiado con sus amigas, solo que había algo diferente.
Cuando la estaba insultando, no tuvo ni una vez la oportunidad de observar sus ojos fijamente, Olivia siempre parecía evitarlos o de alguna manera la insultaba desde lejos, sin querer acercarse.
Ya comenzaba a desesperarse, porque Ava quería ver ese color chocolate que le quitaba el aliento. Se sentía como una ansiedad, una ridícula y patética necesidad de ver sus ojos para poder estar en calma consigo misma.
No había ayudado en nada el nuevo pensamiento acerca de la castaña: querer besarla.
La quería besar y eso le asustaba, era otra necesidad que le hacía temblar de pies a cabeza cada vez que la veía.
Observaba el rostro de Olivia y sin poder evitarlo los ojos se le iban a su boca, tenía los labios más hermosos del mundo y Ava solamente tenía unas desesperantes ganas de morderlos y besarlos hasta que le dolieran sus propios labios.
Suspiró ¿Que rayos le estaba sucediendo? No creía que fuera muy normal el soñar todos los días con la misma chica y desear besarla. Más si no era su amiga, más bien lo contrario.
Era la chica que le hacia la vida imposible y allí estaba Ava, suspirando por la pequeña castaña.
Cada vez... cada vez más las palabras de Olivia hacían eco en su mente "¿no será que estás enamorada de mi?"
Y en verdad, Ava intentaba convencerse de que no era así, imposible.
No, era una locura.– ¿Ava, estás bien?– pregunto Sabrina, acercándose a su amiga. Llevaba una gorrita de oso en la cabeza, que había ganado en unos juegos.
– Si, claro.– mintió de forma mediocre, sabía con antelación que si le contaba a sus amigas respecto a su problema, ellas comenzarían a delirar.
– ¿Quieren ir a las tazas giratorias?– pregunto sadie al llegar, habían rastros de azúcar en sus labios.
– ¡Será divertido, vamos!– ánimos brina, jalando a Ava y a Jenna de las manos, hasta llegar a la atracción y montarse en ella.
Estaban bajandose de los carritos cuando vieron a lo lejos al grupito del salón, parecía la realidad despotricara sobre la suerte de Ava.
Todo le salía mal, y para joder más las cosas allí estaba Olivia, igual de hermosa que siempre.
Llevaba un vestido negro y el cabello suelto en ondas, reía mientras iba de la mano de Joshua y entrelazaba su brazo con el Rowan.
Quería besarla, quería besarla y quería que la tierra se tragara a Joshua.
Esa era una gran idea rondando en su cabeza.Soltó un gran suspiro y tomó a Sabrina de la mano, quería alejarse de ello a como diera lugar.
– Brina-ah, ¿quieres ir a la montaña rusa?.– pregunto con una sonrisa a su amiga, ella parecía feliz.

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𝐑𝐈𝐕𝐀𝐋𝐄𝐒 - 𝐎𝐥𝐢𝐯𝐢𝐚 𝐑𝐨𝐝𝐫𝐢𝐠𝐨
De TodoTodos los derechos son de @TheBookstore ya que es la autora, y quiero dejar claro que yo solo la estoy adaptando a otro ambiente de personajes. Si quieren darle una oportunidad y leerla esta perfecto.