–¿Llevas dinero para el almuerzo?– pregunto Sophia, por quinta vez.
Olivia rodó los ojos, divertida por la preocupación de su madre.
–Si, mamá. Descuida, tengo prisa, voy tarde.– recordó al ver la hora en su móvil.
Faltaban veinte minutos para entrar a clases, si quería llegar a tiempo y llevar a Rowan, todo a la vez. Era mejor apurarse.
–¿Liv?– pregunto la pequeña Emily, desayunaba junto a su padre mientras sonreía a su hermana –¿Cuando viene Nuggets? Lleva mucho tiempo sin jugar conmigo.– hizo puchero.
Olivia frunció los labios, divertida, colgándose la cartera del hombro y comiendo una galleta del tarro sobre el refrigerador. Ella comía las veinticuatro horas del día, no se cansaba.
–La has visto hace dos días, cuando llegó de sorpresa con Row.– apuntó, sonriendo aún por el agradable recuerdo de aquella tarde.
Ver a Ava con su hermana menor era de sus actividades favoritas, le parecían súper tiernas. Incluso, el fondo de pantalla de su móvil era una foto de Ava y Emily posando, la ojimiel hacía una mueca graciosa mientras la niña le daba un beso en la mejilla. Si en algún momento del día sentía la necesidad de ver a sus dos personas preferidas, solo bastaba con desbloquear el aparato y allí estaban ¡Era perfecto!
–Eh, no. Ya van... mmm.– la niña dejó de comer para contar con los dedos, como le enseñaron en la escuela. –Van ochenta y dos horas, desde que no veo a Nuggets.– las matemáticas no eran su fuerte.
–Son cuarenta y ocho horas, enana.– la corrigió.
–Como sea.– la niña rodó los ojos, Olivia le daba la razón a su ojimiel, a veces Emily se parecía tanto a ella que daba miedo. –El punto, es que no la veo hace muchísimas horas, seguro ella me extraña.– dijo completamente segura.
¿Lo peor de todo? Olivia sabía que su hermana tenía razón, Ava vivía preguntando por la pequeña niña y jugando con ella, cada vez que podía.
–Bah, no creo.– bromeó, le mostró la lengua a una Emily con el ceño fruncido. –Me extraña más a mi.– aseguró.
–¡Mentira! Tú eres fea, yo soy linda, claro que me extraña más a mi.– movió la mano, como si Olivia fuera inferior.
Sophia observaba a sus dos hijas, sonriendo, mientras colocaba más sándwiches en el plato de su esposo. Se dieron una mirada dulce, al parecer hoy alguien no dormiría en el sofá.
–¿Fea? ¿Yo?– Olivia colocó una mano en su pecho, riendo con gracia. –Soy increíble, tus celos me dan ternura.– apretó las mejillas de su hermanita, esta se revolvió lejos de sus manos.
–¡No estoy celosa!– comprobando científicamente, estas dos son hermanas y nadie puede negarlo.
–Por favor, todos piensan así.– estaba bromeando, su hermanita indignada era un acto digno de ver. Fue por la cocina, hablándole, mágicamente una manzana estaba en sus manos y le daba un mordisco. –Hasta Ava, ella piensa que soy hermosa.– sonrió como tonta, recordando que la ojimiel se encargaba de remarcarle lo perfecta que era, cada vez que tenía oportunidad.
Ronald quiso hacer un comentario de padre celoso, bastó con una mirada fulminante de Sophia, para hacerlo callar. Suficientes experiencias traumáticas con una Rodrigo enojada, para el resto del año.
–¿Nuggets?– la niña achicó los ojos, confundida, Olivia cubrió su boca para no reír.
¡Por Dios, esa reacción fue tan Ava Wilson! Al parecer la pequeña niña era una combinación de ambas, como si fuera su propia hija, el corazón de Olivia se hinchó de felicidad ante la idea.

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𝐑𝐈𝐕𝐀𝐋𝐄𝐒 - 𝐎𝐥𝐢𝐯𝐢𝐚 𝐑𝐨𝐝𝐫𝐢𝐠𝐨
RandomTodos los derechos son de @TheBookstore ya que es la autora, y quiero dejar claro que yo solo la estoy adaptando a otro ambiente de personajes. Si quieren darle una oportunidad y leerla esta perfecto.