Capitulo I. El hombre tímido y el infortunado gato.

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Iniciar la mañana en la facultad de Veterinaria consistía en que los practicantes de los últimos niveles hicieran rondines a las diversas áreas de la clínica para monitorear el estado de los pacientes ingresados o los especímenes que tenían en observación, dicha tarea era por equipos e iniciaban poco antes del que sol saliera pues luego de esto, debían hacer un pequeño reporte y luego iniciar sus clases normales. Los alumnos más jóvenes sencillamente tenían que llegar de igual manera temprano pero ellos se dedicaban al aseo de jaulas y alimentar a los inquilinos de la clínica una vez que los superiores determinaban su condición.

Los alumnos menores siempre hacían sus labores a regañadientes, les parecía algo denigrante tener que hacer un trabajo de conserjería, algunos otros entendían que era parte de aprender a tratar con los animales sin embargo, una pequeña población o para ser más exactos, un alumno en particular de esa generación hacia todo con entusiasmo.

Apenas cumplidos los 20 años e iniciando su 3ro en la carrera, Mix era un chico amoroso con los animales pero con nula capacidad para socializar con sus compañeros y a pesar de ser un chico educado intentar hacer contacto con él era más bien cuestión de suerte para ellos, así que terminaron por ignorarlo y trabajar con él solo cuando era necesario. Sus calificaciones no eran malas, pero siempre parecía estar distraído en otra cosa.

A pesar que no tenía muchos amigos y ser tan reservado, era popular entre las chicas pues sus facciones eran muy dulces, sus ojos almendrados siempre tenían un brillo peculiar cuando Mix se interesaba en algún tema, regularmente cuando estaba en la clínica, era etéreo y por decirlo de alguna manera inalcanzable.

Por las tardes cuando las clases y las actividades extracurriculares terminaban, Mix salía de la escuela con cierta apuración pues debía llegar a su trabajo de medio tiempo, sin embargo esa tarde en particular el destino le tenía preparada una prueba que podría cambiar el rumbo de su vida.

Saliendo de la facultad, había que caminar bastante a la salida de la universidad, la manera más rápida aunque poco convencional, era atravesar los jardines de la escuela. Mientras los maestros o los administrativos no les vieran en el acto, ningún alumno delataba estas acciones, así que Mix optaba por este método para agilizar su salida.

A unos cuantos metros de la entrada de la universidad ya se podía escuchar el tránsito de la avenida principal; de repente el frenar de las llantas de varios carros hizo que el castaño se exaltara y detuviera su andar por un momento; Lo primero que imaginó es que quizá alguien había cruzado imprudentemente y casi lo habrían atropellado, pues no escuchó ningún impacto.

Cuando se dispuso a continuar su camino, tuvo que agacharse repentinamente pues algunos administrativos aparecieron en el área para asegurarse que aquel ruido no fuese algo más grave; entre los arbusto vigiló con extremado silencio que ninguno de los adultos le pillara pues eso implicaría quedarse más tiempo lo cual no podía, sin embargo mientras Mix intentaba no ser descubierto, alcanzó a notar en una jardinera delante suyo, a un pequeño gato marmoleado con sangre en una de sus patitas delanteras, sin dudar salió de su escondite corriendo y atrapo al pequeño entre sus brazos, se veía aturdido y débil, el castaño se asustó demasiado, no sabía si podría salvarle, de igual manera ya vería como resolver el pago de su tratamiento, se veía tan indefenso que ni siquiera pensó en los detalles, solo quería llegar a un lugar confiable para que lo atendieran.

HAY UN GATO EN EL TEJADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora